11. Ningún Matt nos separa.

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Lucas Harris

Pequeños rayos de luz se cuelan por la ventana.
Son las seis de la mañana. He estado despierto desde hace una hora ¿Y qué creen que estoy haciendo? Murándola dormir.

Mis dedos estas acariciando las hebras de su cabello en toda su longitud. No sabía lo mucho que me podía gustar el cabello.

Pero el de ella, era precioso. El color miel con matices doradas, era precioso. Me encanta lo largo y sedoso que era; no podía dejar de acariciarlo.

Me gustaría verla vestida como las hembras de las antiguas tribus, con su cabello trenzado y flores.

Mantengo mis ojos cerrados y le ordeno a mi cuerpo de quedarse quieto. No he podido dejar de pensar en todo lo que he hecho con mi chica.

Mi Luna y yo en la cocina.
Mi luna y yo en el baño.
Mi luna y yo en la cama.
Mi luna y yo abrazados.

Eso es vida. Soy capaz en estos momentos de construir por mi cuenta un palacio solo para ella. Que ella haga lo que se le antoje, yo podía ser su esclavo si me lo pide.

Pero shhh. Nadie tendría que saber eso de un Alpha.

Suspiro, ¿así que esto es el amor? Entonces quiero estar enamorado toda mi vida.

Sonrío de solo pensar en ella. De verdad me siento un idiota por no sacarla de mi cabeza, en ningún momento dejo de imaginarla. Trataba de concentrarme cuando me hablaban, pero lo único que podía ver, es a Leila sonriéndome.

Oh Diosa. Espero que sea solo una fase de emparejamiento.

Cuando la marque... no quiero ni pensar en el animal que seré los primeros meses. Solo espero que Leia no se canse de mí, de lo posesivo y protector que podía ser.

Ella ya no está abrazada a mí, me está dando la espalda, me molesta que no me esté abrazando, es mía y tiene que estar conmigo, junto a mí.

Siempre.

Me acerco a ella y la abrazo por detrás enrollando nuestras piernas, ella se pega más a mi pecho, coloca mi cabeza en su cuello, meto mi mano poder debajo de su camisa y dejo mi mano sobre su vientre.

Todavía no tiene mis cachorros. Hades gruñe.

Cálmate. Tú no decides. Le gruñí en advertencia. Hades era muy instintivo, y si no lo controlaba, Leia podría ser lastimada.

Las molestias en mis encías comienza a crecer. Ay Hades.

No la vamos a marcar.

¡Quiero a mi hembra! Responde más furioso.

Ya la tenemos. Cálmate antes de que ella se asuste y huya de nosotros.

No escuchó nada de su parte. Me ha dejado tranquilo, aunque lo siento inquieto.

Se ha molestado, pero de todas maneras se acurruca contra ella regañado.

Dejó un reguero de besos suaves en su mandíbula, no quiero despertarla. Mi nariz delinea su cuello varías veces, estoy tratando de dormirme.

Y si, su aroma dulce en la punta de mi nariz es suficiente para llevarme con ella.

* * * *

Caricias en mi pecho hacen despertarme, mandándome escalofríos en todo el cuerpo y a mi miembro. Ahora estoy duro.

Hades comienza a resoplar con fuerza. Me despierto antes de que él tome todo el control del cuerpo.

Siento unos besos en mi pecho que van subiendo a mi cuello.
Abro los ojos y me encuentro a mi luna inclinada hacia mí.

Mi Bella LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora