Cupido | Markhyuck

4. Lo típico.

Ese día se habían reunido para comenzar a planear la operación Markhyuck.

Para Donghyuck, siendo honestos, era un poco ridículo reunirse para planear como conquistar a su no-novio-pero-sí-futuro-esposo pudiendo usar ese tiempo para estar con su canadiense favorito, pero realmente no tenía otra opción.

Así que ahí estaba, sobre su cama, y su  paz y tranquilidad siendo perturbada por un gigante demasiado ruidoso y el hyung que despertaba sus celos y su lado soft, el primero comiendo quién sabe qué acostado en el piso, y el último husmeando en su merch de EXO y Stray Kids (porque siempre fanboy, osea).

—¡Wah, ya desearía yo tener esto! — chilló agudamente el mayor de los tres, viendo atentamente los álbumes cuidadosamente colocados sobre la repisa en una de las paredes de la espaciosa habitación.

—Si rompes algo, me olvidaré de que eres mi hyung. — dijo, tanto su tono como expresión eran amenazantes, pero el mayor asintió distraídamente.

Pasaron unos minutos en los que lo único que se escuchaba era el crujido de lo-que-sea-que-esté-comiendo-Yukhei al ser masticado, y Jungwoo revoloteando de aquí para allá.

El moreno suspiró. ¿Por qué había aceptado su ayuda? Ni el mismo se entendía. Aunque probablemente fue porque ya estaba cansado de ocultar sus sentimientos, de ocultarse.

—¡Bien! — exclamó un poco enojado, asustando a los otros dos, provocando que Lucas casi se ahogara, y Jungwoo estuviera a punto de tirar un lightstick. —¡Ten cuidado con eso, hyung! — gritó alarmado.

—¡Tú me asustaste! — respondió de igual manera el mayor, aferrando la caja a su pecho en un intento por evitar que cayera, cosa que logró, haciendo que un suspiro de alivio saliera de ambos. —¿Por qué gritaste tan de repente? — reclamó.

—Porque ustedes vinieron a irrumpir mi paz. — el chico puso sus brazos en jarras, tal cual madre regañando a su hijo. —Para "planear", y no estamos haciendo nada.

—Oh. — dijo el mayor. —Es verdad. ¿Me perdonas?

Donghyuck en serio intentó aguantar, pero no pudo evitar la carcajada que abandonó sus labios. ¿Cómo no hacerlo? Jungwoo era la réplica exacta del meme. O al menos así lo veía él.

—Te perdono. — respondió con una sonrisa. —Sólo si vas directo al grano, hyung.

Jungwoo asintió, llamando a Lucas para que se sentara a su lado, cosa que el chino no tardó en hacer.

—Bien. — empezó con voz firme. —Estamos aquí reunidos para presenciar la unión de dos nobles almas-

—No es una boda, Jungwoo. — interrumpió un sonrojado Donghyuck.

—Pero lo deseas. — insinuó moviendo sus cejas de arriba a abajo. El menor sólo bufó, desviando su mirada. Iba a seguir burlándose hasta que vio la mirada de advertencia del menor. —Pero... ¿Por qué tanta prisa? Que yo sepa no tienes nada más que hacer.

—No, no lo tengo. — admitió. —Pero tampoco quiero estar tanto tiempo con ustedes.

—Ouch. — habló por fin el chino, poniendo una mano sobre su pecho, justo sobre su corazón. —Eso dolió.

Jungwoo asintió de acuerdo con lo dicho por Yukhei. —De acuerdo. ¿Has visto esos típicos planes que los amigos hacen por sus otros amigos para atraer la atención de la persona que le gusta? — preguntó rápidamente, en su mente uno de los tantos fanfics que había leído.

Donghyuck asintió, algo había visto en uno de los fanfics Chanbaek que leyó. —¿Qué hay con eso? — preguntó.

Jungwoo sonrió. —Eso es exactamente lo que haremos. — Donghyuck y Lucas lo vieron como si tuviera seis cabezas de más. —¿Qué?

—¿Es en serio, hyung? — preguntó el chino con incredulidad.

Jungwoo hizo una mueca. ¿Qué tan malo era su plan como para que alguien como Yukhei (sin ganas de ofender) se opusiera?

—Muy enserio. — dijo asintiendo. —¿Por qué?

El más alto suspiró, dirigiéndose ahora hacia Donghyuck, que aún lo miraba incrédulo. —Díselo tú.

Hyuck resopló, girándose hacia el chico uwu. —Esos planes nunca funcionan, hyung. — espetó. —Ni siquiera en los fics.

El mayor se quedó en silencio por un rato, hasta que finalmente suspiró con derrota. —Es verdad. — aceptó, recibiendo miradas confundidas de parte de los otros dos. Es decir, si sabía que no iba a funcionar, ¿por qué lo había propuesto? —¡Pero si funcionará esta vez, lo juro!

El moreno alzó una ceja. —¿De verdad? — Jungwoo asintió efusivamente. —No te creo.

—¡Es en serio! — chilló, desesperado. Una desesperación que lo llevaría a cometer un pequeño –gran– error. —¡Si no funciona haré lo que tú pidas! — cuando se dió cuenta de la semejante estupidez que hacía dicho (considerando a quién se lo había dicho), no tuvo oportunidad de retractarse. —Yo no...

Donghyuck sonreía maliciosamente. —Oh, ¿es así? — Jungwoo tragó duro, mientras sentía un escalofrío recorrerle entero por el tono de la voz del menor. No era un buen presagio. —Entonces... Trato hecho, Jungwoo hyung~ — canturreó, extendiendo la mano hacia el mayor. Al vez la expresión dudosa y temerosa (más temerosa que nada), decidió molestarlo un poco más. —¿O es que hyung no puede cumplir sus promesas? — preguntó con tono entre lastimero y burlón. Jungwoo juró ver el destello de maldad en sus ojos achocolatados.

Y, a pesar de que sabía que sería una pésima idea, estrechó la cuidada mano contraria. Él podía ser muchas cosas, pero nunca un mentiroso.

Sentía como si hubiera firmado una sentencia de muerte.

Aunque no estaba muy lejos de la realidad.

—Rezo porque no sea nada malo. — dijo preocupado, viendo al menor.

—Creo que tendrás que rezar bastante, hyung~ — dijo con maldad, haciendo que Jungwoo lo viera alarmado. ¿Desde cuándo una bolita de ternura como lo era Donghyuck podía lucir tan amenazante? —¿Cuál es el plan? — dijo, su tono cambiando drásticamente a uno suave y dulce, su expresión siendo igual.

Jungwoo lo vio anonadado. ¿Acaso el chico era bipolar o qué? Nunca lo había visto de esa manera, aunque había escuchado que ese chico podía ser demasiado travieso si se lo proponía, cosa que prefirió no creer porque, bueno, sigue siendo demasiado lindo. Pero viéndolo ahora... Tendría que preguntarle a alguien. Incluso algunos le decían SatanHyuck (ya que era bien sabido que era fan de EXO).

Cuando terminó de explicarle todo al menor (que de alguna extraña forma estaba demasiado dispuesto para su gusto, pero prefirió creer que era por Mark), e iba camino a su casa junto a Lucas, no pudo evitar recordar la escalofriante mirada del menor, y reprocharse el haber dicho tal cosa.

¿Por qué sentía como si hubiera firmado una sentencia de muerte?

No lo sabía.

Pero lo que sí sabía era que el moreno era capaz de cualquier cosa.

Realmente esperaba que el plan saliera bien. Por su salud mental.