Leia Baltimore.
Que hermoso era cuando el bosque se pintaba de blanco. Era un paraíso digno de admirar, los árboles estaban cubiertos de nieve. Debía estar muy helado allá afuera, estar dentro de la camioneta y Lucas a mi lado, me daba ese calor que me reconfortaba.
La camioneta estaciona frente a una reja de plata con lanzas encerradas. La casa era inmensa y de un estilo renacentista. Todo aquí era hermoso. Yo si creo que serán unas pequeñas vacaciones.
Ingresamos a una enorme mansión custodiada por decenas de guardias. Lucas no ha soltado mi cintura y gruñe a cada que me mira.
- Tranquilo.
Ya no me es sorprendente que los hombres lobos sean grandes y robustos, ya sé diferenciarlos. Nos dan leves asentamientos mientras pasamos frente a ellos.
Una señora nos abre la puerta haciendo una reverencia, nos guía por las escaleras hasta una puerta en específico. Se parece a la casa de Lucas, con cuadros de lobos en los pasillos. De hecho... el cuando del fondo a la derecha es Hades con otros dos lobos negros.
- Muchas gracias - la señora se retira y Lucas abre la puerta sin tocar.
- Maldito imbécil, toca la puerta antes de entrar - dice un hombre sentado revisando unos papeles, ni siquiera nos ha mirado.
Su aspecto y porte me intimida, su cabeza es rapada, sus hombros son muy anchos, desde aquí se ve que es muy alto, tiene una barba bien perfilada, y por lo que puedo ver una pequeña cicatriz en una ceja. Toda la apariencia de un chico malo.
- Ian, vengo tranquilo con mi luna, si nos vamos a pelear avísame para que ella no esté presente - el tal Ian al fin levanta la mirada, sus ojos desde mi distancia se ven completamente negros.
¿Eran negros completamente? Que miedo. Era la primera vez que veo unos ojos así.
Él se acerca y le sonríe a su primo sin mostrar los dientes, se dirige a mí y toma mi mano, cuando veo su intención de besarla, Lucas lo empuja hasta un estante de libros, provocando que algunos caigan al piso.
- Que hermosa mujer - mira a Lucas divertido - ¿Cómo te llamas? - me mira ahora a mí.
- No te metas con mi luna - le gruñe Lucas a Ian y se coloca frente a mí - Ella es mía, aléjate - su cuerpo está tenso delante de mí, no quiero una pelea. Lucas no deja de gruñirle y Ian borra su sonrisa.
Ian lo fulmina con la mirada y se vuelve a su escritorio. Sigue con sus papeles.
- Tienes cinco minutos para lo que tengas que decirme.
- Si te vas a portar como la mierda no tenemos nada que hacer aquí - agarra mi mano y nos dirigimos a la puerta.
- Asegura bien la puerta antes de salir, no quiero interrupciones - antes de atravesar la puerta me suelto de la mano de Lucas y me acerco a Ian.
- ¿Puedes por favor ser más respetuoso y escuchar lo que Lucas tiene que decir? - Ian se levanta de nuevo y se acerca a mí.
Mierda. No sé que era, pero su aspecto me impedía mantenerle la mirada. Sus ojos negros brillaron salvajes.
- No te atrevas acercarte - el enorme cuerpo de Lucas tapa mi campo de visión.
A pesar de que Lucas es un poco más alto, Ian se ve más tosco con esa enorme espalda.
- Solo quiero verla de cerca - Ian me busca con su mirada, rápidamente Lucas se mueve para que no me pueda ver.
- No quiero que te acerques a ella. Es mía - escucho su gruñido, acaricio su espalda para que se relaje. No quiero problemas.
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Mi Bella Luna
Manusia Serigala- Leia, eres todo lo que necesito y quiero - murmura Lucas sobre mi cuello, erizando mi piel. Un Alpha enamorado de su humana. Una humana descubriendo lo desconocido. EDITANDO