Luego de eso, como el director había pedido/ordenado, todos se dirigieron a sus respectivos salones. Ahora estaban esperando a que las clases terminaran para poder ir a su dulce hogar.
La campana sonó, y todos soltaron un gritito de alegría. La mayoría empezó a salir, dedicándole una mirada entre extrañada y aliviada a nuestro querido canadiense, quien aún no se había quitado las orejitas a petición de su persona favorita y estaba guardando sus cosas.
—Oye, Mark, dime amo con voz de neko kawaii. — dijo Hendery con una sonrisa burlona.
Mark inhaló con los ojos cerrados, cerrando su mochila y girándose para encarar al chino. —Wong Kunhang. — exclamó con voz tranquila, lanzándole una de sus miradas más intimidantes al pelinegro.
Hendery se encogió en su lugar, pero sin demostrarlo. —¿Qué pasa, Canadá?
—¿Dejarás de molestar? — preguntó en un suspiro, afianzando su agarre en las asas de su mochila. —¿O prefieres que le cuente eso a Xiaojun? — continuó, dándole una sonrisa inocente.
El mencionado, que se iba acercando a ellos, ladeó la cabeza con curiosidad, Yangyang yendo tras él. —¿Yo qué?
Hendery se sobresaltó, volteando hacia el otro chino, negando frenéticamente. —Nada, nada, que ya es tarde. Nos vemos, Mark. — se apresuró a decir, palmeando amistosamente el hombro de Mark antes de salir del salón. El canadiense se despidió antes de hacer lo mismo.
Xiaojun suspiró, viendo el lugar por el que Wong se había ido. —¿Qué le pasa?
Yangyang sonrió, acercándose al pelinegro. —Quién sabe. — se encogió de hombros, actuando lo más natural posible. —Pero tiene razón, es tarde. ¿Nos vamos, Jun? — pidió, haciendo su mejor cara de súplica, sabiendo que el mayor no podría negarse.
El chino sonrió, apretando una de las mejillas del menor. —Tan lindo~ — canturreó antes de pasar un brazo por los hombros contrarios, abrazándolo, mientras empezaban a caminar.
—¿Podemos ir por helado? — dijo luego de un rato, mirando al pelinegro.
—Lo que tú quieras, bebé. — dijo, sin siquiera intentar negarse.
Bueno, al menos alguien aquí sabía lo que pasaba.
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—¿Ya puedo quitarme esto? — preguntó con pesar, haciendo un puchero.
Donghyuck negó, tocando la suavidad de las orejitas sobre su cabeza. —Nop. Quiero más tiempo con Mark gato. — dijo, tomando su mano, entrelazándolas.
Mark suspiró, asintiendo.
—Gobernado. — murmuró Jaemin detrás de ellos. Jeno, Jungwoo y Lucas asintieron de acuerdo.
Donghyuck río, pero no dijo nada.
—Por cierto. — habló Lucas. —¿Cómo se te ocurrió esa idea?
—Sí. — concordó Jungwoo, genuinamente curioso. —Me estaba preguntando eso también.
—Bueno. — Mark carraspeó. —Taeyeon noona me ayudó.
Todos soltaron un "oh", comprendiendo.
—Ahora todo tiene sentido. — comentó Jeno, los ojos bien abiertos en sorpresa. —A ti jamás se te habría ocurrido algo así.
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Cupido | Markhyuck
Fiksi Penggemar¿Qué pasa cuando dos personas que se aman son tan estúpidas como para admitirlo, o tan siquiera notarlo? Exacto, es momento de que Cupido entre en escena. O donde Jungwoo notó que esos dos se amaban, pero uno era demasiado tímido para admitirlo, y e...