—Esto es sorprendente —digo con admiración—. París, las calles, las personas, todo aquí es fantástico.
Theo me sonríe. Después del carnaval, decidimos continuar caminando por las hermosas calles de París, las personas ya se han dispersado un poco, permitiéndonos tener un poco de privacidad.
—Es encantador —dice con un suspiro—. Y lo encuentro aún más encantador recorrerlo contigo.
No puedo evitar sonreír. Un par de jóvenes bailando pasan por nuestro lado, llamando nuestra atención, el teléfono de Theo suena y me hace una seña para que lo disculpe antes de alejarse y responder. Observo a Theo desde lejos, como su ceño se frunce mientras escucha la llamada, suelto una risita y niego, es demasiado encantador y me es inevitable no sentirme atraída a alguien como él.
Por otro lado, siento como si estuviera viviendo en una especie de cuento de hadas, estar en París, recorriendo las calles con un príncipe que me hace suspirar cada vez que sonríe y ni hablar de cuando me besa, todo suena tan irreal desde mi cabeza, difícil de creer, sin embargo, la vida es demasiado corta como para que me detenga a pensar en la realidad, si estoy viviendo una especie de sueño, espero no despertar pronto de este. Sin duda, París está afectándome.
Theo se acerca a mí, segundos después de colgar.
—¿Está todo bien? —pregunto una vez que llega a mi lado.
—Sí, eso creo —dice aún con el ceño fruncido—. Era mi padre, como sabe que estoy en Francia, cree que sería conveniente en que aproveche el viaje y vaya a ver al rey de España y después a Inglaterra para un par de asuntos que hemos estado tratando.
—¿La visita tiene que ser pronto? —me veo preguntando, deseando que no tenga que irse ahora, pues estoy disfrutando demasiado de su compañía.
—Bueno, papá agendó un boleto de avión para mañana en la noche —dice pasándose una mano por el cabello—. Solo tendremos un par de horas para visitar a Agatha mañana y cocinar con ella antes de que yo tenga que irme a España.
Una mueca se forma en mis labios que rápidamente intento reemplazar por una sonrisa. Me pregunto si su vida es así constantemente, aprovechando viajes para visitar otros países y tratar asuntos importantes.
—Lo lamento —dice al ver que me he desanimado un poco ante la idea de que tenga que irse tan pronto—. Me hubiese gustado quedarme más tiempo, pero es importante visitar a ambos reyes, sobre todo Inglaterra, han pasado un par de meses desde mi última visita a la familia real.
—Descuida —me encojo de hombros, deseando restarle importancia—. Yo comprendo que tienes deberes, no tienes por qué disculparte, es importante, ¿no?
—Sí, por mucho que ansíe quedarme un día más en París, las actividades reales son importantes, no puedo posponerlas.
Asiento, comprendiendo que es parte de su deber, rompiendo el pequeño silencio que se ha formado a nuestro alrededor, Theo pellizca mi estómago cosa que me hace soltar una risita antes de continuar disfrutando del resto de nuestra caminata.
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Un príncipe peculiar
RomanceLos caminos de Leigh y Theo se cruzan debido a un malentendido, tras lo cual, Theo se ve interesado en conocer más sobre la vida de Leigh, mientras intenta descubrir qué sucederá con su propia vida después de que se convierta en el rey de Alemania...