12. Ánimos.

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—¡No~! — chilló el pelirrojo, aferrándose a su almohada especial. —¡Acepté esto, pero no dije que iba a salir de aquí!

Todos suspiraron, viendo el drama del moreno.

—Bien, no quería recurrir a esto. — dijo Chenle, tronando sus dedos con una mueca. —Jeno, Jaemin, sáquenlo. — los mencionados asintieron, acercándose al moreno.

Jaemin tomó al moreno por los brazos, obligándolo a sentarse sobre la cama, y acercándose al rostro del moreno. —Aún tienes tiempo de rendirte, Hyuckie. — avisó, mirando hacia sus labios con una sonrisa divertida.

Todos miraban la escena inexpresivos, Jeno con una ceja alzada, intentando que los celos no lo dominaran. Los dos chicos estaban muy cerca, prácticamente a milímetros.

Donghyuck tragó nervioso, pero sin cambiar su expresión seria. —Aléjate, cerdo.

Jaemin rió, su aliento chocando contra los labios contrarios. —Oh, ¿debería? — dijo en voz baja, acercándose un poquito más, una de sus manos peligrosamente ubicaba sobre el muslo del pelirrojo.

—Ya, ya, ya. — dijo Jeno, separándolos. —Sólo iremos hasta la casa de Chenle, Hyuck.

El moreno bufó, cruzándose de brazos. —No quiero. Estoy bien aquí.

—¿No quieres ir o no quieres caminar hasta allá? — preguntó Yukhei.

Donghyuck sonrió. —Ambas.

—Pero si sólo tiene que caminar hasta la entrada... — murmuró Chenle, hastiado.

—Recuérdenme porqué estamos aquí. — pidió Sicheng con una expresión aburrida en su rostro.

Yuta se encogió de hombros. —Chenle dice que este lugar es demasiado pequeño.

—¿Qué? — dijo Jaehyun, dándole una ojeada a la habitación, atónito. —Pero si esto es grande... Estamos todos y todavía hay espacio.

—Lo que callamos los pobres. — murmuró Taeyong, negando.

—Puedo cargarte si quieres. — ofreció el pelinegro, mirando a Jaemin, recibiendo un asentimiento de su parte.

—Bien. — habló Jungwoo después de mucho tiempo. —¿Vamos? — preguntó haciendo un gesto con la cabeza hacia la puerta.

Todos asintieron, levantándose del suelo y saliendo de la habitación, exceptuando Jeno, Jaemin y Donghyuck.

—¿Y? — exclamó Jaemin, impaciente. —Dense prisa. — apuró.

Jeno rió, poniéndose de espaldas al lugar en el que Hyuck estaba sentado. El moreno sonrió, pasando sus brazos por el cuello contrario al igual que sus piernas, las mismas siendo afianzadas por el agarre de el pelinegro en sus muslos.

—Corre como el viento, tiro al blanco. — dijo el pelirrojo ajustando su agarre en el cuello contrario, haciendo reír a los otros dos.

Jaemin se apresuró a salir de la habitación, siendo seguido por Jeno y Donghyuck.

Una vez llegaron a la entrada, Jaemin subió a la camioneta negra (obra de Chenle) que estaba estacionada frente a la casa, seguido de Donghyuck y por último Jeno.

—¿Por qué se tardaron tanto? — cuestionó Taeyong mientras el auto arrancaba.

Jaemin iba a responder, pero Donghyuck se le adelantó. —Estos dos— empezó, señalando al pelinegro y al  pelirosa —se tardaron haciendo sus cosas, y yo estaba muy ocupado haciendo de tercera rueda. — mintió, haciendo un puchero, y provocando el sonrojó en los mencionados.

Cupido | MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora