— Lo siento Cleo pero con esto — vacío un par de libras sobre la cama — No puedes pagar ni un taxi y todavía tienes que pagar los daños al auto donde decidiste estrellarte. El señor está muy molesto —
Cleopatra bajo la cara avergonzada, se levantó de su cama y caminó hasta su armario cubriendo con su cuerpo el escondite secreto de su dinero. Le gusta cuidar lo que es suyo. Dejo caer un par de céntimos sobre la cama.
— Tengo más dinero — tomo asiento delante de Grace. La otra chica se burlo hasta que sintió dolor. Tomo el poco dinero de la cama y se lo dio en sus manos.
— Síguelo guardando — Grace se puso en pie y abrió el armario, pasando sus manos por la poca ropa — El trabajo en la cafetería no te deja dinero y pasas tus tardes metida en la biblioteca. Tu necesitas un sugar daddy —
Cleopatra guardo las pocas monedas, sintiéndose la mujer más pobre del mundo. Ni siquiera pudo comprarse un par de pendientes llenos de joyas. En el pasado podía comprarse lo que quisiera.
— ¿Que es eso? — fruncio el seño. Quiere aprender todo sobre este nuevo numero, si desea ganar y volver a su reino, tiene que aprender todo sobre su enemigo, completamente todo.
Sus días se basan en pasar todas sus tardes metida entre libros viejos que su lenguaje solo ella puede descifrar. Se sintió tan orgullosa al saber que su hija fue la única que sobrevivió y reinó en algún lugar lejano. Siempre las mujeres faraonas han sido fuertes, como el sol en el atardecer. Tan fuerte como su madre.
— Ya sabes. Un hombre más grande que tú, guapo, rico y que te deba gustar. — grace le arrojó una blusa a la cara — No me mires así, los hombres ingleses son guapos y si les das un poco de placer o sexo desenfrenado, conseguirás dinero. Eres muy bonita Cleo, podrías regresar de nuevo a Egipto antes de lo que imaginas —
Cleopatra se sintió de buen humor de nuevo — Yo tuve uno hace tiempo —
Grace se siente en el suelo para escucharla, solo sus esclavas se sentaban de esa manera cuando les platicaba hacerla de sus lujosas noches de placer y oro arriba de sus barcos. Quizá Grace pueda ser su esclava si regresa de nuevo a su palacio. Aunque duda mucho que dura en el palacio antes de que alguna arpía le corte la garganta.
— ¿Si? —
— Si, fue el gran amor de mi vida — recordó Cleopatra.
Solo Julio Cesar y nadie más que el. Su amor fue diferente a los demás, apasionado y sincero, tenía confianza en el y se sentía segura. Su hijo y ella fueron feliz antes de que lo mataran. Le devolvió su trono y la amo, sabe que lo hizo, por eso visitaba su alcoba por las noches para hacerla suya en medio de la noche romana. Su amor con Marco Antonio solo fue desenfreno, necesitaba llenar la Soledad de su verdadero amor con otro hombre. Cerro los ojos al recordar el cuerpo musculoso de Cesar, su dura piel y las cicatrices de s espalda, su sudor y su boca. ¡oh si! Adoraba verlo hablar.
— Entonces no será tan difícil para ti escoltar con un hombre más grande que tu — Grace busco en su celular pensativa — Sir Cameron Williams, el próximo primer ministro es perfecto para ti —
— ¿No existe un hombre más poderoso que el? — pregunto con ansias esperando la respuesta. Le gustaría salir, con el dueño del mundo. Su ambición es muy alta.
— El unico es el principe de Inglaterra, pero olvídalo, esta por casarse y tiene un enamoramiento por una doctora. Pero si quieres estar en su mismo circulo social, te recomiendo al primer ministro —
Cleopatra se puso en pie desesperada y harta de vivir en una sociedad que poco entiende. Sus costumbre y su forma de hablar son tan distintas que se siente loca. Bueno un par de golosinas en el cajón junto a su cama. Las saboreó dentro de su boca. Sin tan solo sus hijos las hubieran probado...
— El no puede ser mi sugar daddy o como tú lo llames — Grace se río de ella — Porqué yo soy mil años más grande que el, prácticamente seria su abuela más lejana —
Grace soltó una carcajada de alegría. Le gusta juntarse con personas locas, pero la nueva hija adoptiva de su madre, está en problemas mentales. No puede entenderla, es diferente y cuando en ocasiones dice que no es de aquí no sabe si creer o no, algunas veces piensa que es broma pero otras cuando la mira de reojo y la ve tan diferente con si belleza extravagante, aveces cree que no es de este tiempo.
— Si, claro y yo soy la novia de batman — tomo a Cleopatra por los hombros y la sacudió un poco — ¡vamos inténtalo! Quizá hoy en la cafetería puedas empezar a seducirlo, no pierdes nada con intentarlo. —
Horas después Cleopatra dejó el café con sumo cuidado sobre la mesa, no quiere derramar ninguna sola gota del líquido caliente. Grace la vistió más provocativa que los otros días, hasta le presto un poco de ropa. Pero Cleopatra está acostumbra a mostrar sus atributos, sus senos y sus largas piernas, sus vestidos eran transparentes para el calor del desierto.
Se detuvo un momento junto a la mesa, esperando a que Sir Cameron Williams levantara la vista poder hechizarlo de una vez. Pero jamás lo hizo, esta entretenido con su una serie de documentos.
— ¿Quieres propina? — le dijo sin verla. Solo puede sentirla mirándolo.
Cleopatra se sintió como una vil pordiosero, ella en el pasado tiraba algunas monedas a los mendigos que ensucian sus calles. El nunca la miro, sus encantos no fueron lo suficientes y su belleza no lo sorprendió.
Pero por fin después de mil años después, se dio cuenta que la atracción que los hombre sentían por ella, quizá era por su belleza, pero hasta Marco Antonio se enamoro de su oro y no de ella.
Nadie más que Cesar la amo realmente.
ESTÁS LEYENDO
Erase Una Vez Cleopatra. (Saga Faraones de Egipto Libro 1)
Romance¿Alguien sabe que hace Cleopatra en Londres? La ultima Faraona de Egipto, mujer de Julio Cesar y Marco Antonio. La única y verdadera reina de Egipto. Cleopatra no pensaba despertar en un nuevo mundo, creía que era un castigo de los dioses por no ga...