Parte 31

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— ¿Cleo que estás haciendo aquí afuera? — Grace se asomo por la puerta trasera de la cafetería mientras se abraza y tiembla de frío, el cabello de su amiga se mueve y ni siquiera su sueter gigante la cubre del clima lluvioso y gris de la Londres  — Vamos a dentro aquí afuera está helado y pareces una demente pegada a la basura —

Cleopatra cerró los fuerza mientras usa todas sus fuerzas para que aquella momia no la abra el contenedor de basura, pero su amiga no sabe eso y Cleopatra sabe que posiblemente si parece una loca pegada a la basura, pero prefiere eso a que otra momia intente matarla, así que sonrió amablemente tratando de fingir que no tiene a una momia que está gritando dentro del contenedor.

— Si Grace, en un momento regresó a la cafetería  — Cleopatra se mordió tratando de no soltar un quejido molesta, pero al parecer esa momia tiene más fuerza de los que pensaba y por poco abre el contenedor, pero Cleopatra lo cerró con tanta fuerza que la momia profirió un grito de horror al sentir como su mano fue cortada, solo espera que Grace no haya escuchado eso — Solo...necesito tomar aire fresco —

Grace se cruzó de brazos y entrecerró los ojos para verla detalladamente, pero no se fue y Cleopatra maldijo por lo bajo al ver como su amiga caminó un par de pasos, pero volvió a respirar cuando Grace se detuvo. 

— Que vengas te digo, te prepararé una taza de chocolate especial — Grace sonrió — ¡Dios Cleo! ¿A veces eres muy extraña lo sabes? Hable contigo, te dije que no jugaras con dos hombres al mismo tiempo, quizá esa es la razón por la que estás aquí asustada, por si no lo sabes querida amiga, el primer ministro y un hombre muy raro están preguntando por ti, entra antes de que destruyan mi cafetería —

Cleopatra rodó los ojos imaginando a sus dos amates casi en un duelo a muerte por ella, sin duda Marco Antonio ganaría, Cameron es muy lindo pero no es tan fuerte, pero ese guapo inglés tiene un don en la cama que lo hace ganar todos los duelos, Cleopatra soltó un suspiro resignada, los dos grandes amores de su vida jamas se llevaran bien.

— ¿Estas embarazada, verdad? ¿Eso es lo que te pasa? ¿Vienes a tomar aire porque no quieres que note los síntomas? — Grace se puso las manos en la cintura y la fulmino con la mirada — ¡Te dije que te cuidarás Cleopatra! Ahora ven a la cafetería y dinos quién es el padre de ese bebé, porque esos hombres quieren matarse y uno de ellos tiene una espada ¡Que vengas! —

Cleopatra abrió los ojos tratando de procesar todo lo sucedido mientras escucha el portazo de Grace al entrar de nuevo a la cafetería. Ella no está embarazada,mucho menos tiene síntomas, ni tampoco salió a la parte trasera de la cafetería para ocultarse de sus amantes, no les tiene miedo, es mas algun dia espera que los tres puedan yacer en la misma cama para disfrutar el sabor del sexo, si, un trio como le llaman en la actualidad, para Cleopatra es compartir sabiduría y amor, pero conociendo lo delicado que es Cameron eso solo sucedera en sus mas oscuras fantasias. Cleopatra soltó una carcajada, ahora que está sola en el ocurso callejos es momento para matar a esa momia. 

Cleopatra cerró los ojos y respiró varias veces tratando de tomar valentía para tener que matar, no es que vaya a matar a un humano, pero esa momia algun dia fue una persona. Cleopatra tomó el puñal dentro de su delantal, se dio la media vuelta y abrió rápidamente el contenedor de basura, entró tan rápido al contenedor de basura que cayó encima de aquella momia, pero gracias a la poca luz que entra puede verla completamente. Aquella momia es una de las sacerdotisas del templo de venus, lo sabe, alguna vez en su antigua vida la conoció, era una mujer bella, ahora luce horrible con su piel descarnada cubierta de vendas, desorientada con sus ojos llenos de horror al volver de la muerte y asustada al verse en un lugar extraño, pero esa sacerdotisa no quiere morir, porque de su boca descarnada soltó un terrorífico grito y abofeteó a Cleopatra, le pegó tan fuerte, que Cleopatra pudo sentir el sabor de la sangre, pero eso la hizo enfurecer, así que hizo caso omiso a los gritos, pataleos o golpes de aquel ser horrible, pero Cleopatra no vino  de nuevo a Londres para ser buena y si quiere si quiere la corona de Egipto tiene que eliminar a sus enemigos, no es buena, no es mala, solo lucha por lo que quiere, quiere su reino y regresar a esta momia a la duat, así que bajo la daga con todas sus fuerzas y lo clavó varias veces sobre el corazón de aquella momia hasta verla convertirse en arena  y desaparecer entre sus manos.

Erase Una Vez Cleopatra. (Saga Faraones de Egipto Libro 1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora