☀️; Piedra

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[❗] NOTAS PRE LECTURA:

✎Basado en la mitología griega.

✎Leonardo como semi-dios hijo de Zeus.

✎Kubo es una especie de gorgona con garras metálicas.

✎Aparición de Marco Rivera.

Decía la leyenda de un templo escondido para su nula profanación, un templo en algún lugar de los dominios griegos alzado en nombre de la gran diosa Hera; ahí, es un paraíso lleno de vid y árboles donde descansar

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Decía la leyenda de un templo escondido para su nula profanación, un templo en algún lugar de los dominios griegos alzado en nombre de la gran diosa Hera; ahí, es un paraíso lleno de vid y árboles donde descansar. Sin embargo, también contaba la leyenda, era custodiado por una criatura que convertía a cualquier intruso en piedra. No era una sorpresa que Miguel Rivera —hijo de Apolo— hubiera acudido a Leonardo —hijo del mismo Zeus— a sacar al imbécil de su hermano del lugar.

Marco Rivera, ex jefe de la cabaña de Apolo, se había metido en un lío con la diosa y, ella engañándolo, lo mandó a sus dominios en el Templo. Ahora, Leo San Juan, debía sacar al hermano de su compadre de las garras de su madrasta rencorosa. Le tomó días llegar al pequeño bosque de uvas y olivos; porque entrar siempre era fácil —dicen—, salir era el problema.

Entró por la parte trasera del templo, teniendo la cautela de un zorro queriendo robar algo, buscando al trigueño que yacía en medio de la parte principal de la estructura, encadenado al suelo de manos y pies. ¿Dificultad, quién te conoce? Estando por salir de su escondite detrás del altar, un chillido y fuerte aleteo lo hacen arrepentirse. Surcando el cielo, aterriza una enorme lechuza blanca que poco a poco, caminando hacía el capturado, se vuelve una figura humana.

Era un joven encantador —no le calculaba ni 20 años— que no dejaba ver sus ojos debajo de un fleco negruzco, cabellos de igual tono, túnicas tintadas de un leve azul y porte tenebroso a pesar de su hermosura. 

—¡Ya wey, déjate de mamadas y suéltame! ¡Hera ni está aquí ni se tiene que enterar! —ruega el castaño oscuro, jalando las cadenas doradas que lo constriñen con cada jaloneo.

No responde. Da vueltas alrededor del mexicano como si de una burla se tratase, engrandeciendo una sonrisa maliciosa y pasando su mano de fiera con garras por su cabellera.

—Pequeño y débil hijo de Apolo —habló con lentitud cada palabra, en un tono seguro a la par de tranquila. Suelta una risilla—; no es mi culpa que estés aquí pudiendo librarte de esas cadenas con tal facilidad, ¡que parece impensable!

—¡No trates de manipularme, gorgona estúpida!

—¡Shhh! —expresa aún en su calma, colocando su dedo índice en la comisura de los labios del apresado— Tenemos compañía.

Al moreno escondido se le para el corazón, debía retorceder, porque la criatura se acercaba al altar. Luego, siente como se enrredan en sus piernas y lo levantan cadenas de plata, dejándolo de cabeza frente a lo-que-sea-que-fuera-eso.

—¿Y qué tenemos aquí? ¿Un hijo de Zeus? ¡Emocionante! Ya casi no vienen por aquí tus hermanos —dice, acariciando y admirando sus facciones con delicadeza causando incomodidad—; ¿también será porque terminé con algunos? Quién sabe.

—¡Leo, huye, huye de una vez! 

Las cadenas del trigueño constriñen todavía más que la sangre parece ya no circular por esas zonas, dejando un enorme hematoma morado-azulado y sacándole quejidos grandes a Marco.

—Contigo no puedo acabar, Marquitos. Pero nadie me dijo acerca de no tocar a un hijo de Zeus.

Antes de que Leo se petrifique, logra apreciar unas vacías cuencas de un leve azulado, como si de un cielo claro y despejado se tratase. Siente como la piedra se forma desde sus vasos sanguíneos y se expande a la epidermis, perforando su corazón y volviendo pesados sus pulmones. 

Dice la leyenda que varios hijos de Zeus murieron dando a parar allá; pero ninguno con una sonrisa sincera como aquél que apreció el inframundo.

Dice la leyenda que varios hijos de Zeus murieron dando a parar allá; pero ninguno con una sonrisa sincera como aquél que apreció el inframundo

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¡Hey, hey!

Espero les haya gustado mucho.

La verdad no pude imaginarme a Kubo con serpientes de cabello; pero sí controlando cadenas para atar gente, alv. Leo es hijo de Zeus para hacer más chido esto.

Comenten, estrellida, bai.

𝘾𝙝𝙤𝙘𝙤𝙡𝙖𝙩𝙖𝙙𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora