Retorno

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Por suerte llegué sana y salva a la empresa, pero llegué tarde. A las 8:15 a.m. estaba llegando al piso y al entrar vi a Manolo hablando con Sandy y cuando me miró me hizo seguirlo a su oficina. Vestía demasiado formal:

-¿Recuerdas cuando dije que sería una semana importante y ocupada?- estaba serio

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-¿Recuerdas cuando dije que sería una semana importante y ocupada?- estaba serio

-Manolo yo...- me pidió silencio

-¿Lo recuerdas?- asentí –Bueno, la puntualidad es fundamental en semanas así- su mirada se fijó en mí –Es la primera y última vez que llegas tarde- bajé la mirada –Tenemos una reunión a las nueve en punto- miró su reloj –ve a tu oficina y prepara los documentos, te quiero en la sala de juntas en quince minutos-

-Sí señor- estaba por salir cuando me llamo -¿Si?- lo miré

-Esto no se volverá a repetir- aún estaba demasiado serio

-Puedes estar seguro de que no- apenas y podía hablar.

Me fui a mi oficina demasiado molesta, quería golpear a Óscar porque por su culpa Manolo estaba molesto conmigo, pero no debía y no podía. Lo importante era alistar todo para la junta, tomé las carpetas y comencé a ordenar los documentos, resalte datos importantes y en mi carpeta añadí notas.

Cuando fui a la sala de juntas estaba vacía, sin esperar indicaciones de Manolo comencé a ordenar las carpetas en cada uno de los lugares.

-¿Todo listo?- Manolo llegó acompañado de Óscar, quien también estaba demasiado arreglado:

-¿Todo listo?- Manolo llegó acompañado de Óscar, quien también estaba demasiado arreglado:

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-Si señor- mi mirada estaba concentrada en la sonrisa sin vergüenza de su hijo

-Bien, los socios no tardan en llegar así que toma asiento- señaló la silla al frente de la mesa

-¿Es en serio?- lo miré nerviosa

-Como por quinta vez, bienvenida al club- dijo Óscar aun sonriendo

Miré a Manolo pero él ya se encontraba revisando la carpeta así que sin más remedio tomé el lugar asignado y a los pocos minutos la sala comenzó a llenarse. Óscar se sentó a mi lado y conforme llegaban las personas se acercaban a saludarlo, pude reconocer a unos rostros de la gala pero había quienes eran completos extraños para mí.

Amor a manos llenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora