Producto de la imaginación

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P.O.V. Rodolfo

Los días siguientes a ese no pude hacer gran cosa, pues necesitaba reposo absoluto por la cirugía. Sábado y yo súper aburrido, Uriel despertó cerca de las 10:00 a.m., para esto yo ya me encontraba en el sofá mirando la televisión y por todos lados se mencionaba la terrible derrota de México ante Argentina y la "fiesta de los seleccionados". Yo estaba hecho un lío de emociones, no podía dejar de pensar en las palabras del profe durante una conferencia de prensa "Él iba a iniciar contra Argentina", sí que estaba teniendo una racha de mala suerte.

-Oye no hay muchas opciones para desayunar y tú no puedes desgastarte mucho, así que yo iré al súper para surtir la despensa- dijo Uriel desde la cocina y tomando las llaves de mi auto.

-Puedo ir contigo sin problema- me estaba levantando cuidadosamente del sofá cuando me tomó de los hombros.

-Claro que no, así que quédate aquí y abrígate bien. No me tardo- me cubrió con una frazada y salió sin que yo pudiera decir nada más.

Monterrey había amanecido fresco a causa de una fuerte tormenta ayer en la tarde noche y parte de la madrugada, me quedé ahí ya sin ganas de ver la televisión así que la apagué y tomé mi celular para responder algunos mensajes de mis amigos, quienes no dejaban de preguntar cómo me encontraba y qué tal iba con mi recuperación. De la nada vino a mi mente el recuerdo de la chica misteriosa, sentía curiosidad por ir al departamento con cualquier pretexto para ver si ella atendía y así dejar de imaginarme su rostro, y eso hice.

Con cuidado me levanté del sofá, tomé mi teléfono y la llave, salí de ahí y me dirigí a la puerta del 6D. Toqué varias veces pero no hubo respuesta, después de sentirme desilusionado decidí regresar antes de que llegara Uriel y me encontrara de pie. El día transcurrió muy tranquilo, no la pasamos jugando FIFA e hicimos una video llamada con nuestros padres, al llegar la noche Uriel tenía una cita que desde días atrás lo traía vuelto loco.

-Si quieres puedo cancelarle o decirle que venga ella a cenar aquí- durante la tarde Uriel había insistido en quedarse conmigo, pero me negué

-No es necesario, te verás muy mal si le avisas faltando una hora. Sal a divertirte, yo veré una película y después me iré a dormir-

-¿Estás seguro?, porque puedo decirle que la veo mañana o darle la dirección para que venga y así acompañarte-

-Estoy seguro y además no creo que darle la dirección a una chica que apenas conoces sea buena idea, no insistas y ya vete que se te va a hacer tarde-

-Bueno, pero cualquier cosas que necesites me llamas ¿hecho?- sonrió emocionado y se dirigió a la puerta.

-Hecho- le sonreí y le desee buena suerte.

Tiempo atrás Uriel había conocido a una chica con la cual tenía tiempo platicando y después de varias semanas sin verse por fin sus agendas habían coincidido así que no quería quitarle la emoción de verla para que se quedara conmigo a aburrirse, yo estaría bien pues ya tenía el plan y no era precisamente ver una película e irme a dormir. Al igual que en la mañana me planté en la puerta del 6D con la esperanza de que en esta ocasión alguien saliera, pero nada. Toqué varias veces y me quedé esperando cerca de 10 minutos, era inútil, nadie salió y una vez más desilusionado regresé a mi sofá.

Uriel llegó por la madrugada así que el domingo se levantó pasadas las 11, yo ya me encontraba preparando el desayuno

-¿Pero qué haces?- entró a la cocina y me quitó la cuchara –No tienes que hacer esfuerzo alguno, ve a recostarte que yo termino de cocinar-

-No me va a pasar nada si te ayudo un poco-

-He dicho que no- me encaminó a la sala –Quédate aquí que en un rato traigo el desayuno para los dos-

No me quedó más remedio que obedecer a mi hermano, después del desayuno comenzamos a hablar sobre su cita

-¿Qué tal te fue anoche?, llegaste algo tarde-

-Me la pasé muy bien, fuimos a cenar y después a un antro. Paula es muy buena bailando-

-Así que Paula, no recordaba su nombre y eso que has hablado de ella 24/7- me burle de su cara de enamorado

-No hablo tanto de ella- intentó defenderse –Quedamos de vernos el próximo sábado y le dije que de estar mejor para ese entonces podrías acompañarnos-

-¿Y como por qué crees que voy a acompañarlos en una cita para hacer el mal tercio?-

-Porque llevará a una amiga suya- como no lo supuse, Uriel intentando ser mi cupido otra vez.

-Ya te dije que no quiero conocer a alguien, no en este momento y menos cuando voy a tener que estar más concentrado cuando regrese a los entrenamientos-

-Convivir con alguien no te haría mal, al contrario, es bueno socializar-

-No me vengas con tu sermón otra vez de que necesito ser más extrovertido, me gusta mi privacidad y mi soltería-

-¿y si fuera la vecina?- Mi hermano si que no tenía remedio, yo sólo suspiré –¿A ella le negarías una cita?-

-No existe tal vecina, al parecer si es Liliana con un cambio de look- soné más frustrado de lo que me hubiera gustado

-¿Y tú cómo sabes?- me miró confundido -¿Fuiste a buscarla?- la sorpresa era obvia –Te dije que te quedaras reposando, no espiando a los inquilinos-

-No estaba espiando, fui a tocar sólo para ver quién atendía y nadie salió. Ni el sábado en la mañana ni el sábado por la noche- mi desconcierto era evidente

-¿Fuiste dos veces y no atendió nadie? –Yo solo negué con la cabeza –Bueno, hay sábados por la mañana en los que Liliana trabaja y por las noches es raro que se quede en casa-

-¿Y si me la imaginé?, a lo mejor no existe tal chica y yo tuve esa visión a causa del cansancio por el viaje-

-Pero también yo la vi, y los de seguridad, además dudo mucho que un cambio de look tan drástico sea posible y es que no es solo el cabello o la vestimenta, es la estatura, el color de piel y la complexión, esa chica es real hermano- Uriel tenía un gran punto, pero mi curiosidad aplastada por esos dos intentos fallidos me hacía pensar que no era real.

-¿Y si me ayudas a investigar?, a lo mejor en recepción pueden darte algún dato de ella-

-Voy a tratar, pero con una condición- si claro, el favor no sería gratis

-¿Cuál?-

-Si la chica sigue aquí, que por el bien de nuestra paz mental y más de la tuya espero que así sea, la invitarás a salir, sin ningún tipo de fin, solo conocerla y ya- me tendió su mano para cerrar el trato, lo pensé un poco y sentía como el impuso de aceptar la condición se apoderaba de mí.

-Hecho- estreché su mano, el trato estaba cerrado.

El resto del domingo fue una total tortura para mí, pues Uriel después de limpiar el poco desorden que había se volvió a dormir cuando yo quería que a la voz de ya consiguiera la información. Pedimos comida a domicilio y Uriel parecía disfrutar de mi impaciencia, pues no dejaba de tocar el tema y reír mientras yo me desesperaba más.

Llamamos a nuestros padres y después él recibió una llamada de Paula, yo intenté distraerme viendo una película a la que no le puse atención alguna, con Uriel en su habitación me sentía tentado a ir de nuevo al 6D y en eso estaba cuando la voz de mi hermano me detuvo.

-No des un paso más y vuelve al sofá, si sales no voy a investigar nada y dejaré que la curiosidad te coma vivo- Él si que disfrutaba la situación

No me quedó más remedio que volver a recostarme e intentar distraerme con la película, así pasaron las horas, Uriel estaba en completo silencio a mi lado, de vez en cuando le sonreía al celular y sabía que era por los mensajes de paula, vimos varias películas hasta que no supe en qué momento me quedé dormido.

Amor a manos llenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora