Resulta que Nate, es el príncipe de Liechtenstein y primo de Theo, —no presto muy bien atención, por qué parte de su familia son primos, pero son parientes— cuando Theo estaba saliendo con la princesa Dorothea, para Dinamarca y Alemania, parecían la pareja perfecta, incluso se llegó a creer que ambos podían comprometerse y cuando los dos terminaron, nunca se supieron los motivos por los que rompieron, sin embargo, Nate los había sacado a relucir en la pelea y ahora todos comentan sobre ello.
Stefan se ha llevado a Theo dentro del palacio, y Nate se ha ido con Dorothea, quien después de que los guardias lograron separar a ambos hombres, intervino defendiendo a Nate.
—Esto es un desastre —se queja Cassidy, caminando a mi lado. Ambas nos dirigíamos hacia adentro—. Pobre Theodore, debe de estar más que molesto.
Es evidente que Theo se fue molesto de aquí, poseía una expresión seria en el rostro, por culpa de la ira y también percibí una pizca de dolor en su rostro, cuando Nate confesó lo del engaño. Lo ha humillado delante de todas estas personas, que ahora se sienten con la autoridad y derecho de juzgar a ambos hombres y tomar bandos de quien es mejor y quien no, me resulta patético.
Niego al escuchar a dos mujeres decir que Theo se lo merecía, justo al pasar por su lado.
—Lo siento Cassidy, tengo que ir a buscarle —le digo a mi amiga, para poder apresurar mi paso e ir en busca de Theo en el palacio. Dentro, el baile parece continuar, no todos abandonaron el salón así que hay un ambiente diferente que al de afuera, la vibra es más ligera y agradable, aquí no hay críticas, todos parecen estar metidos en sus propios asuntos, bailando, platicando o comiendo.
Salgo del salón y camino por el pasillo que da en dirección a otras puertas, es enorme y tengo el presentimiento de que voy a perderme, también de que alguien puede regañarme por prácticamente, escabullirme hacia las habitaciones, sin ninguna invitación.
Continúo caminando y abro un par de puertas, en busca de Theo, me siento extraña abriendo habitaciones, pero no voy a detenerme hasta encontrarle, necesito asegurarme de que está bien. Confieso que Nate me ha parecido un chico agradable, nuestra pequeña conversación se ha sentido bastante agradable y familiar, en el sentido en que me recordó cuando conversaba con Cassidy, sin alguna incomodidad o tensión, nunca imaginé que él y Theo tuviesen alguna diferencia, también tengo que decir que no imaginé que fuese un príncipe.
Veo a Stefan correr a toda prisa del otro lado del pasillo, corro hacía el tan rápido como puedo, su mirada se encuentra con la mía y detiene su paso abruptamente. Frunce el ceño por la sorpresa.
—¿Leigh? —pregunta en un tono agitado por haber estado corriendo—. ¿Qué haces aquí?
—Estoy buscando a Theo, ¿se encuentra bien?
La versión que tengo de Stefan frente a mí es desaliñada, no trae consigo su saco, y su camisa blanca parece estar desfajada y arrugada. Hace una seña hacia el fondo del pasillo.
—Escaleras arriba, continúa caminando derecho por el pasillo, doblas a la izquierda y su habitación es la última —responde, haciendo señas con las manos—. Iré a buscarle un poco de hielo.
Sigo las indicaciones que me ha dado y hago mi mayor esfuerzo por no perderme, los pasillos son tan largos que me toma casi diez minutos llegar a la habitación de Theo. Me detengo frente a ella y doy tres golpes, si murmura que puedo pasar, no escucho nada, aun así, abro la puerta —que por suerte no tiene llave— y entro. Theo está sentado sobre el borde de la cama, su encantador rostro luce amoratado y su ropa está igual de desaliñada que Stefan —salvo que su camisa se encuentra desabotonada y puedo ver su abdomen—, sus ojos lucen desanimados cuando se encuentran con los míos.
ESTÁS LEYENDO
Un príncipe peculiar
Roman d'amourLos caminos de Leigh y Theo se cruzan debido a un malentendido, tras lo cual, Theo se ve interesado en conocer más sobre la vida de Leigh, mientras intenta descubrir qué sucederá con su propia vida después de que se convierta en el rey de Alemania...