23. Alemania.

47.2K 2.1K 532
                                    

Leia Baltimore.

Después de dos rondas más de sexo en el baño, tuve que decirle a Lucas que parara y vaya a traerme ropa. A los minutos me trajo un vestido y ropa interior.

- Gracias, amor - iba a besarlo, pero viendo como va esto solo me limito a sonreírle.

Me visto bajo su atenta mirada que me llena de nervios. Sus ojos se cambian a un color amarillo de nuevo.

- No, Lucas. No - le digo cuando se acerca a mí.

- Tranquila, mi luna. Solo quiero un beso.

- No, nada de besos ni nada. Vamos a  salir -  lo empujo por el pecho y salgo corriendo a la puerta. Pero no llego muy lejos Lucas agarra mi mano y me atrae a su pecho.

- No corras, mi luna - se apega más a mí - A Hades y a mí nos encanta cazar - relame sus labios.

- Vamos - agarro su mano y salimos del baño. Nos dirigimos a la cocina donde se escucha ruido, veo solamente a Elena cocinando.

- Hasta que al fin salen - me guiña un ojo y sigue cocinando.

Que vergüenza. Debo de ser un desastre que grita TRES VECES FOLLADA POR UN HOMBRE LOBO DE DOS METROS.

- ¿Dónde está Jackson? - Lucas no se ha despegado de mí, si antes era muy intenso con tocarme, ahora solo se la vive tocándome. Está abrazándome por detrás olfateando mi cuello.

- Está en una llamada - me mira pícara y yo le advierto con la mirada - Estoy dejando el almuerzo listo. En media hora tenemos que salir.

No tienen idea como amo estos detalles de Elena. Ella cocina de maravilla.

- Los voy a echar de menos - trato de ir donde Elena a abrazarla, pero Lucas no me deja.

- Mía - dice sin dejar de olfatear mi cuello.

- No te me acerques, Leia. Tu macho está en celo, está más posesivo de lo normal - Lucas me atrae más a su pecho donde comienzo a sentir su erección.

Oh no. Otra vez.

Oh sí. Otra vez.

— ¿Matt ya salió? — aclaro mi garganta. ¿Cuándo va a terminar esto?

- No. Está igual que tú - me mira divertida y me voy a la sala con Lucas sin dejar de abrazarme.

- Para, me haces cosquillas - me río y él comienza a lamer mi cuello.

- Sabes tan bien - gruñe y nos sentamos en un sofá. Él sentado y yo en su regazo.

- Lucas, ya para.

- Te necesito - acaricia mis muslos, es increíble que con solo su toque ya esté excitada.

- No. Mis hermanos están aquí...

- Lo hicimos en el baño - deja besos húmedos en mi nuca, ya tengo la piel erizada.

- Esta-tabamos encerrados... Para - me levanto y me alejo de él, sus ojos cambian de color - Lucas, mi amor. Tranquilízate, deja que mis hermanos se vayan, después de eso seré tuya - estoy cerca de él, parece no escucharme su mirada solo está en mis labios - ¿De acuerdo? - él parece salir de su trance y asiente, agarra mi mano y me arrastra a su pecho para caer de nuevo en su regazo.

— Es que te ves deliciosa.

— ¿Deliciosa? No soy comida.

— ¿Tú crees? — y por primera vez puedo ver en sus ojos unos de sus pensamientos. Pensamientos pervertidos de como él me da sexo oral — ¡Eres un pervertido!

Mi Bella LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora