Parte 49

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Cleopatra abrió los ojos de repente al sentir algo diferente en ella, parpadeo varías veces para ver qué todo a su alrededor está en plena oscuridad, pensó que la habitación del hotel seguía sin luz, pero se siente tan apretada que gritó tratando de quitarse a Cameron de encima, pero no golpeó un pecho masculino, sino algo fuerte a su alrededor, seguramente la orden del tiempo la atrapó, pero esto es diferente... no está en una habitación, sino dentro de una sofocante alfombra cargada sobre el hombro de uno de sus sirvientes.

De inmediato rodó lo ojos porqué esta teniendo de nuevo un sueño muy vivo, le gusta demasiado vivir de nuevo este momento, así que respiró fuertemente y dejó que el suave canto del sirviente la arrullara durante todo el camino, llevándola hasta la primera locura que cometió por un hombre.

Pero no nació siendo la mujer fuerte que es ahora, con los años aprendió  qué matar a sus enemigos es mejor a perder todo su reino, no podía confiar ni en su propia sombra y aún así aquí está, dentro de una estrecha alfombra bajó el incesante sol de Egipto sólo porqué confía demasido en un romano como para otorgarle su vida. Aún no sabe porqué tiene estos sueños, quizá son regalos de los dioses para que pueda recordar su pasado, son tan reales que al pasar sus manos por la alfombra puede sentir la suave textura y el olor a elixires aromáticos.

Los romanos estáran ahí mirándola extrañados por ver una princesa sin corona saliendo de una alfombra cómo si fuera una salvaje del desierto, lleva meses escondida en una pequeña carpa pasando las noches en vela esperando que no ataquen su escondite, es momento de atacar y si no puede hacerlo con un ejército, lo hará con lo más potente que tiene, su belleza.

Quizá solo sea un sueño y recuerdos de su pasado, pero se siente tan real, que lo va a disfrutar cómo si lo estuviera viviendo, cerró los ojos mas fuerte y espero con impaciencia todo el camino desértico para poder llegar hasta Alejandría, conoce el camino de memoria, lleva meses escondida entre los alejados paisajes del desierto temiendo por su vida, ahora mismo está muerta de miedo pero una cosa le ha quedado claro desde el día que nació y la alejaron de su madre y es qué podría morir en cualquier momento y cualquier persona podría traicionarla, sobretodo ese romano al que tiene que ir a ver envuelta en una alfombra, ese hombre podría matarla tan sólo verla, y aun así está arriesgando todo porqué quiere volver a ser la reina de Egipto.

Este sueño es tan largo que Cleopatra que aún no puede decir cuanto tiempo viajó escondida en la alfombra, pero supo cuando llegó a su destino en Alejandría, puede que sus hermanos quieran matarla, pero esta escondida en una alfombra y nadie sospechara que una reina esta escondida ahí, por eso para su sirviente de piel morena no fue difícil entrar a la mítica ciudad, sonrió ampliamente al escuchar el bullicio de los mercados de la prole, la diferencia de idiomas desde él griego al egipcio, él olor de las especias y él pescado cocinado, esas comidas que si son deliciosas, los perfumes y maquillajes con el mítico olor de Afrodita y él sonido de los fuertes caballos romanos cuándo poco a poco se acercan al palacio.

— ¿Alteza, está lista? — le preguntó el sirviente en voz tan baja que apenas lo alcanzó a escuchar — Ya estamos dentro del palacio —

— Estoy lista, llévame delante del general romano — continuó —  Y no dejes que nos descubran, sólo Julio Cesar podrá verme —

Cerró las manos en puño y escuchó la gruesa voz de los romanos que tratan de impedir que su sirviente llegué hasta el hombre más importante de la antigüedad, pero la suerte la favoreció y aún cuando pensó que se iría con su plan fracasado, su sirviente está delante del romano para enseñarle esa alfombra que la princesa sin corona le envió de regalo.

Sería obsceno decir que no está nerviosa, su vida está en juego y a pesar de siempre ser una mujer de carácter fuerte, los nervios la inundan aunque sólo sea un sueño, es tan vívido que en cuánto el sirviente desenrollo la alfombra y pudo mostrar su belleza, respiró esa fragancia de los romanos y se dio cuenta que esto no es un sueño, es una locura muy real.

Erase Una Vez Cleopatra. (Saga Faraones de Egipto Libro 1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora