-Narra Vegetta-
Mi reflejo me devolvió una satisfecha sonrisa. Llevaba alrededor de cinco minutos mirándome al espejo, complacido con el nuevo corte de pelo. No había nada como mi peluquero de siempre, el cual sabía que peinado me gustaba y tenía cuidado porque conocía mi miedo a la inminente calvicie que me acecharía en un futuro. Maldita genética. Por el momento podía disfrutar mi cabello castaño al máximo, aún cuando no pudiera dejar de entristecerme al pensar en que terminaría por caerse. Sé que no era tan grave, pero siempre había sido muy coqueto ¿Seguiría queriéndome Willy aún cuando estuviera calvo? Dudaba que alguien pudiera hacerlo, me quedaría fatal. Pero bueno, por el momento estaba feliz con mi nuevo corte, además me había recortado también la barba de modo que no quedara descuidada. Me alegró volver a ver a mi peluquero, ojalá pudiera llevarlo a LA conmigo. Casi que fue lo primero que hice al llegar a España. Preparé todos los vídeos pertinentes y grabé algunos más, aunque no estaba preocupado puesto que podía seguir grabando desde mi casa de toda la vida. También fue genial volver a ver a mis padres, estuvimos un buen rato hablando de lo que había pasado estos meses y fuimos a comer juntos a un restaurante chino. Era un poco extraño estar separado de Willy, después de tenerle al lado casi cada segundo del día. Me había acostumbrado ya a tenerlo en mi cama cada noche y a recibir diariamente un montón de besos suyos. No es que fuera a exagerar diciendo que no podía vivir un día sin él, pero era extraño volver a estar solo después de haberse acostumbrado uno al calor humano. Y no solamente en el ámbito sentimental, también echaba de menos sus chistes malos, sus eficaces intentos de fastidiarme y su extraña pero singular risa. Pero estaba muy feliz, poder pasar tiempo con mi familia y volver a estar en mi pequeña habitación, la cual era un zulo comparada con la de nuestro hogar. Tenía el pequeño cuarto lleno de cosas que me habían llegado por correo estando yo en otro país. Estuve grabando un vídeo con esas cosas y después coloqué el caos que yo mismo había armado. Inusual en mí, el pequeño estaba contagiándome su caótica forma de vida. Durante la tarde vinieron algunos primos a verme, estuve con ellos y el resto de la familia hasta que se fueron. En ocasiones revisaba Twitter y me encontraba con imágenes del evento al que habían ido juntos los chicos.Willy se veía radiante, me alegraba de que estuviera feliz y entusiasmado por su nueva aventura. En alguna que otra foto aparecía con Fran, parecía que estuvieran pasándolo bien. Me embargó una ligera molestia al verlos tan felices y cerca, pero sabía que no tenía fundamento alguno para alimentar aquel sentimiento tan negativo. Suponía que sería envidia por querer acompañarlos, o arrepentimiento por no haberlo hecho. Aunque lo cierto era que no me consideraba una persona envidiosa en absoluto, me gustaba lo que tenía y no solía fijarme en lo de los demás. Rechacé el evento porque no era el tipo de cosas que me gustara hacer, exponerme al público e intentar desarrollarme frente a un montón de cámaras no era lo mío. En más de una ocasión había aceptado eventos similares o por contentar a mis seguidores o por contentar al mismoWilly, que se mostraba insistente siempre porque yo les acompañara. En esta ocasión también intentó convencerme, pero no lo consiguió, así que simplemente aceptó por él y me alegraba que así fuera, no me hubiera gustado que fuera de otra forma. Revisé el móvil una vez más mientras que esperaba que el agua de la ducha se calentase. No tenía mensajes de él, seguramente estaba muy ocupado con nuestros amigos, con el evento.. o simplemente no tendría cobertura, aunque eso era más bien improbable. Suspiré, suponía que nos vendría bien un poco de distanciamiento, me di una ducha para prepararme puesto que había quedado con mis amigos de siempre. Hoy abandonaría un poco el mundo de Youtube, me tomaría un descanso. Me vestí con una sencilla y abotonada camisa vaquera, acompañada de unos pantalones marrones y unas deportivas. Siempre me había gustado ese conjunto.
Cuando me encontré con ellos llegada la noche me ofrecieron una despedida bastante cálida, aunque no todos ellos. Éramos bastantes, todo el grupo que siempre nos habíamos juntados. Los más apegados a mí estuvieron hablándome todo el tiempo, mientras que los demás simplemente me saludaron y continuaron a su ritmo. Tuve que repetir algunas anécdotas con ellos, y se dedicaron a contarme todos los cotilleos que habían ocurrido en mi ausencia. Hacía mucho tiempo que no los veía, mucho antes de mudarme a otro país ya estaba distanciado del grupo por algunas razones. Pero como aquel percance formaba parte del pasado, decidí aceptar quedar con ellos en cuanto me lo propusieron al saber que estaba nuevamente en España. Tras las primeras impresiones, decidieron que sería una buena idea ir a un local, al mismo que solíamos ir siendo más jóvenes. Las cosas no cambiaban, cuando uno se acostumbraba a un bar en específico siempre iba a este hasta que terminaban por cerrarlo. Esperaba que nunca sucediera con nuestro local, le tenía un cariño nostálgico y especial. Empezaron a pedirse cubatas, yo me mostraba bastante reacio a beber alcohol, nunca me había gustado y cuando lo consumía era porque necesitaba urgentemente envalentonarme para algo.-¿Quieres beber Samu?.-Rodrigo era un fiestero, siempre había sido así. No recordaba un día que hubiéramos salido por ahí todos juntos y no terminase ebrio. Además era bastante persuasivo, al final nos arrastraba al resto a beber junto a él.-Nah, yo paso.-Contesté negativamente, puesto que intentaba mantenerme sobrio, quería volver a casa temprano para preparar algunas cosas y poder madrugar al día siguiente.-Se nos ha hecho mayor.-Exclamó Jorge, mientras que me miraba como si estuviera orgulloso de una gran hazaña. Seguro que hasta había olvidado que yo no bebía con frecuencia en el pasado, solamente en algunas situaciones festivas.-Y tan mayor.. los años le pesan.-Añadió Rodrigo, agitando su cabellera rubia al negar con la cabeza en señal de desaprobación. Yo me indigné, alcé las cejas como cuestionando sus palabras e interrumpí lo que estaba apunto de decir.-¡Madre mía! Y se hace el joven.. macho, si tienes mi edad.-Excluyendo a un chico que no había venido, éramos los mayores del grupo, siempre lo habíamos sido. Antes era algo de lo que podíamos jactarnos, ahora era imposible no desear retroceder en el tiempo, a cuando teníamos una veintena recién cumplida.-Pero tienes alma de anciano.-Añadió el rubio, señalándome con el dedo índice de manera acusadora, mientras que con la otra mano agitaba la pajita en el interior de su bebida azulada.-Lo secundo.-Apoyó Jorge, a lo que yo le fulminé con la mirada. Antes él era mi mejor amigo, aunque el tiempo nos había distanciado mucho, ya no me sentía ligado a él de ninguna manera, lo cual me entristecía un poco.-Chaval.. que decís, si yo tengo alma de niño.-Me defendí, puesto que era cierto. Desde siempre tenía una personalidad de lo más aniñada, que me dijeran que era mayor todavía pasaba, pero que tenía alma de persona mayor.. ¡Eso jamás! Consideraba muy importante retener al niño que todos teníamos dentro.-Venga tíos, dejad de picarle, que malos sois..-Intervino Jessica. Era un amor de persona, la más pacífica que había conocido, siempre intentaba evitar toda clase de problemas. Rodeé su cintura con el brazo, acostumbraba a tener una relación muy cariñosa con mis amigas.-Veis, veis! Jessi me quiere, es la mejor.-En su rostro oliváceo se ensanchó su blanca dentadura, formando una dulce sonrisa. Besé su mejilla varias veces, como en tantas ocasiones había hecho en el pasado. Ella fue la que más apoyo me brindó en su momento, aunque a veces no pudiera entenderme al ser demasiado ingenua.-Es una pelota.-La acusaron, haciéndole gestos de burla. Yo fruncí el ceño y la apegué más contra mi cuerpo.-Eh, eh, menos con mi Jessi.-Advertí, mientras que ella hacía un teatral puchero. Estábamos jugando, siempre éramos así los unos con los otros, por lo que no nos ofendían realmente este tipo de cosas. De haberme tratado con educación me hubiera sentido como un completo extraño.-No te enfades que te salen arrugas.-Dijo Rodrigo, mientras que se aproximaba a mi rostro y empezaba a picarme la frente con el dedo, como queriendo señalar las evidencias. Yo solté a la muchacha y me levanté del taburete.-¡¿qué dices?!.-Lo que me faltaba, que encima tuviera arrugas. Mis amigos se rieron, sabían que era una persona bastante presumida y solían hacerme mucha burla por ello. Al igual que nos burlábamos de Rodrigo por ser un borracho, o de Jessica por ser excesivamente inocente para su edad.-Sí, mira mira.-Insistió el rubio, mientras que seguía picándome la frente con el dedo. Yo me reí.-Paaara.-Advertí, en un tono que pretendía sonar amenazante. Pero él siguió, picando constantemente hasta que perdí los nervios.-¡éstate quieto Willy!.-Espeté, alzando las cejas y mirándole acusadoramente. Él se llevó la mano al pecho, fingiendo estar profundamente ofendido, mientras que el resto de nuestros amigos quedaron en completo silencio.-¿Me has llamado Willy?.-Efectivamente, estaba tan habituado a que fuera el menor quien me sacara de mis casillas y lo extrañaba tanto, que su nombre acudió a mi boca como si mi mente llevara horas intentando retenerlo. Aquel nombre encajaba perfectamente en mis labios, es como si hubiera nacido para pronunciarlo y mi mundo se sentía repentinamente completo cuando lo hacía. Me reí a carcajadas, este tipo de errores solían divertirme.-Ay, la costumbre.-conseguí pronunciar entre mi descontrolada risa. Ellos me acompañaron, aunque no pareció divertirles tanto como a mí.-Lo tuyo con ese chico es insano.-añadió Rodrigo con una sonrisa cuando terminé de reírme, era el más sincero. Los tres me miraron fijamente, como si ya hubieran hablado del tema en muchas ocasiones estando yo ausente y ahora esperaran tener mi versión de los hechos.-¿Eh? ¿Qué? ¿Porqué?.-Pregunté algo alterado, no había esperado un comentario semejante. No había esperado que mis amigos me miraran de esa forma, que ya hubieran hablado sobre nosotros con anterioridad.-La gente cree que salís.-Casi se me para el corazón al escucharle decir eso. Estaba poniéndome muy nervioso, no descartaba que incluso me hubiera ruborizado.-Ah, ya..-Jessica intervino, parece que estuviera adivinando mis nervios y quisiera calmarme un poco, recordándome que no dependía de mí.-Ya ni podemos ponerte algo por twitter sin que tus seguidores nos digan que eres suyo o cosas así.-Explicó con parsimonia, riéndose suavemente después para quitar hierro al asunto, al menos se lo tomaban con humor. Yo no pude reír, no en esta ocasión, estaba lívido de pánico.-Lo siento.-Me disculpé, porque comprendía perfectamente lo molesto que podía resultar a la gente que me hablaba que enseguida recibiera un montón de tweets de mis seguidores diciéndoles cosas, en la mayoría de casos cosas malas o preguntándoles acerca de mi vida personal.-¿No te molesta que digan eso siempre?.-Asentí con la cabeza en cuanto Jorge formuló la pregunta. Claro que me molestaba subir un vídeo con él y que los comentarios estuvieran llenos de insultos o especulaciones respecto a la supuesta relación que manteníamos. Lo peor es que ahora estaban en lo cierto, pero me gustaría que la gente se fijara en el vídeo o el comentario, y no en cosas que no tenían absolutamente nada que ver.-Sí, pero no puedo hacer nada.-Bien sabía que la gente seguiría haciéndolo. Además aunque algunos lo aceptaban, otros lo comentaban de una manera negativa. Les horrorizaba pensar que éramos pareja a muchos de nuestros seguidores masculinos, mientras que a las personas que nos odiaban les divertía decir que lo éramos, como si fuera una ofensa o algo de lo cual poder reírse. Ignorante prejuiciosos.-Haz un vídeo diciendo que no eres gay o eso.-Propuso el rubio, que hasta el momento se había limitado a escucharnos dando algunos tragos a su bebida, la cual casi estaba vacía.-Si ya lo he dicho mil veces, la gente va a seguir pensando lo que quiera.-Me justifiqué algo nervioso por semejante sugerencia. No haría un vídeo centrado en eso porque no era propio de mi canal, además sería mentir descaradamente a todas las personas que me seguían y confiaban en mí. Salía de paso mencionando en algunos vídeos que había tenido novias o me gustaban las mujeres, lo cual era cierto.-Pues sal con una chica.-Añadieron a sus propuestas, como siguieran mirándome atentamente e interrogándome me pondría a sudar.-¡Que fácil decirlo! ¿Voluntarias? ¿Nadie? Bueno.. estoy muy solito.-Creo que me libré bien, encontrar novia no era algo precisamente fácil, además vivía en un país extraño donde ninguna mujer hablaba el mismo idioma.-Sarai ha insistido mucho en venir porque estabas tú.-Me giré hacia la chica, quien se había alejado poco después de llegar al bar y ahora conversaba con dos amigos nuestros. Fue raro volver a verla, sus cabellos castaños se agitaban mientras ella hablaba y sonreía.-Rodri, ya sabes que..-Empecé a decir, no podía creerme que él hubiera olvidado lo mal que habían terminado las cosas la última vez. No quería volver a meterme en esa clase de problemas.-Ahora está soltera.-Me interrumpió para añadir el dato. Yo me sorprendí un poco, en los años que la conocía nunca había durado soltera más que unos días, debido a su belleza era una mujer muy solicitada capaz de enamorar a cualquiera.-Bueno, ni me ha saludado.-Refuté, pues al encontrarnos todo fue un poco tenso. No esperaba que ella viniera. Las miradas seguían atentas en mí, nuevamente me hacían sentir que ya habían tratado el tema de conversación sin estar yo presente.-Tiene vergüenza.. pero tenía ganas de verte, me ha dicho que quiere volver a ser tu amiga.-Jorge siempre se dejaba llevar por ella. Pero lo cierto era que yo apreciaba su amistad, después de tantos años conociéndola y lo que habíamos pasado juntos no podía negarme a semejante ofrecimiento. Después de todo yo volvería pronto a casa, harías las paces con el pasado y no tendría que volver a verla en mucho tiempo.-Sí, yo también quiero.-Jessica me animó a que lo hiciera, así que fui hasta donde ella se encontraba, sentada en uno de los sofás del local. En cuanto me acerqué los amigos que le acompañaba se alejaron, como si supieran que necesitábamos tener una charla privada.
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Sentimientos Latentes (Wigetta)
FanfictionEs difícil convivir con tu mejor amigo cuando descubres que tus sentimientos hacia él no son únicamente amistosos. Eso le ocurre a Willy, que tras las reiteradas indirectas de su compañero de piso, empezará a sentir por primera vez lo que es estar e...