19. No hagas una escena.

47.4K 2.4K 685
                                    

Leia Baltimore

— Están muy calientito. ¿Qué te parece un día de estos acampar en el bosque? Te puedo usar como cama. ¿Qué dices?

Estamos regresando a casa después de una fabulosa noche. Disfrutar mientras hablas con alguien y no sentir que el tiempo pasa. Es un sensación singular, saber que no tienes noción de nada que no sea ella. El lugar dejó de ser hermoso cuando concentré toda mi atención en Lucas.

Ahí entendí que no era lugar lo que hacía especial un momento, era la persona.

No olvidaré ese lugar en el que Lucas me pidió ser su novia nuevamente. Me había sacado como 500 fotos en una hora, si me movía, foto. Si sonreía, foto. Si reía, foto. Y a decir verdad, eso no me molestaba, para nada, porque sabía sus intenciones, si fuera otra persona hace rato le hubiese lanzado la cámara al agua.

Me encuentro en el lomo de Hades, ya que el camino es un poco lejos y está haciendo un frío que te congelas. Son las 2:13 a.m de la madrugada y en unas horas tengo que estar en la universidad.

No me quiero despedir, ni tampoco quiero estar lejos de él. Él me propuso en quedarme con él.

Cuando llegamos a la casa inmediatamente subimos las escaleras con sumo cuidado, ahora Lucas estaba desnudo y me tenía bien asegurada entre sus brazos.

— Me estoy volviendo loco. Tu olor me está matando mi luna, te necesito ya.

Me tira a la cama sin ser cuidadoso, no le tomo importancia, yo quiero esto lo más rápido posible.

Siento mi cuerpo en llamas, su toque me enciende como dinamita, necesito más, necesito más de él.

No sé de donde salen mis fuerzas pero en segundos cambiamos de posición yo arriba de él, Lucas me ve sorprendido por mi arrebato. Oh si, me siento más fuerte.

Me pregunto en donde aplicaré esta fuerza. Ah sí . Ya sé. En mis remates cuando compita en los juegos locales.

— Shhhh — cuando iba a hablar, le pongo un dedo es sus apetitosos labios — Disfruta — susurro cerca de sus labios.

Los ojos de Lucas cambian a un amarillo intenso y sus manos van a mi cintura apretando fuertemente, presionándome a su gran erección. Eso.

Bienvenidos a un nuevo episodio. Hoy trataremos de sacar el animal que lleva adentro. Literalmente.

Sonrío al ver su expresión de depredador sobre mis piernas. Las abrí más y me rocé contra la barra dura de sus pantalones. Sus manos viajaron con lentitud hasta mi trasero para apretarlo y mecer mi cuerpo contra él.

Ah no. Esto lo controlo yo.

— Cálmate — gruñí — Yo mando esta noche.

— No puedes pedirle eso a un Alpha — se sentó más recto, observé como sus abdominales se tensaron al estar sentado — Yo tengo el control.

— Y yo soy la luna, obedéceme — un pequeño movimiento de nuestros rostros y nos besábamos.

— Estás causando un efecto contrario — nos dio la vuelta, él sobre mi con una mano rodeando mi cuello — ¿Cómo quieres que me controle si te ves jodidamente como una Diosa? Lo que pides es imposible — absorbió con fuerza la piel donde estaba mi pulso disparatado.

— No. No me vestí con lencería para que tu la termines rompiendo.

— Para mi no es problema que estés desnuda.

Usa la carta mágica.

— ¿Crees a los otros chicos les gustaría saber que no llevo ropa interior?

Mi Bella LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora