Caminando al éxito

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La semana comenzó bastante tranquila, Rodolfo había vuelto a los entrenamientos:

Y yo me estaba convirtiendo en una mujer de negocios, poco a poco hacía las tareas con mayor facilidad y Manolo se tomaba un tiempo para enseñarme técnicas de inversión lo cual me resultaba muy interesante

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Y yo me estaba convirtiendo en una mujer de negocios, poco a poco hacía las tareas con mayor facilidad y Manolo se tomaba un tiempo para enseñarme técnicas de inversión lo cual me resultaba muy interesante.

El martes por la tarde Rodolfo asistió a la premier de una película y aunque me invitó le dije que no creía conveniente que hiciera público el hecho de que salía con alguien y aunque al principio se mostró desanimado entendió mi postura. Para cuando él estaba en el evento yo aún me encontraba en la oficina, se veía guapísimo:

 Para cuando él estaba en el evento yo aún me encontraba en la oficina, se veía guapísimo:

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Sonreí y Manolo me preguntó que a qué se debía

-Rodolfo está en la premier de una película y se ve muy bien- se la mostré

-¿Hace cuánto que sales con él?- me regresó mi teléfono

-Ammm dos o tres semanas-

-¿Crees necesitar más tiempo para acceder a tener una relación con él?- lo pensé un poco

-No realmente, hemos salido pocas veces pero me la paso muy bien con él y nos tenemos mucha confianza y si me lo preguntara no dudaría en decirle que si- y era verdad, no necesitaba más tiempo para conocerlo pues siempre he pensado que las relaciones son para terminar de conocer a tu pareja

-No he tenido oportunidad de verlos juntos pero estoy seguro de que se ven muy bien- sonreí -¿Sabes linda?, necesito que me acompañes mañana para cerrar una negociación- asentí -Si no es mucho pedir me gustaría que vinieras lo más formal posible- asentí de nuevo.

Pese a que somos vecinos, Rodolfo y yo teníamos compromisos que nos impedían coincidir así que los mensajes se volvieron nuestros aliados para mantenernos al día.

El miércoles me levanté un poco antes y me arreglé para el compromiso que tenía con Manolo, me decidí por un vestido de tubo negro y zapatillas de aguja igual negras, alacié mi cabello y me maquillé un poco

-¿Y bien?- pregunté a Liliana una vez que bajé a la sala

-Te ves preciosa- sonrió ampliamente

Amor a manos llenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora