Sentimientos Latentes || Fanfic || Yaoi || Wigetta || 45

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-Narra Vegetta-

Cogí el móvil en cuanto me desperté, sin necesidad de abandonar el lecho para ello. Comprobé la hora, las seis de la mañana. Era curioso, mi cuerpo se había acostumbrado a madrugar sin necesidad de usar el despertador. Tenía muchas cosas que hacer, el día no poseería tiempo suficiente para llevar a cabo todos mis menesteres si durmiera por más de cinco horas. Puede que me levantara algo de malhumor o excesivamente somnoliento, pero tras una ducha vigorizante quedaba como nuevo, y sobretodo, lleno de energía. Traté de comenzar a levantarme sin hacer el más mínimo atisbo de ruido, pero el otro se revolvió entre las sábanas, murmurando las típicas divagaciones de alguien que se debate entre el mundo de los sueños y la realidad. Me quedé mirándolo, conteniendo la respiración, interrogante. Unos segundos de suspense transcurrieron, y entonces sus párpados comenzaron a abrirse. Recién levantado tenía los ojos todavía más rasgados, apenas se distinguían sus escasas pestañas.-¿Dónde vas?.-Fue una pregunta hosca y directa. Me miró, ceñudo, aguardando una respuesta. Su voz sonaba aún más grave, al igual que la de todos cuando acabamos de levantarnos.-Voy a ducharme para empezar el día.-Susurré por instinto, aunque no quedara nadie por despertarse.-No quería despertarte, perdón.-Desconocía si el menor estaba fulminándome con la mirada o era la forma de sus ojos, emitió algo parecido a un gruñido, lo cual me desconcertó.-Te despiertas demasiado pronto.-Objetó finalmente. Parecía que estuviera batallando contra sus ojos por mantenerlos abiertos, pero ellos resultaron vencedores, se le cayeron los párpados. Por un momento pensé que se había quedado dormido, pero solamente estaba relajándose.-Podrías tomarte un descanso, dormir hasta las diez.-Me sugirió en un susurro inseguro, mientras que yo miraba sus ojitos cerrados. Arrugó la nariz cuando deposité un pequeño beso en ella.-No puedo, chiqui.-Solía llamar por apodos cariñosos a mis relaciones sentimentales, era algo que me salía completamente solo. Esperaba no molestarle.-Tengo que ducharme, ir al gimnasio, volver a ducharme al volver, comer, preparar todos los vídeos, programarlos, subir otros.. ya me entiendes.-Concluí, pues él tenía un empleo común. Pasaron diez segundos sin que obtuviera respuesta, pensaba que estaba dormido, pero volvió a abrir los ojos. Era gracioso verle así, tenía tanto sueño que reaccionaba con retardo y parecía un animalillo indefenso entre las sábanas. Un animalillo con la voz más grave que yo y con una inmensa mala leche mañanera, pero cada uno tiene su concepto de lo que le resulta tierno.-Pues no vayas al gimnasio.-Murmuró. Me mordisqueé el labio inferior, debatiendo la sugerencia con expresión dubitativa.-Pero.. entonces perderé el ritmo.-Conocía el tipo de gente que se prometía que si faltaría un día volvería al siguiente, y al final pagaban la cuota mensual del gimnasio por no aparecer. Tal y como Willy, que pocas veces me acompañaba.-Pues haz lo que quieras.-Concluyó, cogiendo las mantas y cubriéndose la cabeza con ellas. Seguramente le molestaban los rayos de luz que se colaban por la ventana.-¿Tú quieres que me quede?.-Pregunté sonriente, observando el bulto de sábanas blancas que tenía justo al lado, como si pudiera verle a través de ellas..-..Sí.-Lentamente asomó su cabeza para mirarme, interrogante.-Entonces dormiré unas horas más.-decidí, porque no me importaba quedarme con él, y porque me halagaba que mostrara preocupación debido a mi escaso horario de sueño. No quería que entregarme a mi trabajo supusiera abandonar mi cuerpo, tener una buena condición física me otorgaba seguridad y hacer ejercicio me hacía feliz. Él hizo el amago de una sonrisa, mas se quedó en nada, su rostro estaba demasiado dormido como para hacer semejante esfuerzo.-Pero..-Empecé a decir con una sonrisa pícara, posicionando cada pierna a un costado suyo para poder ponerme encima de su cuerpo.-Tendré que hacer ejercicio de otra forma.-Sugerí, en un tono sugestivo y tentador. Él entreabrió la boca, pero  no dijo nada, se había quedado dormido. Ahogué una risita por lo cómico de la situación, haciéndome a un lado para no seguir aplastando al menor.-Macho.. que oportuno, parece que lo hace aposta.-Musité. Puesto que ya no debía levantarme, me puse cómodo abrazando su cintura desnuda y apoyándole mis labios contra la nuca. Me encantaba dormir en cuchara, era bonito.

Sentimientos Latentes (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora