Paso la mayor parte de la noche envuelta en una gran ansiedad y desesperación, si continúo mordiéndome las uñas, en cuestión de horas, me quedaré sin uñas para morder, estoy hecha un lío de nervios, la visita de Stefan y la carta del rey habían provocado un gran revuelo en mi interior. No tengo duda alguna en que debo entregarle la carta a Theo, es lo correcto y su padre lo hubiese querido así, sin embargo, no estoy preparada para presentarme en la iglesia antes de la ceremonia de coronación.
Si me presento en la iglesia, sé muy bien que, si tengo oportunidad de verle cara a cara, probablemente continuaría diciéndole todas sus verdades en la cara como lo hice el día en que discutimos, pero, por otro lado, había una gran probabilidad de que me mostrara débil de tan solo verlo, me dejaría ganar por su dulce mirada.
Por culpa de mis indecisiones, me presento tarde a la iglesia, Stefan me ha mandado un mensaje de texto alrededor de las cinco de la mañana, donde me dio la dirección del lugar y la hora en que sería la coronación, tome un taxi hacia la iglesia porque Cassidy no estaba en su departamento cuando la fui a buscar y para mi mala suerte, hoy Alemania tiene un tráfico espantoso.
Hay guardias en la entrada principal de la iglesia, todos con un impecable y perfecto traje miliar. Subo los escalones que había para llegar a la entrada y dudo en sí debía pasar las puertas de esta o no, desde donde me encuentro, tengo una buena vista de las personas dentro de la iglesia, no hay ningún asiento vacío, está lleno y se puede escuchar con claridad los murmullos de las conversaciones que estaban teniendo, les ofrezco una pequeña sonrisa a los guardias, quienes no gesticulan ni una expresión y fingen pasarme por alto.
Me atrevo a entrar a la iglesia y desde una esquina, busco un asiento disponible, o más bien, intento buscar a Stefan entre toda la gente. Afortunadamente, nadie se percata de mi presencia, noto que algunas personas continúan llegando y buscan sus despectivos asientos. La ceremonia aún no ha empezado y no hay rastro de Theo por ningún lugar lo que me hizo pensar que debía de llegar tarde.
Indecisa en sí avanzar y buscarme un lugar entre las filas como el resto de los demás invitados, continúo allí parada observando.
Cinco filas adelante de donde me encuentro, veo a Nathaniel conversar cómodamente con dos hombres y una mujer de una edad mayor, supongo que se puede tratar de sus padres, este, para mi suerte, voltea en mi dirección, frunce el ceño como si estuviese dudando de mi presencia, segundos más tarde, murmura unas disculpas con quienes estaba conversando y sale de la fila para llegar a mí, eso gano un par de miradas hacia nosotros.
—Hola, creí que no te presentarías —dice con sorpresa y una mueca—. ¿Cómo te encuentras?
Doy una última mirada a la multitud y me encojo de hombros, ¿cómo me encuentro? Ni siquiera lo sé. Nathaniel no exige una respuesta, me ofrece una sonrisa diminuta y me toma del brazo.
—¿Ya tienes un asiento? Estaba conversando con unos amigos, pero aún no he buscado mi lugar, sé que es al frente con el resto de los hombres de la corte, pero no deseo sentarme allá —habla escudriñando el lugar—, ¿qué me dices de un lugar aquí en los asientos finales? Hay una buena vista en donde me encontraba y aún queda espacio.
Asiento sin decir más, pues no quiero quedarme allí parada como una tonta en la esquina de la iglesia. Me siento aliviada de que Nathaniel me encontrará, los dos caminamos hacia la banca en la que se encontraba minutos atrás, vuelve a saludar a las personas con las que estaba hablando y me presenta ante ellos, quienes solo me ofrecen una sonrisa amistosa al igual que yo.
La mayoría aquí trae trajes sumamente elegantes y lucen sombreros pomposos en la cabeza, una de las mujeres que está sentada en frente de mí, trae un sombrero de lo que me parece ser un pavo real de color verde limón. Yo había optado por vestir un vestido simple de color azul celeste, no era elegante a comparación de todos los vestidos que las mujeres aquí usan, pero era lindo y claro, no traía un sombrero conmigo. Nathaniel llevaba un traje de color negro y su cabello estaba perfectamente peinado resaltando sus atributos, se veía atractivo.
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Un príncipe peculiar
RomanceLos caminos de Leigh y Theo se cruzan debido a un malentendido, tras lo cual, Theo se ve interesado en conocer más sobre la vida de Leigh, mientras intenta descubrir qué sucederá con su propia vida después de que se convierta en el rey de Alemania...