🌙; Dicotomía

864 78 19
                                    

Los opuestos se atraen❞, eso es lo que el moreno siempre observó desde esa vez que su hermano mayor presentó a su compañera de grado mayor —pero menor al del dicho— como su pareja. Cada que los veía agarrados de la mano era como ver un vaso de leche con café descafeinado sin revolver. Cuando se miraban juraba ver corazones revolotear sobre su alrededor hasta caerse porque ya habían empezado a pelear. Peleaban por cada maldita pequeñez.

Que sí te ve con otro, celos. Que sí te andan echando los perros y no haces nada pues "dis que" te vale, discusión y rompida de madre al tipo o tipa. Que si no lo esperaste para ver el siguiente capítulo de "Cosas de la Vida", no pienses en regresar a mi casa a ver los demás. Día, tras día, TRAS DÍA. Aún así regresaban llorando al hombro del otro pidiendo perdón y no volver hacerlo —ajá sí—.

U otro ejemplo es Miguel y Hiro. Ver a Miguel es ver a un pug todo pendejo que deseas protejer; por su parte el japo-americano era escuchar ladrar a un chihuahueño o puddle, de esos de la película de los negros disfrazados de rubias. Arrocito y frijolito, un racional y un ideal, un científico y un empírico; muchas cosas alocadas salen de ahí. Ambos discutían, sí, pero su cariño llegaba al grado de soportarse hasta los cambios de humor.

Porque los opuestos se atraen y eso es lo que piensa y pensará. No importa qué tan congeniables sean, serán opuestos en algo y de ahí nacerá la sensación de protección. Eso mismo le pasó con el japonés tuerto que ahora tiene a su lado peleando por los tejocotes de la vecina con el hermano de Miguel. Sí, también eran distintos.

Kubo Tsukishima era asiático, primera diferencia; segunda, era más blanco que la Luna y cabellos tono oscuridad del alma del Brayan Chino —alías Kyle—; tercero, Kubo era dulce, tranquilo y servicial. No es que él no fuera servicial; pero su pareja lo llevaba a los extremos de pelear por tejocotes para el pan de su abuela; en fin. Él, por su parte, el eran un polvorón de chocolate que se cayó al suelo y un niño dejó a medio comer; atrabancado, todo un jolgorio andante y que le da pereza hasta respirar de vez en vez. ¿Quién lo diría? Pareja un mexicano y un japonés —muchos lo dijeron—.

Leo aprendió que detrás de esa naturaleza pasiva se encontraba un gato tierno salvaje que no dudaría en arrancarte las pelotas si le das razones para hacerlo, Kubo se encontró con un torpe en realista y volátil. No sabías qué esperar todo el tiempo. Ambos se sorprendieron entre ellos entre conversaciones, besos y anécdotas vividas; hasta nombre de pareja tenían.

Si Teodora y su hermano eran el Café con Leche, y Miguel y Hiro el Arroz con Frijoles; ambos eran la Chocolatada. La mezcla de chocomilk con grumitos flotando en el recipiente de no haberse revuelto bien. Una mezcla divertida, dulce y amorosa.

¡Hey, espero hayan disfrutado el primer capítulo de este reto!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Hey, espero hayan disfrutado el primer capítulo de este reto!

Debo comentar que adoro a esta pareja después de un fanfic Higuel que ya no recuerdo el nombre; pero ambos salían como pareja. Es que, no sé, se me hacen muy tiernos juntitos jsjsjs

Y, en vista de que su contenido aquí en Wattpad es limitado, deseo contribuir a este fandom para que crezca igual que mis esperanzas por mayor contenido suyo reconocido.

Pues, nada, hasta aquí lo dejo.

¡Regresen mañana!

–Tova🌷

𝘾𝙝𝙤𝙘𝙤𝙡𝙖𝙩𝙖𝙙𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora