Mentirosa, Mentirosa

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No había marcha atrás, le había compartido a Rodolfo uno de los golpes más difíciles que me había dado la vida y dejé que me viera llorar desconsoladamente.

No era el tipo de persona que le cuenta ese tipo de cosas a alguien que no conozco de mucho tiempo, pero se trataba de Rodolfo y sabía que esa información estaría a salvo con él y que aunque conociera mi lado débil no lo usaría a su favor.

Subimos al departamento en completo silencio, traía puesta su chamarra porque insistió en que estaba helada, no me quiso dejar sola así que me acompañó un rato.

Le dije que tenía que desmaquillarme y se ofreció a ayudarme

-¿Es broma?- lo miré por el espejo

-No, quiero saber cómo se hace- se acercó

-Valeeee- sonreí

-¿Qué se hace primero?- miró las cosas que tenía en mi tocador

-Toma una toallita húmeda y quita lo más que puedas- le señalé el paquete

Rodolfo era bueno, delicadamente fue borrando todo rastro de maquillaje y al final insistió en ponerme un poco de crema.

Yo le hacía gestos y reía y él se frustraba porque no me estaba quieta. Ya sin maquillaje le dije que necesitaba cambiarme.

-Está bien- se acomodó en mi cama

-Sal- seria le señalé la puerta

-Pero por qué, no es como que vayas a desnudarte- me miró coqueto

-No, pero necesito privacidad- dije ruborizada

-Ya bueno- cerró los ojos -No los voy a abrir, cámbiate-

-Si los abres te golpeo- lo amenacé en vano.

Sabía que sí iba a mirarme, así que a propósito me quité lentamente las botas, después las medias y poco a poco dejé caer mi vestido al piso.

Rodolfo me miraba serio y con los ojos muy abiertos, más nerviosa que tranquila me acerqué a él en ropa interior y acaricié su cabello.

-Qué mala suerte que Liliana esté por llegar- lo hice mirarme

-Podemos darnos prisa- hábilmente Rodolfo me tumbó en la cama y se puso encima de mí, yo reí –no me tientes porque si comienzo no voy a parar- susurró en mis labios y poco a poco se puso de pie

-¿Qué haces?- pregunté un poco decepcionada

-No va a pasar hoy- acarició mi cara –perooooo- me señaló –quédate así y no te muevas- sacó su celular y supe que iba a tomarme una foto así que hice lo que pude para tapar mi rostro

-Bórrala- hice berrinche –alguien más puede verla- me senté

-Descuida, es solo para mí- besó mi frente y salió del cuarto -¿te parece si te espero abajo en lo que te cambias?- yo asentí y cerró la puerta

P.O.V. Rodolfo

Que gran mujer y que manera de seducir, al darse cuenta de que la estaba mirando se desvistió poco a poco y sentía mi pulso acelerarse a mil por hora, para nada se parecía a la chica débil y frágil de hace un rato. Poco a poco se acercó a mí y aunque quería hacerle el amor en ese mismo momento no podía, primero porque Liliana podía llegar en cualquier momento y segundo porque quería que fuera algo especial para los dos, pero claro que la deseaba y mucho.

Para evitar tentaciones salí de la habitación y mientras la esperaba miré la foto que le había tomado:

Para evitar tentaciones salí de la habitación y mientras la esperaba miré la foto que le había tomado:

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Amor a manos llenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora