Montaña Rusa

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-Me da mucha pena pero creo que si aceptaremos- dijo Liliana tomando sus cosas y subiendo al otro auto, yo estaba ida -Linda, ¡vamos!- me tomó del brazo para que caminara

Ya camino al trabajo todos íbamos callados, Uriel concentrado conduciendo y Rodolfo de copiloto encargándose de la música, en la parte de atrás Liliana estaba concentrada en su teléfono y yo por mi parte solo miraba atenta por la ventana para ir memorizando el camino. Pude notar cómo Uriel me miraba por el retrovisor

-¿Qué les pasó que se les hizo tarde?- dijo sin perder la concentración en el camino

-No escuchamos la alarma- respondió Liliana sin dejar de escribir en su teléfono

-Siempre hay una primera vez- Uriel me dedicó una sonrisa y yo se la devolví -¿Lili?-

-¿Si?- estaba en otro mundo

-No sé la dirección-

-¡Ah si!, disculpa- Liliana le dio la dirección a Uriel y después de esas pocas palabras el resto del camino transcurrió en silencio.

Una vez en la entrada Liliana bajó a toda prisa del auto y yo traté de seguirle el ritmo

-Mil gracias chicos, les debemos una- y se dirigió al edificio, yo apenas pude sonreír de lo aturdida que estaba

Entramos y nos apresuramos para tomar el ascensor, eran las 8:10 a.m. Y yo que pensaba que llegaríamos más tarde, en cuanto salimos del ascensor Sandy se acercó a nosotros con una especie de agenda y comenzó a decirle cientos de cosas sobre pendientes y documentos y reuniones, ambas entraron a la oficina de Lili y yo me fui a mi oficina, al entrar me encontré con Manolo sentado en el sofá

-Buenos día señor Leone- lo saludé y me quedé parada sin saber que hacer

-Buenos días linda y por favor llámame Manolo, nadie aquí se refiere a mi como señor Leone a excepción de Sandy- sonrío y señaló el espacio a su lado -toma asiento unos minutos- le obedecí -hoy habrá una reunión nuevamente pero no estarán los socios sino que estarán los encargados de cada departamento, Liliana, Óscar y yo. Revisaremos los estados del último mes y hablaremos de las distintas situaciones que se han presentado en estos días- me miraba atento pero yo estaba seria -en tu escritorio tienes ya una lista con tus tareas del día así que quiero que avances lo más posible porque la reunión es a las 11:00 a.m. en punto y necesito esas carpetas en orden para entonces- señaló hacia mi escritorio -tú te encargaras de llevarlas a la sala de juntas y colocarás una en cada lugar y esperarás a que lleguen todos ¿está claro?-

-Más que claro- se puso de pie y se dirigió a la puerta pero antes de salir se detuvo y sin girarse a mirarme dijo

-Llegar tarde nos pasa a todos pero debemos evitarlo lo más posible, con el tiempo aprenderás que incluso 10 minutos pueden hacer una gran diferencia- y sin más se fue

Me tomé un instante para respirar y relajarme, no sentía que sus palabras fueran un regaño tal cual pero estaba completamente de acuerdo con ellas, después de haberme serenado y ordenado mis ideas me puse a trabajar. Efectivamente tenía una lista bastante larga de tareas pero lo primero era ordenar las carpetas para la reunión así que puse manos a la obra y después de casi una hora ya las tenía listas, las coloqué en una de las repisas y continué con la siguiente tarea en la lista. Sin darme cuenta ya eran las 10:30 a.m., no me iba a dar tiempo de bajar a la cafetería para desayunar por lo que decidí tomar las carpetas y fui a con Sandy

-Disculpa Sandy- me recargué para verla

-¿Si?- me miró con una sonrisa amable

-Necesito llevar esto a la sala de juntas para la reunión de las once pero no tengo idea de si me debes anunciar o espero a Manolo o...-

Amor a manos llenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora