Viviendo la Gloria

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Fue un fin de semana bastante ligero donde pude armar una rutina en la que se incluía ir al gimnasio o salir a correr, en esos días mi contacto con Rodolfo había sido poco puesto que las prácticas eran intensas y después vino el viaje para el partido del domingo.

En esta ocasión nos reunimos con la familia para ver el partido y mis papás se la pasaron diciendo a todos que yo era novia de Rodolfo y aunque al principio no creyeron porque sabían de mi pequeña obsesión con él, mis primos y mis hermanos mencionaron lo de nuestra interacción en instagram y eso los convenció un poquito más.

Nos sentamos en la amplia sala de la casa de mi abuela, unos en el piso, otros en los sofás y otros en sillas o cojines. Al centro teníamos la mesa de botanas y bebidas.

La emoción estaba a tope y al ver que Rodolfo comenzaba a aparece en las redes del equipo me aceleraba el corazón:

La ceremonia comenzó y todos estaban en silencio, cuando sonó el silbatazo inicial se oyeron los aplausos y cada quien apoyaba a un equipo

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La ceremonia comenzó y todos estaban en silencio, cuando sonó el silbatazo inicial se oyeron los aplausos y cada quien apoyaba a un equipo.

Se podría decir que había más porra del América que de rayados, incluídos mi papá y mis hermanos.

El partido comenzó y al minuto 3 las águilas se hicieron presentes pero el gol fue anulado, lo que eran aplausos se convirtieron en abucheos, yo no hacía más que reír y tratar de concentrarme en Rodolfo.

Aunque también estaba pensando en Sebastián, él se estaba perdiendo de este gran momento en su historial como futbolista y me imagina como debía estarse sintiendo.

Al minuto 5 cayó el primer gol de las águilas y el marcador global se empataba, mi familia comenzaba a dividirse por sus tantas opiniones, era como cuando quiebras una piñata y al momento de recoger los dulces cualquier parentesco desaparece.

Los siguientes veinte minutos se convirtieron en un ir y venir de balón, con jugadas sin terminar y sin peligro alguno para los arqueros, hasta que América volvió a anotar, pero fue un gol bastante conflictivo y después de que el árbitro revisara el bar se concluyó que había una mano y el gol fue anulado.

Otra vez minutos en los que el balón iba de un lado a otro, ambos equipos con dificultades pero rayados más cansados que las águilas, Rodolfo por su parte estaba muy falto de precisión y aunque tenía buenas jugadas algo le estaba fallando.

Al minuto 41 nuevamente anotó América y el estadio explotó, gritos por doquier y por poco me revienta el tímpano por los gritos de mis hermanos.

Los últimos minutos del primer tiempo fueron completamente de las águilas, al ir al frente en el marcador se notaba la confianza y la firmeza de querer ganar, mientras que a los rayados se les veía agotados, incluso a Rodolfo.

Durante el descanso de medio tiempo mis primas y yo aprovechamos para comer botana mientras que los hombres de la familia se la pasaron comentando las jugadas y las según ellos injusticias del árbitro.

Amor a manos llenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora