Aeso se dedicaron las siguientes horas. Bastian sentía que los demás lo acechaban, los veía cuchichear. Ahora yo soy su cuerda, su pala, su escalera a la libertad. Solo esperan el momento de utilizarme.
Tal vez para incomodarlos más todavía, Iris sacó el arpa y comenzó a tocar. Planxty Drew, en dos variaciones distintas. Tourdion. Después, una melodía que Bastian no conocía, pero sonaba a recuerdo y despedida.
De pronto, unos ruidos se unieron a la música de Iris, gemidos y ladridos. Los primeros provenían de Arno; los segundos, de Roderick. El animal tiraba de su correa provisional mientras Alma hacía verdaderos esfuerzos para tranquilizarlo.
Sin darle muchas vueltas, Bastian se levantó y fue a ver a Arno, que debía de haberse golpeado la cabeza en sueños porque la herida de su frente estaba sangrando de nuevo. Se arrodilló a su lado y buscó en su riñonera algo con lo que poder improvisar una nueva venda.
- ¡No lo toques! -
Se dio la vuelta, vio cómo el enojo enturbiaba la mirada de Alma, por encima de sus mofletes.
- ¿Qué? -
- ¡Déjalo en paz! ¡Se encuentra tan mal porque tú le has puesto tus malditas manos encima! -
Arno gimió. La sangre corrió por su frente, goteó sobre el suelo.
- Escucha - dijo Bastian. Tuvo que armarse de paciencia para no ponerse a gritar o ahogar a aquel perro rabioso - . Solo trato de ayudarlo. Se ha abierto la herida otra vez, ¿no lo ves? Hay que limpiarla y ponerle otra venda.
- Pero ¡no tú! - iba a acabar santiguándose. Bastian cerró los puños hasta clavarse las uñas en las palmas.
- Solo nos has traído la desgracia. ¡De no ser por ti, no habríamos acabado en este lugar y Arno estaría sano!
Seguir tranquilo, seguir tranquilo.
- ¿De verdad crees lo que estás diciendo? -
Ella no respondió, trató de calmar a Roderick y, luego, dedicó toda su atención a Arno.
- Está loca - dijo Bastian con amargura al sentarse de nuevo junto a Iris. Las manos de ella abandonaron las cuerdas.
- No. No puede aceptar que le hagas más favores. Cuanto más amable eres, más difícil les resultará sacrificarte. Para ellos sería mucho más fácil que fueras un déspo...
- ¡Devuélvemela enseguida! - una palmada, un alboroto - . ¡Es mía!
- Ya no - Ralf le había arrancado a Mona la cantimplora de las manos e intentaba abrirla mientras se quitaba a la chica de encima, que le daba golpes y arañazos.
- ¡Si ya te acabaste tu agua no es mi problema! - gritó ella.
- ¿Ah, sí? Lo veremos - destapó la botella y le dio un trago largo. Al momento pegó un brinco porque Mona le dio un rodillazo en la entrepierna.
- ¡Puta asquerosa! -
Alma le quitó la cantimplora.
- Hazlo otra vez y te reviento el cráneo - lo previno.
Ralf se retiró de nuevo junto al fuego mientras reía teatralmente y comentaba con voz irónica:
- ¡Cuidadito con esa muchachita, que se nos rebela! -
Iris asió el arpa de nuevo y una red de sonidos suaves, serenos se expandió por el sótano.
- Una vez leí que los humanos estábamos a dos comidas de la barbarie - dijo - . Dos comidas que en nuestro caso no tenemos y estaremos preparados para darnos con los garrotes en la cabeza. Y si lo que falta es el agua, la cosa irá aún más deprisa - tocó una escala rápida que recordó el tintineo de una fuente.

ESTÁS LEYENDO
Saeculum
Misterio / SuspensoSaeculum promete ser un emocionante juego de roll, un inofensivo viaje al pasado. Cinco días en un paraje remoto sin estudios, sin trabajo y sin tecnología de ningún tipo. La aventura perfecta para desconectar y quizás conquistar a esa persona que r...