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- Es demasiado arriesgado.

- No, no te preocupes. Hemos pensado en todo. No quiero tener que

volverme atrás.

- No sé. No tendré ni un minuto de tranquilidad.

- Oh, vamos. ¿Qué va a ocurrirnos? ¡Hace meses que las cosas

marchan!

- No podemos confiarnos en eso. Me preocupo por ti, ¿no lo comprendes?

- Claro. Seguro. Pero lo deseo tanto.

- Entonces hagámoslo. Pero no me da buena espina.

- ¿No me vas a dar el gusto?

- Claro que sí. Siempre.

- No se lo digas a nadie, ¿eh? De ninguna manera. No, ¡no suspires! Prométemelo.

- Si es tan importante para ti.

- Más de lo que te imaginas.

SaeculumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora