Estira y afloja

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Desperté por el sonido de una alarma que no era la mía y al mirar a mi lado me encontré con Rodolfo que manoteaba para alcanzar el teléfono y desactivarla.

Ví a mi alrededor y me di cuenta de que no era mi habitación, asustada recordé que era lunes y tenía que ir a trabajar. Salí de la cama y busqué mis tenis.

-Tranquila, aún es temprano- Rodolfo se tallaba los ojos -Son las seis cuarenta y cinco- se sentó en la cama

-¿Me quede dormida?- me puse mis tenis y el asintió -Liliana va a estar molesta- me puse nerviosa

-Le dejé un mensaje avisándole así que no te preocupes- palmeó la cama invitándome a sentarme -tienes tiempo para ir y alistarte- besó mi frente

-¿Por qué no me despertaste?- acaricié su barba

-Porqueeeee- suspiró -te veías tan tranquila durmiendo que me dio pena hacerlo y entonces decidí cargarte hasta aquí y como no te despertaste supuse que estabas demasiado cansada así que te dejé descansar- acarició mi mejilla

-Eres muy lindo- dije con voz mimada y lo abracé

Sin duda alguna el calor corporal de Rodolfo era el mejor para una mañana fría y me vi tentada a quedarme otro rato pero si no me iba probablemente Liliana se podría furiosa y no quería quedar mal con alguien que ha sido tan amable y atenta conmigo así que le di las gracias a Rodolfo, quien me acompañó hasta la puerta

-¿Crees que vuelvas a el barrial?- me hizo girarme

-No lo sé- lo miré -depende de la decisión que tome Manolo- suspiré

-Si su oferta sigue en pie no la rechaces- sonrió -actúa como si no tuviéramos relación alguna al momento de decidir y será más fácil- sabía que intentaba alentarme pero aún así me sentía un poco frustrada

-Lo haré, guapo- le lancé un beso -que tengas buen día- sonreí y me fui al departamento.

Cuando entré Liliana iba bajando aún en pijama y por suerte no estaba molesta.

-Buenos días, Linda- me abrazó —apenas pude ver el mensaje de Rodolfo porque anoche en cuanto tenté la cama me quedé dormida- se fue a la cocina y la seguí

-Espero que no te moleste- estaba apenada -creo que el sueño me ganó-

-Claro que no, descuida- sonrió -No planeo ser estricta contigo, considero que tienes la edad suficiente para hacerte responsable de tus actos- comenzó a cocinar

-Eso es lo que no me gusta de la vida adulto- hice un puchero y ambas reímos -¿te ayudo a cocinar?-

-No no, esta semana apenas y estarás en la oficina así que no llevarás comida alguna- apuntó la escalera -sube a alistarte en lo que yo me preparo mis alimentos- sonrió nuevamente

-Bueeeno- le regresé la sonrisa y subí a alistarme.

Yo creía que sería una semana más tranquila pero por el comentario de Liliana quizá me esperaba una semana más pesada y por si las dudas conservé mi formalidad:

Yo creía que sería una semana más tranquila pero por el comentario de Liliana quizá me esperaba una semana más pesada y por si las dudas conservé mi formalidad:

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Amor a manos llenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora