26. No te separes de ellos.

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Leia Baltimore.

Lucas y yo recorremos la manada tomados de la mano. El clima está helado, pero nada que mi hombre caliente y un suéter no arreglen. Miro el perfil de Lucas. Tiene una pequeña sonrisa en sus labios, copos de nieve caían en sus rulos obscuros. Observo nuestras manos unidas, se siente tan cálida con la mía. Así quiero estar toda mi vida, sentir su calor, que me agarre la mano siempre que caminemos, que esté a mi lado toda la vida.

- ¿Qué tanto me miras, luna? - me da esa sonrisa con hoyuelos que me encantan.

- ¿No puedo mirarte, mi Alpha?- me inclino más a él para darle mi cara de cachorrito mojado - ¿Te molesta? Está bien ya no te miraré - sonrío internamente cuando se detiene abruptamente y me  arrastra a su pecho.

- Puedes mirarme todo lo que sea, mi luna. Soy tuyo, hasta puedes tocarme cuando se te antoje, me encanta que tengas tu atención en mí - besa castamente mi cuello.

- ¿Ah, si? A mí me encanta tocarte - acaricio esos fuertes abdominales bajo la tela de su camiseta - Tan duro - rasguño la camisa sobre su abdomen.

- Si continúas así, mi amor. Todos notarán lo que quiere salir de mis pantalones - entierra su cabeza en mi cuello y moja la piel de mi cuello con sus labios, siento sus ahora largos colmillos rozar mi hombro. Agarro su camisa fuertemente al sentir el placer recorrer mi cuerpo. Su lengua caliente lame mi cuello. Ya me di cuenta. Me separo para observar esos hermosos pozos amarillos.

— Hola, mi lobo — beso tiernamente su nariz y mejilla — Mi Hades — lo abrazo fuertemente. Sus brazos me rodean de inmediato, dándome más calor.

Otra cosa en distinguirlos, era el cambio de temperatura en su cuerpo, Hades era más caliente.

— Mi bella luna, vas a hacer que perdamos el poco control que tenemos contigo.

— Lo podrán perder esta noche. Creo que mi Alpha se merece una atrevida noche con su luna, ¿No crees? Aunque... Deberíamos calmarnos, nuestras hormonas están desbaratadas.

— Luna — gruñe sobre mis labios. Siento como sus manos iban a bajar a mi trasero.

— Eh, eh. Aquí no — devuelvo sus manos donde estaban, miré a nuestro alrededor, pocas personas nos miraban y me imagino que simulaban — Estaremos en abstinencia por una semana — beso su pecho y le sonrío para que suelte tensión. No sé si podamos cumplir eso. Mi vida sexual nunca estuvo intensamente activa desde que él llegó.

Hades me da una sonrisa de lado que no me doy cuenta de sus labios sobre los míos, tan dulces y apasionados. Nos separamos y veo ahora sus ojos ámbares. Lucas.

Suspiro. Me tiene enamorada.  

Lo abrazo por su torso y seguimos caminando.

- ¿Cómo te fue en los entrenamientos?

- Lo común, vimos entrenar a los deltas y omegas - miro su rostro que se encuentran serio. Este no me puede engañar.

- ¿Y? - lo empujo insistiendo a que me diga.

- Son "buenos" guerreros. En la casa te digo - señala a las personas que se encuentran en la calle - ¿Disfrutaste estar con los cachorros?

- Me encantó. Amos a todos los niños. Fueron tan dulces - deseo jugar con ellos mañana. Los cachorros tienen una actitud más dulce que con los niños humanos. Estos últimos pueden ser muy toscos y malcriados, al menos con los cachorros no vi eso.

- Podrás visitarlos el tiempo que estemos aquí.

- ¿Cuánto tiempo estaremos aquí?

- Tal vez una semana. De acuerdo como surjan las cosas - nos acercamos a una cafetería, al momento de ingresar todos posaron su vista en nosotros. Un gruñido retumba del pecho de Lucas. Ellos rápidamente continúan en sus asuntos. Ese es mi Alpha.

Mi Bella LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora