Sentimientos Latentes || Fanfic || Yaoi || Wigetta || 5

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-Narra Vegetta-

Desde que Willy insinuó que realmente deseaba besarle, las cosas se habían vuelto tensas. Le repetí reiteradas veces que yo no le deseaba de ninguna forma, que mis comentarios eran únicamente bromas sin segundas intenciones y que solamente lo veía como al hermano pequeño que nunca tuve. Pero aún después de eso mi compañero de piso continuó manteniéndose borde y distante, alejado de mí. Creía firmemente que se comportaba de tal modo porque no terminaba de creerme, porque pensaba que yo era homosexual y tenía algún interés amoroso en él, cosa que le incomodaba. Así que decidí demostrarle lo contrario para que las cosas entre ambos volvieran a la normalidad ¿Cómo? Pues le sacaría a cenar, y luego le arrastraría hasta a alguna discoteca aprovechando que era sábado. Si Willy me veía ligar con una chica todas sus dudas se desvanecerían, tendría claro que yo no sentía absolutamente nada por él y dejaría de estar tan raro. Fuimos a un restaurante chino y estuvimos cenando ahí, mientras charlábamos entre risas y bromas. El ambiente se había relajado considerablemente desde que abandonamos nuestra vivienda, ahora solamente quedaba el factor sorpresa. Salí del restaurante ya ligeramente bebido por el vino que habíamos pedido ahí, aunque el menor no había probado ni una gota.-Bueno.. ¿Vamos a casa o aún quieres salir? .-Escuché preguntarme a Willy, y me apresuré a caminar hacia la calle dónde se ubicaban todos los locales nocturnos.-¡Ni hablar Willy! Vamos de fiesta, venga, no seas aburrido.-El chico me siguió, caminamos un buen trozo hasta que llegamos a la primera discoteca, donde entramos sin problemas aunque Willy tuvo que enseñar su DNI para demostrar que tenía 21 años, la edad que exigían en LA.

Entré en el ruidoso local riéndome a carcajadas por la cara que se le había quedado a mi compañero tras tener que enseñar el DNi.-Claro. te ven con esas pintas de niño..-Expliqué risueño, mientras me fijaba en el local. Era la típica discoteca llena de luces de colores y gente bailando en el centro, la música se escuchaba tan fuerte que teníamos que hablar a voces para poder oírnos mutuamente.-Será mi culpa que todavía sea joven, no como tú que existías antes de que lo hi-hiciera el concepto de discoeca.. discoteca.-Cabía decir que la frase le habría quedado estupendamente ofensiva de haberla pronunciado bien, pero cuando Willy intentaba defenderse se trababa y ni pronunció correctamente la palabra discoteca en su primer intento. Me reí de ese defecto mientras me aproximaba a la barra seguido del menor.-¿Cómo has dicho Willy? ¿DISCOECA?.-Pregunté burlón, sentándome en un taburete y esperando que el camarero me sirviera mientras creía escuchar como el chico mascullaba la palabra ”pringao”. Cuando comprobé que iban a atendernos, me dirigí a él.-Oye, pide tú.. no creo que me entienda con el camarero ¿Cómo se dice chupitos? Pídenos unos chupitos.-Hacía mucho que no salía de fiesta, aunque solía hacerlo con mis amigos de madrid, ellos que nada tenían que ver con la plataforma de Youtube. En mi adolescencia había desarrollado cierta tolerancia al alcohol, aunque ya la había perdido, además siempre había sido un chico aplicado y casero antes que un fiestero empedernido.-Yo quiero una cocacola.-Comentó Willy, sentándose en el taburete y esperando al camarero.-No seas agua fiestas, pide un chupito para ti también .-Me quejé, y Willy se giró hacia mi, dedicándome una abrupta sonrisa.-Pero no sería agua fiestas, sería cocacola fiestas.. ehjé, chistaco.- Se volvió a la barra, consciente del chiste malo que acababa de hacer y yo me reí de lo malo que era, si estuviéramos grabando incluso habríamos tenido que cortar esa parte del vídeo.-Que tonto es chaval.. que tonto.-Me alegraba estar bien con él, como siempre, aunque algo no terminaba de encajarme. Continuaría con mi plan, si me veía ligar tendría claro que yo era heterosexual como el que más y podríamos volver a casa cómodamente. 

Pidió dos chupitos de alcohol fuerte para mí, como le había indicado en susurros tras la aparición del camarero, pero el muy tontaco se pidió solamente unos flojos para él. Tuve que resignarme, tampoco entendía porque sentía tanta curiosidad por verle ebrio, quizá porque nunca lo había hecho. Me preguntaba si apenas sabría vocalizar estando bebido, si sus grandes mejillas se volverían rojas y habría que ayudarle a caminar. ¿Porqué parecía esa idea tan maravillosa? A nadie le gustaba cargar con el peso de un amigo borracho, sin embargo.. él estaría adorable. Me bebí ambos chupitos y me concentré en la pista, mientras bailaba inconscientemente la canción que sonaba de fondo. Me fijé en una chica rubia, muy guapa de grandes ojos verdes, que estaba con algunas amigas.-Tío, tío.. mira a esa, me la pido.-Le dije, sintiéndome nervioso cuando la chica advirtió que estaba fijándome en ella e intercambiamos una mirada, para después sonreírme.-¿Has visto? ¡Me ha sonreído! .-Exclamé, intentando no mostrarme demasiado alegre y devolviendo la sonrisa casi al instante. A Willy no le pareció más emocionante, estaba mucho más serio que minutos atrás y casi parecía que estuviera enfadado por algún motivo.-Quiero irme.-Declaró, de una manera hosca, tajante. Pero acabábamos de llegar, fruncí el ceño y negué con la cabeza.-No.. vamos, tienes que hacerme de traductor, quiero hablar con ella.-¡Claro que no pensaba marcharme sin demostrarle lo hetero que yo era! Si no zanjaba el asunto en aquel momento, Willy seguiría pensando que yo estaba interesado en él de una forma amorosa, y por lo tanto se sentiría incómodo al ser mi amigo y perderíamos lo que teníamos. 

Sentimientos Latentes (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora