Còmplices

382 28 0
                                    

No estaba muy segura sobre qué podía regalarle a Rodolfo así que decidí hacer una llamada para pedir un consejo

LLAMADA
-¿Hola?-
-Hola Hola, solecito-
-¡Vaya! Pero qué gusto escucharte pandita
-Lo mismo digo, ¿estás ocupado?-
-Ammm no, vamos llegando de entrenar-
-¡Genial! Necesito pedirte un favor-
-Ya decía yo que no me llamabas para saber cómo estoy-
-¡Oye! Me haces sentir mal-
-Jaja es broma, pero si has estado perdida-
-Si bueno, mi nuevo trabajo y la mudanza-
-¿Mudanza y nuevo trabajo?-
-Si, ya estoy en Monterreyyyyy
-¿Lo dices en serio?-
-Si, es mi tercera semana aquí-
-Me alegro mucho por ti, pandita-
-Muchas gracias, pero cuéntame de ti, ¿cómo te ha ido?-
-Pues todo bien, dime qué no sabes y te cuento-
-Jajaja pues te fue súper bien en el clásico y me siento como mamá orgullosa por tu llamado a la selección y por tu participación en el partido pasado-
-Estás al día jajaja-
-¿Ves que no soy tan mala?-
-Solo bromeaba, ¿Qué favor necesitas?-
-Ammm quisiera saber si en donde estarán para el partido hay tiendas de regalos-
-Supongo que si, es una ciudad como cualquier otra-
-¿Qué te gustaría que te regalara?-
-¿Me vas a dar un regalo?-
-Emmm no-
-Ok, no estoy entendiendo-
-Perdón es que no sé cómo pedirlo-
-Calma, retomemos ¿ok?-
-Si ok-
-Quieres una tienda de regalos porque le vas a dar un regalo a alguien-
-Cierto-
-¿Y por qué no compras el regalo en Monterrey?-
-Porque la persona a la que le daré el regalo estará contigo-
-¿Conmigo? ¿Quién es?, ¡ay no! No me digas que es Rodolfo Pizarro-
-¿Como adivinaste?-
-Monterrey, futbolista, aún no llega ¿te suena?-
-Por favor no me sermonees-
-No no, eso lo haré cuando llegue el momento-
-¡Sebastiaaaaan!-
-Es que ya hablamos de esto señorita, quedamos en que te ibas a dar un tiempo para ti-
-Y eso hago, Rodolfo y yo sólo estamos saliendo-
-¿Solo saliendo?-
-Por el momento-
-Me voy a reservar mi opinión, ¿Qué quieres que haga-
-Quiero que me ayudes a darle un pequeño regalo a Rodolfo pero sin que se dé cuenta de que me ayudaste ¿me explico?-
-Claro, quieres que sea anónimo, pero yo no puedo salir así como si nada para buscar un regalo-
-¿Pero no crees que podrías pedirle ayuda a alguien del equipo o algo?-
-No lo sé-
-Solecito porfi, quiero animar un poco a Rodolfo por lo mal que la ha pasado pero necesito de tu ayuda-
-Mmmmmm-
-Te prometo que iré a verte cuando estén de regreso-
-MMMMMMM-
-Haré lo que quieras pero necesito que me ayudes con esto-
-UMMMJUMMMM-
-¿Me vas a ayudar o no?-
-Ufff, está bien-
-Yehii-
-Pero tienes que prometerme que vas a tener cuidado, no quiero que termines igual que la última vez-
-Te lo prometo-
-Ajaaam Promesa al viento-
-Bueno ya, te mando los detalles de la sorpresa por mensaje-
-Si está bien-
-Muchas gracias solecito, te debo una-
-Me debes miles-
-Ya te pagaré-
-No te estoy cobrando-
-No te molestes-
-No estoy molesto, es sólo que no quiero que te ilusiones con quien no debes-
-¿No debería hacerlo con Rodolfo?-
-Oye me están buscando-
-Vale, cuídate mucho y gracias por aceptar-
-Agradéceme si resulta, adiós pandita-
-Adiós solecito-
-Te quiero nena y te extraño mucho-
-Y yo a ti solecito, demasiado-
-Llámame más seguido-
-Lo haré-
FIN DE LLAMADA

Aunque me costó un poco convencer a Sebas terminó accediendo y ahora sólo era cuestión de pensar en qué sería un buen regalo para Rodolfo, pero eso lo haría después porque debía darme prisa con mis tareas y el pendiente que me encargó Manolo para mañana.
Mientras trabajaba recordé mucho a Sebastián, cuando nos conocimos y cuando viajamos juntos, hacía bastante que no nos veíamos o hablábamos pues él estaba ocupado en el primer equipo y yo en mis últimos semestres pero ahora que lo había escuchado de nuevo y tenía la certeza de que era el mismo de siempre estaba decidida a no perder el contacto con él.

Amor a manos llenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora