Capítulo Veintisiete

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— ¡Hola, París! —grita Asher en la puerta del jet como si una multitud de personas lo estuviesen esperando abajo. Luke le recuerda lo tonto que se ve haciéndolo y él solo ríe defendiéndose con un simple "Se tan asombroso es complicado para algunas personas" y Luke lo empuja mientras los dos ríen bajando las escaleras.

— ¿Cómo te sientes? —le pregunto a Nolan, parece algo estupefacto, aunque con una sonrisa amigable.

—Estoy en Paris, ¿cómo crees que me siento? —responde sin dejar de sonreír —Gracias por invitarme, Liv.

—No te preocupes, yo debería de agradecerte por venir, como puedes ver, mi nivel de amistades es algo reducido, así que te agradezco que estés aquí.

—Deja de decir eso, somos amigos, Liv.

Todos salimos del jet y pasamos los controles migratorios rápidamente. Una vez afuera, las cámaras nos atacan rápidamente. Los guardaespaldas de Cade y Asher nos ayudan a entrar a los autos que nos están esperando, y puedo ver como el equipo de seguridad de la familia esta en varios puntos estratégicos cuidando de nosotros, como siempre.

—Eso fue muy loco —dice Nolan observando por la ventana.

—Bienvenido al club, amigo —le dice Cade quitándose los lentes de sol que se puso antes de bajar del jet —, prepárate para ver tu rostro por toda la internet, pero no te preocupes, las chicas ahora te van a perseguir por todas partes.

— ¿Preocuparme? ¿Estás bromeando? ¡Esto es genial! —dice Nolan entre risas observando los mensajes de su celular.

Cuando llegamos al hotel, nos reciben varias personas que simplemente nos dirigen hasta nuestras habitaciones, sin preguntarnos nada más que como estuvo el vuelo.

Lauren parece cansada, realmente no se le ha quitado la mirada de zombi en todo el viaje, y eso que durmió por horas.

— ¿Por qué estas tan cansada? No puede ser solo por las horas extra de laboratorio, realmente dormiste casi nueve horas en el vuelo. ¿Te encuentras bien?

—Lo estoy, no te preocupes, es solo agotamiento —responde de forma seca. Que extraño, ella no suele hablar de esa forma.

—No, tu vas a decirme lo que te ocurre —digo tomándola de la mano, y sentándola en el sofá de la suite —. ¿Qué pasa? Y dime la verdad porque se cuando me estas evitando.

Ella parece derrotada, se ve acorralada por mis actos así que no le queda otra cosa mas que suspirar y hablar.

—Quiero que mi proyecto sea elegido para una muestra internacional que hará la universidad. El mejor proyecto será aplicado en una compañía en Dubai, y realmente quiero ganarlo. Por eso he estado hasta tarde en el laboratorio, no he salido de ahí en dos semanas y realmente quiero esto... pero es complicado por las vías naturales.

— ¿De qué estás hablando? —pregunto y por la forma en la que ve su brazo se a lo que se puede referir — ¿Estás drogándote? —pregunto realmente sorprendida.

— ¡No! Los científicos debemos estar con la mente clara, las drogas tradicionales no ayudan...

—Pero...

—Existen unas píldoras de cafeína que equivalen a unas diez tazas de café, es un método un poco fuerte, lo sé, pero de lo contrario no podría pasar tantas horas despierta. Mi cabeza duele en ocasiones y la luz es molesta, pero al menos se que hice mi mayor esfuerzo en un proyecto que podría ganar reconocimiento internacional.

— ¿Qué hiciste, curaste el cáncer? —pregunto y ella ríe levemente —Hablo en serio, ¿qué hiciste que requería tanto trabajo físico de tu parte?

Liv, Schlesinger IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora