Sentimientos Latentes || Fanfic || Yaoi || Wigetta || 24

38.7K 2.5K 461
                                    

-Narra Willy-

Él volvió a despertarme, me preguntó si deseaba acompañarle al gimnasio. Tenía el cuerpo entumecido y con algunas agujetas debido al día anterior, pero accedí. Pagué la cuota mensual en cuanto entramos, y caminé hacia la misma máquina que había usado ayer. Estaba el mismo hombre, rubio y fornido, que el pasado día me había mirado y sonreído. Yo no esperaba que me prestara atención exclusivamente, pero estuvimos mirándonos unos diez minutos mientras hacíamos ejercicio. Pero cuando terminó su rutina de ejercicios se acercó hasta mi posición, y me puse nervioso porque si me hablaba no sabría bien que decirle y seguramente haría el ridículo. Me saludó y yo correspondí el saludo, seguramente por mi aspecto ya había notado que no era americano, por lo que no se extrañó de mi acento o mis básicas nociones del idioma. Estuvimos hablando un rato, él pronunciaba las palabras más lentamente para que yo pudiera entenderlas, y cuando no sabía como responder lo hacía con signos, pero en general nos entendíamos bastante bien. Me preguntó porque usaba constantemente esa máquina y le expliqué como pude que era mi segundo día, así que no sabía hacer otra cosa. Cuando me pidió que le siguiera me bajé de la máquina algo tenso. Vegetta, que no nos había quitado los ojos de encima, suponía que por curiosidad, habló entonces.-WILLY ¿Qué haces? ¿Dónde vas?.-Yo me encogí de hombros, pues no estaba seguro. El extranjero se quedó confuso, ya que no comprendía lo que decía mi amigo. Se lo expliqué y señaló otra máquina cercana a nosotros, que servía para ejercitar los brazos.-Ahí.-Indiqué y fui tras el rubio bronceado, antes de que mi compañero de piso pudiera protestar. Mientras me ayudaba a usar esa máquina, seguimos hablando. Entendí varias cosas en la media hora restante, como que su nombre era Tyler, tenía 24 años y vivía por la zona. De vez en cuando él se reía de mi pésima pronunciación, y yo estallaba en carcajadas las pocas veces que él intentaba decir algo en español. Había viajado a España dos o tres veces con su familia, a las zonas playeras. Cuando estaba explicándome su oficio, Vegetta nos interrumpió.-Bueno.. ¿Qué, nos vamos ya?.-Parecía molesto, se cruzó de brazos mientras que me miraba exclusivamente, como si mi nuevo amigo no existiera.-Vale.-Asentí, pues estaba cansado de hacer gimnasia aunque lo estuviera pasando bien con Tyler. Le expliqué que tenía que marcharme y me pidió el número de teléfono para que pudiéramos mandarnos mensajes. Yo lo pensé detenidamente pero finalmente me dejé llevar y se lo di, tampoco era tan raro, o no lo creía tan grave como lo exageró mi compañero de piso.-¿Le has dado tu número de teléfono? Cada día eres más tonto.. en serio, ni le conoces. ¿Y si se lo da a alguien?.-Me espetó en cuanto salimos del recinto, y yo suspiré, intentando no hacerme paranoias tontas por sus palabras.-Aquí nadie me conoce en plan.. youtube, ni él tampoco. Parece simpático, no creo que esto me de problemas.-Me estresaba que luciera tan enfadado, realmente parecía que de un momento a otro dejaría de hablarme para siempre.-Parece un idiota y da grima.-Tampoco me molesté en defenderlo, puesto que lo acababa de conocer no me ofendían sus palabras como lo harían si estuviera atacando a un amigo de toda la vida. Pensé en preguntarle si estaba celoso, pero puesto que eso solamente empeoraría las cosas y me había dejado clara su postura de no querer tener algo conmigo, dejé el tema en el aire. Aún así quise comprobarlo, así que decidí alimentar a la bestia.-¿Grima? Curioso.. yo le encuentro bastante guapo.-Creo que nunca había dicho algo similar, nada tan rematadamente gay.Vegetta pareció estupefacto por mis palabras.-¿Y a mi?.-Pregunté entonces, y me lo quedé mirando aturdido.-¿Me encuentras bastante guapo?.-Me sonrojé violentamente, pareciera que me hubiera leído el pensamiento y tras saber que mi intención era la de aumentar sus celos decidió devolverme el golpe poniéndome nervioso.-¿Eh? N-no..-Mentí, lo cual era obvio. Claro que le encontraba guapo, guapo era poco. Pero alcé la cabeza con dignidad y entré en casa en cuanto llegamos, encerrándome en mi cuarto para darme una ducha.

Sentimientos Latentes (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora