𝘾𝙝𝙤𝙘𝙤𝙡𝙖𝙩𝙖𝙙𝙖

🌙; Mordedura.

[❗] NOTAS PRE LECTURA.

✎Omegaverse.

✎Obvio, Kubito omega y Leo alfa.

Leo nunca fue alguien grosero, ni con su casta ni las demás; para él, la clave del éxito en un líder es saber tratar con las mismas oportunidades a todos fuesen omegas, betas o alfas. No le gustaba ser abusivo, ni explosivo ni mucho menos agresivo. Su mayor defecto es lo territorial que puede ser con su familia y manada de amigos. Podemos ver un claro ejemplo de un omega que camina con la frente en alto pasando de largo a la fila de hormonales detrás suyo.

De Leo, Tsukishima ni un amigo lo consideraba; para el alfa poblano, el menor era esa persona que no creyó tener necesidad de seguir como garrapata a perro. El asiático es encantador. Su fisiología de omega le da créditos a su apariencia delicada; ¡oh, pero su temperamento! Dominante, sereno, prepotente. Nadie sabía cómo meterse con Kubo ni con Hiro, ambos los más bellos y temidos.

Ya venía siendo la quinta ocasión que Kubo rechazaba cordialmente a Norman Babcock —un beta— a salir. A San Juan menor se lo carcomía su instinto en querer alejar a la chusma y reclamarlo como suyo. Dejar en claro que nadie, repito, NADIE debía de estar en un área menor a un metro. Y su aura le hizo justicia, ahuyentando a la mayoría cada que él estaba rondando; también molestando al propio omega.

—¿Puedes parar ya, San Juan? Asustas a Eggs y ya no quiere ni venir a platicar —Cierra su casillero.

—Perdón —Se excusa el moreno.

Mejor para él; así, podía disfrutar dela aroma a pan y chocolate caliente que emana el azabache. En sus deseos carnales estaba el morderlo, hacerlo suyo, poseerlo y dejarse llevar por el lobo dentro de él; siempre teniendo que apartar esas ideas alocadas y tratar de comportarse lo mejor posible enfrent de su reto personal. Por más natural que fuera ese bochorno.

Kubo no se quedaba atrás. Sabía con exactitud que el castaño era su destinado; pero le costaba aceptar que un alfa así —no por ofender— pudiera llegar a tomar control de su vida. Al ser omega, supondría sumisión y obediencia; no, el tuerto no es ningúna criada sin paga para ser perro faldero de un alfa bonito y sofisticado. Si él en verdad lo quería, debía ganarse su amor. Hasta el momento sin muchos resultados.

Los deseos tampoco se quedaban atrás; la primera vez que cruzaron miradas, ¡carajo! Un calor terrible lo azotó, las ganas de correr hasta él y dejarse envolver en sud brazos; ser tocado, ser amado. Esa voz que lo hizo perderse, estremecerse; que cada celo quisiera que estuviera a su lado para atenderlo, ser ese premio bonito del alfa. Pero no, no sucumbiría a su lobo interior como un cualquiera. Por mucho que fuera  los deseos de ambos a marcarse, morderse, conocer cada detalle, cada curva y atisbo de luz.

Algún día podrían mirarse sin preocuparse, dejarse llevar por ellos mismos y quererse al punto de quemarse. Ya habría tiempo para eso en algún momento, tiempo para marcar su territorio en la piel del contrario.

Ya habría tiempo. Por ahora, son sólo conocidos con las hormonas al tope.

¿Saben lo asqueroso de querer seguir a flote en una balsa de goma?

Así se siente mi mente a inicios de Fictober e Inktober. Sin ideas, capítulos, debiendo días en ambos. Es complicado; pero, ¡ánimo, banda, si se puede salir adelante!

Este capítulo fue hecho de una manera random; ya que, casi siempre, tengo una idea o trama impuesta en los one-shots o drabbles; pero este, sólo sabía que sería omegaverse. Y pues no está mal, oye.

Ya, debiendo dos días solamente, quizás el miércoles suba de trancazo (aish, que feito ;;), así que...

¡Nos vemos pronto, quizás!