Mi Bella Luna

45. Nuestros viejos amigos.

Lucas Harris

Estábamos en el avión directo a Rusia para la ceremonia de unión de Laura y Dominik.

Leia estaba descansando en la habitación, yo hablaba con el piloto supervisando que todo estuviera bien, en ocho horas estaríamos aterrizando.

Me despedí del piloto y me dirigí donde mi luna, tenía planeado pasar estas horas de viaje mimarla y alimentarla.

— Ahora tu y yo solos — Leia estaba leyendo así que cuando sus ojos se posaron en mi me abalancé sobre ella.

— ¡Espera! — tarde. Ya estaba sobre ella. Mis brazos rodearon su cintura y mi mentón se quedó sobre su pecho, podía admirar lo hermosa que era — Casi me matas del susto.

— No me iba a tirar encima de ti, soy muy pesado. Te aplastaría — sus manos se colaron en mi cabello, acariciándome. Era muy buena haciendo eso. Me convertía en un cachorro  en busca de mimos.

— Tu cabello ha crecido mucho — ella daba pequeños tirones que me hacían gruñir.

— ¿Debería cortarlo? — ella me sonrió.

— No. Me gusta así.

Recostó completamente su cabeza en la almohada. Mirando al techo.

— ¿En qué estás pensando? — besé su seno derecho.

— En nada.

Me subí más a su altura, me perdí como siempre lo hacía en esos ojos verdes que me encantan.

Busqué su mirada, pero ella la evitaba. Se estaba riendo.

— Hey, mírame — sonreí. Seguía evitando mis ojos — Leia. Vamos — me reí. Agarré su barbilla para asentarla pero se tapó sus ojos — Luna. Déjame verte.

Decidida a no quitarse las manos de sus ojos, comencé a besar su cuello rudamente haciéndole cosquillas.

— ¡No! Eres un tramposo — me dio un manotazo en el hombro.

— Déjame ver tus preciosos ojos — coloqué sus manos arriba de su cabeza y me concentré en esos orbes esmeralda.

Casamiento. Una boda.

— Solo es un pensamiento tonto. No lo tomes en serio — me dio su suave sonrisa. Mentía. La conocía y lo sentía.

Técnicamente estamos casados. Pero no me había puesto a pensar en una boda humana. Mi luna era humana.

Mi humana. Suspiré.

Por la Diosa. Que tonto soy, por supuesto que ella ha querido una boda. ¿Como me pude olvidar de eso tan básico? ¿Como no me di cuenta antes? Miré su dedo anular. Se vería muy bonito con una anillo allí.

Voy a ser un marido. Ahora el emocionado soy yo.

Necesito un anillo lo más antes posible. La quiero unida a mi en todas las formas posibles.

— Nos casaremos en dos semanas.

— ¿Qué? ¿De qué hablas?

— Lo que has escuchado. Tu y yo tendremos nuestra boda antes de navidad. ¿O quieres casarte hoy mismo? Puedo llamar a algunos contac... — Leia colocó sus manos mi boca.

— ¿Casarnos? ¿Una boda? ¿Lo dices en serio? — Ella se sentó recta, arrastrándome en el proceso.

— Sí, mi amor. ¿Quieres casarte hoy? — no tenía problema, entre más antes, mejor. Mañana era la boda de Dominik y Laura, había tiempo.