36. No me subestimes.

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Leia Baltimore.

— Te puedo preparar un té — Elena estaba abrazada a Jackson. Llevaban toda la mañana acurrucados en la habitación. Puedo decir que el más alterado era Jackson, casi hace un hueco en el suelo, estuvo a punto de llevarse a Elena a Vancouver de nuevo, pero nadie puede salir, además de que Elena quiere quedarse a ayudar. Ninguno de nosotros está de acuerdo. Ella es una mujer embarazada, no puede hacer mucho esfuerzo.

— Me encantaría mucho, ¿Le puedes agregar mentas y hierba luisa? — asentí.

— Jackson ¿Quieres algo? — estaba con los ojos cerrados y su antebrazo tapando sus ojos, él negó y abrazó más a Elena. No se había separado de ella en ningún momento. No los quería ver así, tenían que disfrutar de su compromiso y primeros meses de embarazo. Me sentía culpable — Vuelvo en seguida.

Bajé a la cocina, no saben el alivio que me hace ver a mi hermano aquí conmigo, Matt y Ángela estaban cocinando. Dylan y Kayla estaban sentados conversando entre susurros. Al verme ella deja de hablar y se levanta.

— ¿Cómo lo has llevado? — Kayla se acerca abrazarme. Ella luce relajada, me alegra que Dylan esté con ella en todo momento.

Yo tengo que salir hacia la manada para reunirme con los guardias.

— Me siento un poco ansiosa. Pero calmada de que todos estén bien — acaricio mi cuello cuando siento la presión en mi garganta.

Ángela y Matt se acercan abrazarme.

— Nunca en mi vida pensé que una guerra así fuera posible, peor aún, que yo esté involucrada... en este mundo — dice Kayla.

— Algún día iba a pasar — Dylan abraza desde atrás a Kayla — No hay que entrar en pánico. Nuestra manada es una de la más fuerte, derrotaremos a todos. Siempre salimos victoriosos. No te alteres, linda — besó su cuello — Te amo, Angy. Cálmate y vamos a mi cabaña.

Nunca había visto esa faceta de Dylan. Ángela lo ve orgulloso y ella me guiña un ojo.
Después de hablar un poco más con la parejita acerca de su estadía, subí para entregarle el té a Elena, que seguía en la misma posición con mi hermano desde que me fui.

Necesito salir de esta casa.

— Gracias, Leia. Espero que se me bajen los mareos, siento que vomitaré hasta mis intestinos  — bajó la mirada a su vientre, la mirada llena de amor me estremeció. Acarició su vientre y colocó la mano de Jack sobre la suya — Le estás dando mucho problema a mami hoy.

Jackson se acercó a besar su vientre. Se acostó en su regazo cuando Elena se sentó a beber el té.

— Hey. Mami debe descansar y dormir — siguió besando su barriga.

Ahora, viendo la escena frente a mí, lo veo con claridad. Ellos serían padres, lo sabía, pero verlo frente a mí... Suspiro. Me hace sentir triste.

Estaba tan feliz por Jackson, al fin había encontrado el amor y estaba empezando a formar su propia familia. El sueño de papá se había cumplido, habíamos encontrado a alguien que nos amara y nos protegiera. Como él hacía con mamá. En este momento al ver el perfil de Jackson tenía ganas de abrazarlo. Era idéntico a papá.

— Leia ¿Por qué lloras? — trato de levantarse, pero lo detuve.

— Estoy muy feliz por ti, Jackson — me acerqué a besar su frente — Te amo.

— Te amo, Leia — me atrajo a sus brazos y me apretó a él. Subí mi cabeza a Elena al darme cuenta de que al estar sobre Jack era estar sobre Elena, ella me guiñó un ojo — Cuenta conmigo para todo. Siempre te apoyaré en lo que decidas. Sé que estamos en una situación difícil, pero quería decirte que no me iría de aquí hasta que estés a salvo, suena loco este tema de lobos, brujas, cazadores... pero era el destino que nos prometía algo mejor — mira a Elena con tanto amor — Sé que saldremos de esta.

Mi Bella LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora