Parte 46

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Cameron

Cameron supo que no estaba muerto y qué mucho menos había viajado al pasado cuando él olor a puro habano lo despertó al momento, odia el olor de eso, pero es algo muy familiar, sin embargo, no pudo evitar abrir los ojos, tuvo que parpadear en varías ocasiones para alejar esas extrañas luces a causa del golpe, él sonido de la suave música de violines lo tiene confundido y al tocar su frente y mirar sus dedos pudo ver rastros de sangre, pero las gruesas carcajadas lo confundieron por completo.

— ¿Acaso no te entrené mejor? Creí que por lo menos soportarías más golpes —

Cameron enfocó su mirada en ese viejo anciano sentado delante de él, su abuelo luce igual a como lo recordaba el día que se convirtió en primer ministro, ese día su abuelo se fue a una gran expedición por el desierto del Sáhara, ya han pasado años de eso, tiempo donde pasaron incomunicados, sobretodo después de su gran discusión donde Cameron aún se lamenta por haberlo llamado loco por su obsesiva fascinación al pasado, ahora ese viejo Inglés luce igual que siempre, un par de arrugas inundan la piel de su cara, pero es cómo si el tiempo no hubiera pasado por él, no luce molestó, al contrarío, se burla de él y a la vez fuma su puro.

Cameron sabe que el chofer maneja el costo auto de su abuelo pero no tiene ni idea de cual es su destino, parpadeo varías veces y se aseguró de estar en el lugar correcto, carraspeo y habló con tranquilidad.

— ¿Abuelo? ¿Qué haces aquí? Pensé que dejarías de hablarme como lo hace mi padre, sobretodo desde nuestra última discusión, supongo que te debo una disculpa por llamarte loco

Su abuelo soltó una larga y fuerte carcajada, su piel luce más blanca gracias al lujoso abrigo y él humo del puro inundo el interior del auto, Cameron tuvo que bajar la ventanilla para no vomitar por el olor.

— La locura es un defecto de familia, tú tatarabuelo casi mata al rey, así que tu jamás ibas hacerme sentir mal, no a este gran y viejo roble de la familia — Los ojos de su abuelo se llenaron de diversión — ¿Creíste que te dejaría sólo en esta locura? Uno de mis asistentes me mostró tu video saltando del puente de Londres ¿Y ahora esto? Tú quieres morirte, por cierto deja de tocarte la herida o te lastimaras —

— Al parecer soy tan importante como para que dejarás tu expedición para venir de nuevo a Londres — Cameron intentó abrir la puerta del auto cuando se detuvo en un semáforo en rojo — Gracias por venir, pero yo puedo resolver esto solo —

Su abuelo lo golpeó en la mano cómo un experto espadachín para que dejará de tocar la puerta y se aseguró de que su chófer pusiera seguro en todas las puertas. Dejó de reír y su abuelo endureció su mirada.

— Fácilmente podría irme de regresó a mi caravana, odió el clima de Londres y no ayuda en mi salud, prefiero disfrutar de los placeres orientales, pero resulta que encontré a mi nieto inconsciente dentro de una serie de túneles datados en la edad media — La mirada de ese anciano se hizo oscura — Y hay una pequeña momia guardada en el maletero de mi auto ¿No crees que me merezco una explicación? —

Cameron abrió mucho los ojos y se pasó las manos por el cabello, por unos minutos había olvidado todo lo sucedido, la cara carcomida de esa pequeña y su nivel de fuerza, eso no es natural, menos en una niña de aproximadamente cinco años.

— ¡¿Tienes a la niña en el maletero?! — preguntó alarmado. 

— Eso no es una niña, es una momia y hace cientos de años que perdió la inocencia — Su abuelo se recargó en su asiento y se cubrió con su abrigo — Esa cosa iba a matarte Cameron, si yo no hubiera llegado estarías con la cabeza destrozada, vaya que tienes mucho que contarme —

Erase Una Vez Cleopatra. (Saga Faraones de Egipto Libro 1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora