Lucas Harris
No sabía cuánto tiempo había pasado, las horas parecían insignificantes a medida que los cuerpos caían. Seguíamos peleando, estaba con mucha energía, podía seguir todo el día luchando contra cazadores, los demonios se los encargaba Zeena.
Y eso me enorgullecía. Zeena no era tan... malo, después de todo.
¿Cierto?
Las heridas en mi lomo iban a molestar a Leia. Necesito que se curen rápido antes de que ella las viera. Mi luna regresaba mañana, no necesitaba que ella vea el estado de nuestra manada. La destrozaría, no podía permitirlo.
Diosa... si no muero hoy, muero mañana por Leia.
Hace unos minutos pude tomar el control de mi cuerpo. Tenía la energía necesaria para matar a una horda más.
El ambiente era en extremo pesado por la presencia de tres demonios, ya se imaginarán con una docena de ellos no más.
Me pregunto acerca del mito de la mordida de un lobo en ellos, ¿será real?
Maté a la cazadora frente a mí y eché una mirada rápida al panorama. Cientos de cuerpos muertos en piso. Tanto como de cazadores como de lobos. El dolor en mi pecho me hizo enfurecer, habían matado a mi gente.
— ¡Lucas a tu izquierda! — escuché a Jeff. Definitivamente, había más corriendo a mi dirección.
Mi manada estaba muriendo... Duele. Diosa. Duele demasiado. Son sacrificios que serían tomados en cuenta, el resultado era que quedaban pocos cazadores. Solo necesitábamos resistir un poco más.
Solo un poco más.
Zeena... Maldito.
Ya todo estaba finalizando. Miré a todos lados por si acaso alguien necesitaba ayuda. No escuchaba ni gritos ni aullidos de ayuda.
Al parecer esto ya estaba terminando. Lo que me preocupaba era Zeena que no se había movido, estaba con esa criatura hablando. Agudicé mi audición, de lo que recuerdo de Zeena, es que cuando callaba, es porque algo estaba tramando, eso solía asustarme de cachorro. Tenía una mirada inquietante.
Mis instintos sabía que íbamos a salir de esta.
La criatura frente a él, era una gran amenaza, mi sangre Alpha me lo advertía. Pero Zeena... él es muy poderoso. Esperaba no equivocarme. En todos estos años se había rumoreado de donde iba su poder.
— Nos traicionaste, Zeena.
— Ilusa. Yo no era nada de ustedes, no les debía nada. En cambio, ustedes traicionaron al señor. Nunca fueron nada más que una escalera para alcanzar lo que quería, se trata de juntarte con personas que traigan beneficios. Bueno... ustedes no tienen nada especial...
— Hijo de puta — en el cuerpo de la criatura, los sigmas se tornaron rojas. Zeena nunca quitó la mirada de sus ojos.
— Acabemos esto de una vez. Estoy cansado de ver tu horrible cara y tu voz... créeme, la aborrecía. No tienes nada de bueno.
— ¡Te pudrirás en el inferno!
— Como sea — bostezó.
— Envíale saludo a los Sircat de nuestra parte, sobre todo a Camber.
— Ajá.
— Hegna te dará tu propia jaula.
— Listo.
— Pudiste ser alguien muy poderoso, Zeena. Sin tan solo te hubieses quedado con nosotras.
— ¿Por qué sigues hablando? Ah si, porque yo lo permito.
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Mi Bella Luna
Werewolf- Leia, eres todo lo que necesito y quiero - murmura Lucas sobre mi cuello, erizando mi piel. Un Alpha enamorado de su humana. Una humana descubriendo lo desconocido. EDITANDO