Primera cita

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Hoy más que los días pasados me levanté muy positiva y de buen humor, tomé una ducha y me vestí:

Pude escuchar que Liliana ya estaba despierta así que mientras cocinaba puse un poco de música.

-Parece que alguien está de buenas- le sonreí -¿Emocionada por la cita?-

-Demasiado- di saltitos cual niña pequeña

-Hoy será un gran día- ambas sonreímos –Iré a ducharme- subió al baño y yo terminé de cocinar

Para cuando Liliana bajó ya lista, yo ya la esperaba en la puerta, tomó su bolso y salimos del departamento. En el camino el tema de charla fue la cita y Liliana me dio algunos consejos, cuando llegamos al piso había demasiada gente entrando y saliendo de la sala de juntas y la oficina de Óscar y Manolo, pero también de la de Tito.

-No te preocupes, este caos es por la gala- me dijo esquivando a las personas que iban a todo prisa de un lado a otro –Ve a la tranquilidad de tu oficina, yo tengo que ayudar a Tito con algunas cosas- asentí y me fui a mi oficina.

Pude notar que en mi escritorio ya había una torre de papeles y carpetas y una nota de Sandy con mis pendientes del día, entre ellos era una comida con Tito, de inmediato llamé a Sandy a recepción para asegurarme de que era un error, pero no. Al parecer él tenía asuntos importantes que tratar conmigo así que me di prisa para dejar el menor trabajo posible para después de la comida y que no se me acumulara para el día siguiente pues hoy más que nunca tenía planeado ser muy puntual con mi hora de salida.

A las 2:00 p.m. tocaron la puerta, grité un "adelante" y me encontré con un hombre de no más de 35 años, miró con atención la oficina y después me miró a mí y yo por inercia me puse de pie. Se acercó y extendió su mano:

-Mucho gusto señorita, yo soy Tito Leone- sonrió amablemente, me presenté y estreché su mano

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-Mucho gusto señorita, yo soy Tito Leone- sonrió amablemente, me presenté y estreché su mano

-El gusto es mío, Tito- lo invité a sentarse pero no aceptó

-Liliana me ha comentado que sueles traer comida- asentí -¿Te importaría acompañarme a mi oficina para comer juntos?, he mandado pedir algo- su acento era aún más marcado que el de Óscar

-Si claro- tomé mi lonchera y nos dirigimos a su oficina

-por favor, toma asiento- ocupamos la pequeña área de comedor y mientras yo sacaba mi comida de la lonchera a él le trajeron su platillo –grazie, muy amable- dijo a la chica de la cafetería –dígale por favor a Sandy que no quiero llamadas ni visitas y que se asegure de que nadie nos interrumpa- la chica asintió y se fue, yo por mi parte me puse demasiado nerviosa –Linda ¿por qué estás aquí?- preguntó comenzando a comer

-Ammmm, por mis prácticas profesionales de la universidad- también comencé a comer

-Respuesta incorrecta- me miró fijamente y yo por poco me atraganto –Sé que mi padre ya te ha comentado algo sobre ser su mano derecha-

Amor a manos llenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora