Sentimientos Latentes || Fanfic || Yaoi || Wigetta || 26

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Aquel día tampoco fui al gimnasio. La verdad es que dudaba que pudiera ir más de dos días semanales, mientras más lo pensaba más pereza me daba, aunque ya hubiera pagado una cuota mensual. Me dediqué a grabar vídeos con Staxx, mientras que esperaba a que mi compañero de piso regresara del gimnasio para que pudiéramos grabar Apocalipsis Minecraft. Cuando llegó era algo tarde, así que antes de grabar comimos.-Adivina a quien he visto en el gimnasio.-Su voz sonaba burlona. Yo partí el filete que me había hecho, después de haber tenido que comer ese asqueroso arroz el día anterior.-A Tyler.-Respondí sin titubear, pues había comprendido perfectamente las intenciones de Vegetta. Yo ya sabía que se habían visto porque el extranjero me había enviado un mensaje, comentando que se había encontrado con ”my friend”. Hoy había quedado con él, aunque no estaba demasiado nervioso, una gran parte de mi había aceptado para fastidiar a mi compañero de piso. Después de comer grabamos, y estuve haciendo tiempo hasta que llegó la hora de encontrarme con Tyler.

Quedamos en el bar donde solía comer crepes, y me pedí uno. No pareció gustarle mucho el sitio que yo había elegido, así que le prometí que la próxima vez elegiría un destino distinto. Estuvimos alrededor de tres horas ahí sentados, intentando comunicarnos de forma fluida. Me preguntó a que me dedicaba y le dije que trabajaba en youtube, poniendo como ejemplo algunos youtubers populares ingleses para que él supiera exactamente lo que quería decir. Reconoció a algunos, así que se impresionó gratamente cuando mencioné el número de subscriptores que tenía. Él me llamaba Willy porque era más sencillo pronunciarlo para un inglés, pero fue divertido cuando intento decir la palabra Guillermo, casi lloro de risa con su torpeza.-Guillermo.-Repetí, casi por quinta vez consecutiva desde que habíamos comenzado.-Guiyerou.-Mis carcajadas resonaron en todo el local. Ver a una persona que hablaba inglés intentando decir algo en español era divertídisimo, me preguntaba si yo me veía igual de ridículo cuando una palabra inglesa no me salía. Bueno.. bien pensado el carapie de Vegetta sí que se veía ridículo cuando intentaba hablar en inglés. Aún así el no sintió que yo estuviera burlándome, pues cuando me veía reír también sonreía, mostrando su blanca dentadura. 

Insistió en acompañarme hasta casa, aunque yo le dije que no era necesario. Caminamos hasta la puerta, entonces la señalé y comenté que ahí era donde vivíamos. Él sonrió y poco después nos quedamos en silencio, parecía un silencio premeditado, hecho adrede. Sus ojos azules me miraron fijamente con cierta intensidad, me tensé al adivinar sus intenciones pero igualmente correspondí su mirada. Me empujó contra la puerta y acercó su boca a mi rostro, entonces yo supe que iba a besarme, tenía un nudo en el estómago que me llenaba de angustia. No tardó en hacerlo, sus labios se abalanzaron sobre los míos y empezó a hacer movimientos raros con la lengua. Me besaba con una desesperación distinta a la que había experimentado, carente de sentimientos y de una forma corrupta, sucia. No es que no supiera besar bien, besaba mucho mejor de lo que yo nunca sabría, pero me aplastaba contra su boca como si fuera a devorarme entero, sin tener yo oportunidad de opinar al respecto. Algo no estaba bien. No sentía el cosquilleo en los labios ni las mariposas en el estómago, no notaba como el suelo bajo mis pies se desvanecía, como lo había hecho cuando Vegetta me besaba. Eso era lo que estaba mal , que él no era Vegetta, que yo no estaba enamorado. Pero estaba completamente seguro de que Tylerno estaba enamorado de mí, y aún así parecía que le gustaba besarme, de lo contrario no lo haría. Cuando se separó me sonrió, y yo no supe como corresponder el gesto, pero no le importó. Sin añadir más empezó a besarme el cuello. Me gustaba esta zona, era delicada y erógena, pero él me besaba con demasiada ferocidad y en más de una ocasión sentí como que succionaba la delicada piel entre sus labios. Dejé caer los párpados, no estaba disfrutando en absoluto. Me sentía mal conmigo mismo, tanto que había esperado para que mi primer beso fuera perfecto y un mes después ya estaba dejando que cualquier desconocido me besara. Eso no me gustaba, me hacía sentir promiscuo y poco selectivo. Le aparté un poco, viendo como me temblaban los brazos. El gesto no le desalentó, es más, me pidió que entráramos en casa. ¡Que tonto! Claro que no me había insistido en acompañarme a casa porque temiera que me perdiera o algo así, él pensaba que yo me lo iba a llevar a casa conmigo. Me negué, puse algunas excusas para que no se enfadara, pero finalmente desistió. Parecía un poco descontento por haberle dejado a medias, pero me dio un beso en los labios y se marchó. Yo me giré y miré la puerta cerrada, apoyé la frente sobre la madera y suspiré fuertemente. Aquí me había dado mi primer beso con Vegetta, y ahora había permitido que otro me besara en el mismo lugar, y eso me hacía sentir una persona terrible, hacía que sintiera que yo había mancillado nuestro primer y especial beso. Yo me hubiera entristecido mucho si él trajera a una chica y la besase contra la puerta de nuestra casa. Era.. era como un completo sacrilegio, dios mío, era nuestra casa, de los dos. Acaricié la lisa madera de la puerta y suspiré, me daban ganas de llorar solamente de pensarlo. 

