— Claudio ¿Que vamos hacer con este par de enamorados? Podríamos. venderlos — Cleopatra apenas puede abrir los ojos por que parece que el sol besa a Egipto con mucha pasion, pero esta segura que los que tan hablando son soldados romanos, esos asquerosos — Ese hombre luce muy diferente... quiero cortarle la cabeza —
— Ella debe ser una prostituta. Esta sucia y apesta a camello —
Abrió los ojos de repente. Dispuesta a defender su honor como la reina, ese par ¿Como pueden confundirla con una prostituta? Ojalá los dioses los maten. Quiso moverse de inmediato, pero sus manos están atadas a su espalda, porque aún sin saber cómo está dentro de una jaula donde transportan esclavos o prisioneros. ¡Por anubis! Preferiría estar en la Duat, que compartir lugar con estos asquerosos y ¡Cameron, si tan solo no fuera Inglés, sabría usar una espada para defenderla!
Y ese par de hombres asquerosos, no dejan de mirarle las piernas doradas por el sol. Trato de bajarse el vestido con sus piernas, pero es imposible.
— ¿Que paso Cameron? Debiste decirme para huir. Oh, por tu culpa estamos aquí — preguntó segura que al hablar Inglés, ni esos romanos con sus grandes caballos ni muchos menos los esclavos les entenderán. Se supone que ellos deberian estar dormidos en la arena, ahí deshidratados en el desierto, lejos de todos, no como prisioneros en caravanas romanas.
Detesta esto. El sonido de los animales exóticas enjaulados, el olor a sangre y muerte. Nada de esto es bueno.
— Estos cavernícolas quieren matarnos. Si, bueno querida, si hubiera tenido tiempo le habría disparado con mi pistola eléctrica, pero resulta que se quedó en mi auto en ¡Londres! —
— Si me hubiera dicho estaríamos lejos, perdidos, lejos lejos de aquí. ¡Detesto a los británicos! Lo entiendes Cameron. Ellos quieren matarnos —
Cleopatra rodo los ojos molesta. Siiempre desde que fue niña odio a los romanos, les quitan su oro, se llevan sus granos y pueden hacer lo que quieran, creen que pueden ser más que todos, con sus grandes espadas y sus técnicas de guerra. Si las miradas matarán ellos estarían muertos. Esta es la peor aventura que alguna vez a vivido. Hace tanto calor que su cabello se pega a su frente y su vestido se pegaba a su cuerpo, no para de sudar, pero el olor de los esclavos casi la hace vomitar.
— ¿A dónde nos llevan? ¡Contesten!— pregunto en latín, pero ellos golpearon la jaula con sus espadas logrando hacerle un corte en el hombro y asustandola de inmediato.
— ¡Callate ramera! —
Cleopatra imagino cortarlos en miles de pedazos y dárselos de comer a los cocodrilos, pero solo puede verlos desde la jaula. Refunfuño molesta. Por lo menos en Londres, los viajes son cómodos y rápidos en el metro, aquí pasan las horas, el sol está más fuerte y no hay nada más que arena. Siente que esta a punto de desmayarse por el calor, sus ojos se cierran y posiblemente esta deshidratada, no tuvo más opción que recargar su cabeza en el hombro de Cameron, tan cómodo, tan fuerte, tan varonil, que tuvo ganar de besarlo, quizá en una alucinación por el calor, pero ni siquiera puede mover sus labios secos y siente que esta por morirse de hambre.
— ¿Te sientes mal damisela en peligro?
— Si, necesito tomar agua — se quedo dormida sobre el hombro de Cameron, recargando su mejilla sobre su pecho. Por lo menos los ingleses, son limpios, perfectos, con su piel blanca, sus mejillas rosadas y su cabello rubio.
— Llegamos a una ciudad. — Cameron trató de despertarla — ¿Sabes dond estamos? —
— Si — apenas y abrió los ojos. No necesita ver el lugar, el olor de sus perfumes y sus especias, le recuerdan a casa, su casa, su reino. — Es Alejandria
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Erase Una Vez Cleopatra. (Saga Faraones de Egipto Libro 1)
Romance¿Alguien sabe que hace Cleopatra en Londres? La ultima Faraona de Egipto, mujer de Julio Cesar y Marco Antonio. La única y verdadera reina de Egipto. Cleopatra no pensaba despertar en un nuevo mundo, creía que era un castigo de los dioses por no ga...