Parte 19

2.3K 282 27
                                    

Cleopatra sonrió divertida, algo pasa por la piel de su cuello tan delicadamente que por un momento pensó que ese guapo Inglés había dejado de pensar en su prometida y por fin la tomaría como mujer, pero cuando aquella cosa delicada se clava un poco en su piel, quizá hasta dejando un pequeño corte, se removió en la cama, como una chica traviesa. Primero Cameron es un caballero y ahora parece que quiere estar con ella, como dos cuerpos hambrientos en el desierto.

— Basta Cameron — Cleopatra se removió soñolienta — Me estas lastimando —

Pero la ronca voz de aquel hombre y sus buscan manos alrededor de su cuello, la hicieron salir de su dulce sueño.

— Yo no soy Cameron —

Cleopatra abrio los ojos de inmediato, muerta de miedo, buenas, más muerta de lo que ya esta. Se quedó sin aire, como si la hubiera golpeado en el estómago y de seguro su rostro perdió todo el color, esta tan asustada que se mordió la interior de si mejilla y saboreó la sangre, y claro que lo que sentía en el cuello no eran las suaves manos de aquel Inglés, sino una daga que amenaza con matarla al cortarle el cuello.

— Dime querida Cleopatra — aquel hombre aparento la punta de la daga sobre su cuello, dejando salir un par de gotas de sangre — ¿Esperas a tu enamorado? —

Para aquel hombre con la máscara de annubis todo parece ser muy gracioso, por sus risas se ahogan detrás de la máscara. Cleopatra está segura que esto no es gracioso, esta más inmóvil que una estatua romana, pegada a la cama mientras aquel hombre la amenaza y quiere matarla. Trato de moverse, pero las manos de ese hombre se aferran a sus brazos.

No había tenido tanto miedo de morir desde que mataron a Cesar, desde que todo su plan de amor se reunió con Marco Antonio y aquel romano invadió las puertas de su reino. Pero este hombre ese el mismo que la persiguió por las calles de Londres, lo sabe por el tatuaje en su cuello y el olor de su perfume. Cleopatra miró de reojo, la habitación está vacía y no hay nadie más que ella y su asesino.

— El podría llegar en cualquier momento y haré que te mate —

— ¿Un Inglés, matarme? No soy solo yo querida, somos cientos de personas que nos encargamos que las momias no invadan nuestro mundo y tu eres eso, morirse hace cientos de años, no tienes nada que hacer aquí. Nosotros los guardianes del tiempo no dejaremos que los muertos caminen junto a nosotros  —

Solo fue un pequeño momento de distracción, pero Cleopatra golpeó en la entrepierna a ese hombre y corrió por la habitación, casi se cae con los muebles, pero poco le importa corrió hasta la puerta desesperada por abrirla, pero aquel hombre la tomó del cuello tratando de ahogar la y la golpeó contra la pared para paralizarla.

La máscara de anubis la asustada y la mantiene paralizada del miedo. Aún no entiende como en el pasado esas máscaras la hacían sentir como una diosa, como alguien intocable, antes con una sola mirada uno de sus guardias habría matado a este hombres, incluso le habría cortado la cabeza o lo habría momificado vivo. Ahora esta tan indefensa que ni siquera tiene una zapatilla para noquearlo con ella.

— ¿Un primer ministro? ¿Enserio? Supongo que tu Cleopatra jamás pierdes el tiempo por hipnotizar a los hombres más importantes, quiza el pobre Marco Antonio este buscando a su amor tóxico, digamos que es otra momia perdida por Londres — Cleopatra apenas puede respirar aquel hombre aprieta su cuello con dureza — Pero primero son las damas, si existe un infierno o la duat, allá se encontrará con su amor, claro primero la mataremos a usted y después iremos por ese romano que está haciendo un revuelo en Londres, nos vemos querida reina —

Cleopatra pensé que esta vez si iba a morir, se aire se fue perdiendo cada vez de su cuerpo y aunque trataba de quitarse las manos de aquel hombre, era imposible combatir con su fuerza, quizá esos guardianes del tiempo tienen razón, seria mucho mejor si de una vez decide morir digna como una reina, si vuelve a su tiempo, donde era una diosa, la mujer más poderosa del mundo y donde están sus hijos.

Erase Una Vez Cleopatra. (Saga Faraones de Egipto Libro 1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora