Ha pasado una semana desde que tuve aquella conversación con Theo, tampoco he tenido noticias sobre él, salvo aquellas que se mencionan en el televisor, ha estado ocupado haciendo tratos y acuerdos con distintos reinos y se le ha visto últimamente en revistas donde ha dado entrevistas sobre lo que ha sido de su vida al convertirse en rey, dando discursos en eventos de caridad, fundaciones, empresas y escuelas.
Estuve comprando el periódico durante toda esa semana y navegando en internet en busca de una nueva entrevista sobre Dorothea, no debería de estar dándole importancia, pero la intriga puede más conmigo.
Esta mañana me encuentro en el hotel, estoy disfrutando de mi pequeño descanso en la cocina, con Friedrich y otros trabajadores, comemos donas de chocolate y vainilla que el chef ha preparado.
—Lamento interrumpir su descanso, pero hay una pareja en la recepción pidiendo ver a Leigh —dice Ethan el chico que está cubriendo mi turno durante del descanso, frunzo el ceño, Friedrich se encoge de hombros al verme, termino de comer mi dona y me levanto de inmediato para ir a averiguar de quien se trata.
—Dime, ¿Hace mucho que han estado preguntando por mí?
Niega.
—No más de cinco minutos, les he dicho que estabas en tu hora de descanso, pero se han negado a aceptar que los atienda, han sido muy específicos en que tienes que ser tú quien los atiende.
Mientras nos dirigimos a la recepción, pienso en quien podría tratarse, quizás sea la señora Müller con un hombre por fin, ella es la única persona que pasa por mi mente, pues es quien constantemente, hace guerra con los otros empleados para no ser atendidos por ellos, sino por mí.
—¿Crees que debería de preocuparme? —le pregunto, recordando que normalmente, las situaciones como estas terminan en pequeños problemas, al no conseguir que el huésped este conforme. Ethan se encoje de hombros y piensa mi pregunta por unos segundos, está debatiéndose en cuál es la respuesta correcta, a medida que avanzamos hasta a la recepción y nos encontramos más cerca, no hace falta que responda porque de inmediato reconozco la voz de Edgar y Agatha discutiendo con otro empleado en el mostrador.
—Ya les dijimos, haremos la reservación en cuanto Leigh se presente, ¿qué no es ella una de las recepcionistas y la encargada de este hotel? —se queja Agatha, quien tortura al chico detrás del mostrador, Edgar solo está sosteniendo amablemente su bolso y asintiendo a cada palabra que ella dice. La mirada del chico detrás del mostrador se posa en mi dirección haciendo que la pareja también voltee, lo veo soltar un suspiro de alivio, Agatha no espera más y se apresura a llegar a mí.
—¡Leigh! —exclama extendiendo los brazos en mi dirección, yo corro a su encuentro y dejo que me abrace con fuerza, Edgar se queda a unos centímetros de distancia de nosotros, espera a que su esposa me suelte para ser él, quien ahora me envuelve en un cálido y tierno abrazo.
—¿Cómo estás, pequeña? —pregunta al separarse de mí, una risita nerviosa se escapa de mi boca, estoy sorprendida de verlos, no imaginé que se presentarían aquí.
Los miro con asombro a ambos.
—¿Qué hacen aquí? —pregunto, un tanto incrédula. Es una gran sorpresa, ambos comparten una mirada cómplice.
—Hemos decidido tomar un ligero descanso de nuestro abrumador trabajo y venir a visitar Alemania —contesta Edgar, Agatha se acerca a él para abrazarle.
—Así es —concuerda con entusiasmo—. Creímos que nos vendría bien un descanso y recordarnos que este es uno de los mejores hoteles para hospedarse, además de que está dirigido por alguien maravilloso.
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Un príncipe peculiar
RomanceLos caminos de Leigh y Theo se cruzan debido a un malentendido, tras lo cual, Theo se ve interesado en conocer más sobre la vida de Leigh, mientras intenta descubrir qué sucederá con su propia vida después de que se convierta en el rey de Alemania...