Capítulo Treinta y Cuatro

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Decir la verdad no debería de considerarse algo malo, tendría que ser algo bueno, es la verdad a final de cuentas, ¿no?

—Lo siento mucho —es lo primero que digo.

Estamos en una pequeña cafetería cerca de las afueras de la ciudad. Axel se ve mal, se ve molesto, y algo frustrado. Pedimos algo de tomar e inmediatamente los guardaespaldas le pidieron al mesero que nadie se acercara a nuestra mesa si no era el, únicamente para dejar las ordenes. No entiendo porque esta doblando la seguridad, pero se ve tan molesto que incluso me da algo de miedo preguntarle.

—Deja de disculparte... —dic de forma seca.

—Axel, ¿qué te ocurre? ¡Estas tratando a todos muy mal!

—No estoy de humor para nada, Liv.

—Entiendo que estés molesto con lo que digan, pero no tienes que volverte un idiota por eso.

— ¡Ah, entonces estás diciendo que soy un idiota ahora! Genial, justo lo que me faltaba...

— ¡Axel! Dios mío, solo escúchate... si, tu disco no fue lo mejor de lo mejor, pero esto es el colmo...

Él toma un muy fuerte suspiro y cierra sus ojos por unos segundos. Luego me mira con un dolor muy marcado en sus facciones, se que debe de sentirse fatal, pero esta no es la forma de actuar tampoco.

—Lo siento... es solo que no se que fue lo que sucedió... todo se veía tan bien, todo sonaba genial, no había ninguna manera en la que esto saliese tan mal... Liv, solo dímelo... por favor.

¿Es el momento idóneo para decirle que su disco es realmente malo? No, pero tengo de decírselo de todos modos.

—Al principio pensé que estabas bromeando, hay melodías preciosas que se ven reducidas a nada en el momento en que inician las progresiones fuertes. No entiendo realmente por qué desechaste juegos de melodías que sonarían de forma increíble por si solas. Es decir, tus letras son muy buenas, desde la primera vez que escuché tu música, pienso que tus letras son lo mejor de toda tu imagen. Escribes historias, poemas, cosas que llenan, el problema aquí no es la letra, es la música. Al lanzarte de esta forma tan... fuerte, no es posible percibir la belleza detrás de las melodías porque no dejaste que nadie las percibiese. Es como si las hubieses ocultado por completo.

» Se que debes de estar confundido, pensaste que sería una buena idea, era algo que te ilusionaba, pero no resultó...

—Jamás tendré éxito...

—Ax...

—No, escúchame. Toda mi carrera fue construida para mi. Todo a mi alrededor se me fue entregado cuando decidí comenzar en la música de forma profesional. Bastó una llamada de mi padre para que me demo llegase a cinco disqueras diferentes. Tuve mi primer contrato a los dieciocho, el mismo día de mi graduación. Volé a Los Ángeles dos días después para hacerlo oficial y un mes después fue mi primera presentación pública. Desde entonces no ha habido un solo día en el que no me pregunte si realmente todo me pertenece o no, fue la razón de que hiciese este álbum así... quería hacer algo de lo que yo hubiese estado a gusto, algo que solo yo tuviese la decisión final, algo que me permitiese sentirme orgulloso de mi mismo... y lo arruiné, porque no merezco nada de lo que tengo, y es muy posible que mi talento ni siquiera sea el suficiente...

—Ax... mírame, por favor... —coloco mi mano bajo su barbilla, tiene sus ojos llorosos y se que debe de sentirse fatal, pero lo ultimo que él necesita en este momento es que le mienta al respecto —Tienes razón, fue una mala idea, tal vez no lo pensaste lo suficiente, pero si tu te sientes orgulloso de esto, ¿qué mas da lo que la gente tenga que decir?

Liv, Schlesinger IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora