A fuera se había levantado viento de nuevo. Iris oyó que el estudiante modelo se movía inquieto de un lado hacia otro. Entre sus cosas mojadas debía llevar prendas de lana, apestaba a oveja.
Sonaron unos truenos en la distancia.
- Otra tormenta, ¡no, por favor! - gimió Bastian.
- Por desgracia, es lo más probable. Por aquí es bastante usual que choquen los frentes. Me asombraría mucho que a lo largo de la noche no se armara otra buena.
- No tendría que haberla dejado irse - murmuró él por quinta vez por lo menos. Ese Bastian era un auténtico explorador, un verdadero caballero. Noble, servicial y buena gente. Encajaba a la perfección en el pseudomedievo de Saeculum.
Si no quería acabarse los nervios oyendo sus recriminaciones durante toda la noche, tenía que distraerlo.
- ¿Tienes hambre? Te lo digo ahora, si te empeñas en ser un imbécil y pasarte de buena persona es cosa tuya. Tengo panes de ayer, embutido y tres huevos duros. ¿Quieres? ¿Sí o no?
Pudo sentir su asombro, seguramente se dio cuenta de pronto de que seguía teniendo un estómago.
- Encantado - dijo casi al instante -. Gracias. Me estás ayudando todo el tiempo, espero que pronto pueda recompensarte, pero mis víveres se han empapado por completo...
¡Por favor! Recompensarme. Probablemente en un restaurante de cuatro estrellas con la tarjeta de crédito de papá.
- Mira, no hace falta. Es la primera vez que vienes y no lo estás haciendo nada mal. Aunque... ¿no te molestes, eh? Me parece que no encajas aquí.
- ¿Por qué no? -
Pensó un instante.
- Por todo lo que he oído, tienes los pies en el suelo. Sabes lo que quieres, tienes una meta y estás concentrado en ella - buscó en su bolsa un pan y un huevo, estaban igual de duros los dos. Esperaba que tuviera una buena dentadura -. A tus ojos un hobby que quite tanto tiempo como el de los juegos de rol en vivo no puede ser más que una evasión inútil con respecto a las cosas importantes de la vida. A pesar de ello, estás aquí. Así que debes de estar loco por Sandra - le tendió el pan y el huevo en medio de la oscuridad. Las manos de él rozaron su brazo, se deslizaron más abajo, alcanzaron sus dedos.
- Gracias. -
- No hay de qué -Iris buscó el embutido. Había cortado unas cuantas rebanadas cuando aún era de día. Le pasó tres -. No me lo agradezcas más, ¿sí?
Un crujido. Bastian tenía que haber mordido el pan que estaba como una piedra. El ruido de un trueno sonó como un eco.
- En lo que se refiere a Sandra... - dijo él masticando - Loco... quizá sí que lo estuve. Tiene algo que a mí me falta. Algo libre, espontáneo.
- Ah, justo... ese algo que acaba de llevarla hasta el bosque oscuro - Iris se mordió los labios. Había terminado sacando el tema que justamente quería evitar.
Bastian permaneció en silencio. Su mala conciencia se interponía entre ellos como una tercera persona.
- Lo que me sorprende es que nadie haya protestado por que vinieras con nosotros - dijo después.
- ¿Por? -
- Porque la convención de Pascua es muy especial, una especie de reunión secreta. Todos confían en que los demás mantendrán la boca cerrada. Pero a ti no te conoce nadie; peor aún, es tu primera convención. Quiero decir que dentro de unos días podrías ir a la comisaría más cercana y contar que acampamos sin permiso en este bosque. Encendimos fuego y pudimos causar un incendio monumental. Igual hasta se hiere alguien. El año pasado hubo unas cuantas heridas, tobillos torcidos y un montón de moretones de luchar con las espadas. La ley multa todo eso, siempre que alguien lo denuncie - trató de escudriñar sus ojos en la oscuridad, en vano -. ¿Quién nos dice que no vayas a hacerlo? Por eso me sorprende que te hayan traído. Sandra tuvo que ser muy persuasiva.
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Saeculum
Mystery / ThrillerSaeculum promete ser un emocionante juego de roll, un inofensivo viaje al pasado. Cinco días en un paraje remoto sin estudios, sin trabajo y sin tecnología de ningún tipo. La aventura perfecta para desconectar y quizás conquistar a esa persona que r...