Leia Baltimore.En todo el trayecto a casa no dejaba de pensar en ese hombre. Lo que más me llamó la atención fueron sus ojos, aunque estaba un poco lejos estos brillaban. Fue raro y... Hermoso.
De verdad que me he levantado muy tonta hoy.
Le estoy dando muchas vueltas, es que en sólo recordarlo mi corazón comienza a latir ansioso.
Estaciono mi auto fuera del albergue, me recibe Karen una señora de 40 años, muy dulce por cierto. A veces podía ser muy... empalagosa.
— Buenos días, Karen.
— Hola, Leia — se acerca para abrazarme.
— ¿Qué hay de nuevo?
— Acaban de adoptar a los siete cachorros — esa si es una noticia buena. Extrañaré a esas bestias peludas — el señor que los adoptó, los llevará a su finca. Debiste verlos — me habló con una sonrisa soñadora — eran que saltaban por todos lados cuando los niños los tocaban.
— Me los imagino. ¿Los siete? — no puedo ocultar mi sonrisa, me encantan que ellos tengan una familia, una que les de tiempo y amor — no me despedí de ellos, estaba pensando en adoptarlos — ella me mira sorprendida, ya sé lo que va a decir.
Ingresamos al local.
— Pero si ya tienes una manada completa muchachita — río por su exageración.
— Nunca es suficiente para adoptar a esos bellos ángeles — me da una sonrisa — amo a los perros Karen son almas puras, son ángeles que todos necesitamos en nuestras vidas. Sé que conmigo estarían bien, tengo un gran patio para que ellos jueguen allí. Y les daré todo mi amor, tengo suficiente para todos.
— Eres increíble — le sonrío — Y una muchachita pulgosa.
— ¡Hey!
* * * *
Llego a mi casa después de un largo día en el albergue. Jugar con los perros juguetones para que duerman, que coman y tomen sus medicinas. Cansa.
Sobre todo con el Husky de seis meses que trajeron la semana pasada. Se la pasó aullando y gritando como si lo estuviesen asesinando.
Que vergüenza cuando la gente pasaba por allí preocupada.
Cuando me bajo del jeep, unas bestias enormes se me abalanzan. Si tengo un poco de energías para ellos.
Después de jugar un rato con mis chicos, opto por una ducha caliente, me pongo una camisa de Matt que esté vieja, estoy aburrida, como no se que hacer, voy a mi estudio, es mi lugar favorito, tiene una gran ventana para buscar inspiración con la naturaleza, según la Licenciada Dorotea.
Escojo un lienzo rectangular, enciendo el parlante para escuchar música con mi nueva playlist que creó la app para mi.
Me vigilan, porque las canciones son de mi gusto.
Me encuentro en mi máxima inspiración.
Bosquejo con lápiz todo el lino, trato de hacer la figura de la mujer lo mejor posible, para después pasar la pintura base, comienzo a bailar un poco, pero como soy bien torpe, el recipiente blanco de pintura cae en la parte baja de la camisa y mis piernas.— Mierda — me comienzo a reír — Otra más a la colección — estaba pintando con acuarela, seria difícil de sacar. Y esta camisa de va al cajón de uniforme para pintar en casa.
Lo siento, Matt. Fue mi culpa.
Voy al baño a cambiarme por algo cómodo para poder moverme por toda la cama. Ahora ya no quiero pintar, voy a molestar a las bestias peludas.
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Mi Bella Luna
Hombres Lobo- Leia, eres todo lo que necesito y quiero - murmura Lucas sobre mi cuello, erizando mi piel. Un Alpha enamorado de su humana. Una humana descubriendo lo desconocido. EDITANDO