Parte 21

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— ¡Esto es asqueroso! Esta cosa peluda no es digna de una reina. ¡Bajame de aquí en este momento Cameron!  — Cleopatra trató de soltarse las manos, pero están finamente atadas al lomo del camello —Deja de burlarte de mi, te lo ordeno como la reina. ¡Eres mi sirviente! — 

Cleopatra refunfuño molesta cuando Cameron soltó una carcajada, está tan furiosa que patalea tratando de bajarse del lomo del camello, pero sus manos están muy bien atadas y el olor del animal casi la hace vomitar, pero cuando levanta la mirada y mira a aquel rubio, tiene ganas de matarlo.

Cameron camina animadamete a un a un lado del camello como si no le importara el maldito calor que dora su piel y como si él olor apestoso del camello no lo afectará. Sus mechones rubios se mueven junto a la arena del desierto, los botones abiertos de su camisa dejan a la vista su suave piel y su sonrisa es tan amplia qué como todo un caballero de está burlando de ella.

— Vamos Cleo no seas una reina odiosa, asustaras al camello con tus pataleos — Cameron se acerco a ella, aún cuando sus pies se unen en la arena, sus manos fueron delicadas cuando le alejó un par de mechones negros de la cara — Creo que nuestros secuestradores han sido muy amables con nosotros, por lo menos no nos mataron como a esa momia, perdón tú hermana —

Cleopatra frunció su ceño aún más molesta que antes. Esta atada a un cabello, la maldita orden los tiene y sus secuestradores no son nada amables. Los llevan caminando por el desierto junto a una caravana como si fueran simples esclavos, bueno solo a ella, porque Cameron sonríe ampliamente y platica con aquellos hombres como si ella no estuviera atada a un maldito animal, quizá Cleopatra tuvo un mejor final, porque el cuerpo de su hermana se convirtió en polvo de nuevo en cuanto le dispararon.

— ¡¿Qué estos malditos, son amables?! ¡¿Estas loco?! Me tienen atada a un camello y estamos en medio del desierto — Cleopatra pataleo de nuevo, pero sus intentó son en vano, levantó la mirada tiernamente para que ese Inglés sonriente se apiade de ella, esta segura que en cuanto sus ojos egipcios lo seduzcan, pegará el taser en su cuello y lo abandonará en el desierto — Por favor, ayúdame Cameron —

— No puedo Cleopatra — Los ojos de Cameron están llenos de diversión cuando se acerco a darle un poco de agua, el sol es abrasador y sus labios están secos — ¿Ves a esos hombres de allá? —

Cleopatra entrecerro los ojos para poner fijar la vista a pesar del sol, esos malditos hombres del desierto van en sus cabellos detrás de ellos con sus armas apuntándoles.

— ¿Que tienen esos hombres? —

— Te tiene miedo Cleopatra, creen que les harás algo o que si están contigo les caerá una maldición, espero no sonar muy cruel, pero ellos piensan que eres una momia maldita que despertó para acabar con Egipto — Cameron siguió caminando junto al camello — Así que por eso estoy caminando junto a ti, porque creen que tú ya me condenaste a la muerte, tampoco puedo desatarte las manos y menos bajarte del camello, si lo hago, nos dispararán —

Cleopatra volvió a mirar a aquellos hombres que les apuntan con las armas y diji un par de palabras en un antiguo idioma, lo que causó que los hombres prepararán sus armas.

— ¡¿Acaso me veo como una momia?! — Cleopatra soltó un suspiro resignada — Grace decía que podría pasar por una chica inglesa, claro, mi amiga cree que soy una demente y que me hago pasar por la antigua faraona para llamar la atención, pero si soy Cleopatra —

— Bueno, ahora te ves, ya sabes, ese vestido es preciosos, tú.... luces preciosa — Cleopatra se emociono al ver tartamudear a ese Inglés— Pero si tú despertaste igual que tú hermana, envuelta en vendas y con la carne podrida, yo supongo que si dabas miedo —

Erase Una Vez Cleopatra. (Saga Faraones de Egipto Libro 1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora