Cleopatra está muerta de miedo, está escondida en un sucio baño con luces extrañas, no quiere ver a nadie y tiene los ojos cerrados para desaparecer de este horrible pesadilla, pero Grace está esperándola afuera, mientras espera que su histeria pase y regrese a trabajar a la cafetería.
- ¡Por dios, voy a entrar al baño aunque no quieras! - Grace forzó la puerta y se sorprendió a ver a Cleo escondida en un rincón - No seas dramática, solo es una minifalda -
Pero Cleopatra no piensa lo mismo, esas corta falda la hace sentir expuesta ante todos y ellas es la faraóna de Egipto, no una mujerzuela de la calle, sin olvidar que aquella chica de cabello azul que tanto detesta la había despertado muy temprano sin ayudarla a vestirse y sin desayunar porque no sabe cocinar, esta loca.
Grace la hizo caminar debajo de la lluvia como si fuera gracioso, no esta acostumbrada a que sus zapatos se llenen de lodo o que tenga la ropa mojada. Extraña tanto a sus esclavos... La obligó a subir en una de esas extrañas cajas rojas que miro el día que despertó en esta pesadilla, muerta de miedo por que no sabía de donde sostenerse, era motivo de burlas para todos, con hambre, mojada y despeinada llego a la cafetería.
¿Trabajo? ¿Que es?
Cleopatra solo ha trabajado como la faraóna de Egipto, nunca levanto nada pesado y ni siquiera levantaba su propia copa, le daban de comer en la boca y recuerda como si fuera un sueño los días en que recostada en sus almohadones de la mejor tela egipcia, mandaba azotar a sus esclavos por no trabajar después de estar todo el día bajo el incesante sol de Egipto.
Ahora no saben cuánto se arrepiente de haberlos azotado, esta asustada y cansada y posiblemente tenga ronchas en sus piernas porque una taza de lo que todos llaman café se derramo en su pierna y al sentir el ardor salió corriendo sin saber a dónde. Y toda esta pesadilla por un boleto de avión para regresar a su reino.
- ¡No me gusta, no me gusta este lugar y me arden las piernas, quiero irme a casa, ahora! - grito fuera de sus cabales pero Grace se acerco y le ofreció un ungüento para el dolor
- ¿Nunca has trabajado, verdad? ¿Acaso no eres de este planeta? - Cleopatra se confundió al no saber que contestar, ¿Que es planeta? Lo más lejos que llego a conocer fue Roma y Oriente, jamás llegó a conocer el final del desierto. - ¡Estoy bromeando! Digamos que serás un caso más difícil de lo que esperaba, espero que mi madre me pague más por esto -
Cleopatra se pegó más a la pared cuando Grace la tomó del brazo para salir del baño, no soporta el olor de esas bebidas, no soporta trabajar como una esclava, ella no sirve a nadie, todos le sirven por que es la faraóna. Es una reina no debería de estar esperando dinero de nadie. Sin duda tiene que enviar rápidamente esas cartas para que sus soldados vengan por ella. Puede imaginarse a Grace desfilar encadenada por Egipto por ordenarle a trabajar como una simple esclava. La odia.
- ¡No te atrevas a tocarme, he dicho que no regresaré! - su voz esta colérica de coraje.
- Lo siento Cleo, pero hoy tenemos muchos clientes esperando un buen café por la mañana - Grace habla mucho más comprensiva - ¿Quieres comprar ese boleto para Egipto? Tienes que trabajar, solo serán unas horas -
De tener aire de grandeza Cleopatra puso los pies en la tierra, es lista y sabe que no puede hacer otra cosa más que regresar a llevar cafés a las mesas, necesita el dinero como nunca antes, el deseo y el temor de saber donde están sus hijos la está obligando a hacer cosas que nunca antes se había imaginado. Sin decir nada salió antes que Grace y regresó a la cafetería.
Sé el poder que tengo con los hombres, toda mi vida he tenido que luchar por un trono, este trabajo me volverá aún más fuerte, si consigo enamorar a un pobre plebeyo, si, eso haré, el me regresara a mi tierra.
Sin duda no es buena para trabajar, sus manos tiemblan cuando tiene que servir el café pero con suma confianza que tanto la caracteriza camina por las mesas para llevar la humeante bebida, sin derramarla de nuevo. Su cabello negro se mueve al caminar y desprende un cálido olor de las arenas de Egipto, sus ojos felinos y hermosos llaman la atención en la pequeña y vieja cafetería. Pero sabe ocultar a todos que es pésima para el trabajo y que derrama el café por todos lados.
- Te dije que sería un buen trabajo para ti, además a ese paso y con las propinas que recibes, podrás pagar tu boleto antes de tiempo - Grace levanto la vista cuando la campanita junto a la puerta se movió, un nuevo cliente llego - ¡Por la misma reina de Inglaterra! ¿Ya viste quién llegó! El mismísimo primer ministro -
Cleopatra miró la cara asombrada de su ahora amiga Grace, supongo que no es tan mala y le ha perdonado la vida, no la hará desfilar por las calles encadenada ¿Primer ministro? Aquel cargo le recordó al poderoso Julio Cesar, todos a su disposición. Levantó la vista hacia aquel cliente que entro rápido por la lluvia.
Su cabello rubio, su ropa perfecta y su marcado acento Inglés, hicieron que pensara que era totalmente lo opuesto al sudoroso y grandioso Julio César, al cual lo recuerda victorioso, sucio por la sangre de sus enemigos y sudoroso por la batalla, su olor era varonil y ella pasaba las manos por su velloso pecho. Este hombre que a entrado por la puerta se parece más a una estatua perfectamente pulida, no aún hombre del cual esté acostumbrada.
Sin duda es guapo, y Cleopatra sabe que será aquel hombre que la llevará de nuevo a Egipto.
Y de su inteligencia para enamorar a los hombres, nadie debe de tener duda alguna.
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Erase Una Vez Cleopatra. (Saga Faraones de Egipto Libro 1)
Romansa¿Alguien sabe que hace Cleopatra en Londres? La ultima Faraona de Egipto, mujer de Julio Cesar y Marco Antonio. La única y verdadera reina de Egipto. Cleopatra no pensaba despertar en un nuevo mundo, creía que era un castigo de los dioses por no ga...