Cuando entré en el salón , Vegetta estaba ahí de pie. Tenía el rostro colorado y se cruzaba tan fuerte de brazos que sus bíceps parecían apunto de estallar. Me encogí de hombros, estaba tan nervioso que me costaba mantenerme levantado.-¿Qué tal ha ido?.-Preguntó seriamente, la tensión del ambiente era demasiado palpable. No sabría decir cual de ambos se sentía más incómodo.-.. normal.-Intenté aparentar despreocupación, pero no me salía. Seguramente tenía el rostro lívido, me notaba hasta mareado, como si estuviera ocultándole una infidelidad aunque realmente no era así.-El chupetón de tu cuello no dice lo mismo.-Sus palabras me sobresaltaron, me llevé instintivamente la mano al cuello donde me habían estado besando. No podía creerme que él me hubiera dejado una marca con sus labios, no podía creerme queVegetta la hubiera visto. Me sonrojé violentamente, estaban entrándome hasta ganas de vomitar.-No es.. no es lo que parece.-Sonaba a la típica frase barata y gratuita. Suspiré, no quería que mi compañero de piso pensase que yo llevaba toda la tarde magreando con él o que incluso lo habíamos hecho.-¡Es exactamente lo que parece! Os he visto, he escuchado un golpe contra la puerta y he mirado por la mirilla.-Me apoyé contra la pared, parecía una pesadilla que él nos hubiera visto besándonos.-Vegetta.. él y yo no estamos.. ha sido solo ahora.-Me interrumpió, cubriéndome los labios con la mano, yo alcé las cejas sin entender nada.-¡No me des explicaciones! Puedes hacer lo que quieras, no me hables como si me hubieras engañado o algo así, estás soltero. Madre mía.. estoy enfadado porque te lo has traído a NUESTRA casa. ¿Crees que es normal que traigas desconocidos a casa sin consultarmelo? ¿Crees que quiero que cualquiera sepa donde vivimos?.-Me quedé callado porque él tenía razón, lucía furioso, me destapó la boca y comenzó a dar vueltas por el salón, caminando impacientemente, parecía que tuviera que contenerse para no golpear algo.-No me lo puedo creer.. encima después de haberte dicho mil veces que me parece sospechoso, que no me cae bien. ¡Luego te quejas cuando te trato como a un niño! Pues si quieres que te trate como un adulto compórtate como tal. ¿Eres tonto, Willy? Piensa un poco en las consecuencias .-Me despegué de la pared y me tambaleé hasta donde él se encontraba, sentía como si mi padre estuviera echándome la bronca.-¿Y si te cansas de su compañía? ¿Y si tiene un carácter obsesivo? Te puede acosar teniendo tu dirección, podría descubrir tu trabajo y colgarla en internet.-Tenía razón y lo odiaba, aunque esas situaciones fueran poco probables, siempre existía una mínima posibilidad de que sucedieran y entonces nosotros seríamos acosados, ambos. Porque le había arrastrado conmigo, había sido muy egoísta.-Lo siento.-Murmuré, intenté cogerle la mano pero rechazó el contacto, caminó a grandes zancadas hasta su habitación.-Ahora no Willy.. dios mío, estoy demasiado enfadado. No me molestes.-Y se fue con un portazo. No quería que me odiara. Me fui vacilante hasta mi habitación y me tumbé en la cama, desahogándome cuanto fue necesario.

Sentimientos Latentes (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora