Parte 52

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Cameron

Cameron se quedó unos minutos sin saber que hacer, claramente su mente se quedó en blanco, su miedo se hizo evidente y su mente se llenó de miles de cosas negativas. No está mal tener un bebé, de hecho es una excelente noticia, lo malo de esto es la madre de su hijo. Esa mujer que quiere llevarse a su hijo al pasado, a una vida de guerras y sufrimiento y eso jamás lo permitirá.

Cameron se pasó las manos por el cabello y se soltó los primero botones de su camisa, siente la cara roja de coraje, por sus venas sólo puede sentir  el coraje y la desesperación, no por él bebé, sino porqué esa mujer egipcia es un problema, tiene un carácter tan fuerte y difícil que siempre terminan peleando, ella porqué quiere irse al pasado y él porqué quiere tenerla aquí para salvarle la vida.

Pero cuándo se recompuso de su momento de furia, parpadeo varías veces solo para darse cuenta que esa reina egipcia fue más lista que él y salió corriendo por la calle dejándolo sólo con ese romano tirando en el piso, se inclinó sobre ese hombre y se dio cuenta de la herida en su frente, seguramente estará despierto en un par de horas, pero pudo verlo claramente. Ese romano del que todos hablan en los libros de historia, él primer emperador romano y él hombre que destruyó la vida de Cleopatra y Marco Antonio, pero esta momia se ve exactamente igual a la reina de Egipto, los dos tienen la piel llena de vida, ellos no parecen momias podridas, sino seres humanos llenos de vida. Cameron se aseguró de no haberlo matado y sin demoras, salió corriendo detrás de Cleopatra.

— ¡Cleopatra ven aquí, necesitamos hablar! — Cameron trato de seguirla, esquivó a las personas y no la perdió de vista por la calle, sería imposible no verla, ya que corre sin zapatos y bajó la lluvia, pero corre tan fuerte cómo si escapará de la muerte — ¡Tienes que calmarte! —

Pero Cleopatra se detuvo de repente y se dio la media vuelta para verlo con sus profundos ojos negros, de rasgos egipcios llenos de furia contenida por siglos, su semblante es fuerte y sus manos están hechas puño, su maquillaje está arruinado y su ropa está llena de agua a causa de la lluvia que inunda las oscuras calles de Londres, pero Cameron en ese momento se dio cuenta que quizá su bebé no tenga a Cleopatra cómo madre, sino a una reina.  

— ¡¿Cómo me pides que me calme?! — Gritó llena de coraje — ¿Sabes quien es ese hombre que intentó matarme? Es mi enemigo y jamás podré calmarme ahora qué sé que Octavio está en Londres —

Cameron negó con la cabeza y la tomó fuertemente del brazo, basta de actuar con indulgencia, Cleopatra es una mujer a la que hay que tratar con autoridad, de lo contrario lo verá cómo un simple esclavo y eso no pasará jamas, aferró su agarre sobre su brazo para qué se de cuenta que no es un simple joven inglés, sino un hombre que calma los arranques de locura de una diosa. 

— Se quien ese ese romano, pero él no me preocupa, sólo es otra momia viviendo en un tiempo equivocado, lo que no puedo dejar de pensar es que ese bebé que llevas en tú vientre es mío, debe quedarse en Londres dónde tendrá una buena vida, dejamelo, yo podré cuidarlo — Cleopatra emitió un gruñido y se soltó de su agarre para comenzar a caminar rápidamente por la acera de la calle — Ese bebé no es egipcio, es Inglés, no es ningun dios, sólo sera un bebe y tú quieres llevarlo a Egipto para qué reconstruya un reino que ya estaba en decadencia —

— ¡Eso no es verdad, Egipto es él reino más prospero de todos! —

Cameron soltó una fuerte carcajada llena de burla e ira contenida en cada una de sus venas, está detrás de ella tratando de hacerla entender que volver al pasado es de nuevo un suicidio y un asesinato para su hijo. 

Erase Una Vez Cleopatra. (Saga Faraones de Egipto Libro 1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora