Capítulo Cuarenta y Dos

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Los tres días en Londres habían acabado, era nuestra ultima noche en la ciudad, mi pasaporte había llegado esa misma mañana y no podía creerlo hasta que lo abrí y lo releí más de diez veces... Olivia Cassian, ese era el nombre que tendría que usar a partir de ahora y hasta solo Dios sabe cuando.

Estos últimos dos días papá ha pasado sospechosamente mucho tiempo a solas con Asher, no es que me preocupe, pero me parece un poco raro, y hablando de Asher, me ha invitado a celebrar que por fin podremos irnos, una cita.

No debería de preocuparme por lo que voy a usar esta noche con todo lo que está sucediendo, pero quiero olvidarme del mundo real solo por ahora.

Ash tenía razón, la vista del Big Ben desde la habitación que me sugirió es fantástica. Me he quedado observando por la ventana más de lo que puedo contar, y es justamente eso lo que estoy haciendo ahora, observando el movimiento de la ciudad, y a las personas caminando perdidas en sus propios mundos, cuando siento una mano acariciar mi cintura asustándome un poco. La risita de Asher detrás de mi me tranquiliza de inmediato, sentir su respiración golpeando mi cuello me hacer tener los pelos de punta. No lo he besado desde la noche que nos enteramos de la gran noticia de mi nuevo estado civil, y honestamente me sigue pareciendo increíble como a pesar de todo, él sigue aquí, dispuesto a llevarse todos estos golpes conmigo.

—Eso se siente bien —digo percibiendo sus labios dejando un rastro de besos en mi cuello, clavícula y hombro.

—Has estado muy tensa últimamente —menciona subiendo lentamente por mi cuello.

— ¿Tú crees? —digo de manera obvia disfrutando de la sensación de paz que esto me transmite.

—Totalmente, lo dos lo hemos estados —comenta aun entre beso y beso. Me doy la vuelta para tenerlo frente a mi y sin dejar pasar un solo segundos lo beso. Mis brazos se entrelazan alrededor de su cuello y él hace lo mismo alrededor de mi cintura acercándome más a él, profundizando mucho más el beso, haciendo que todas mis terminaciones nerviosas estallen en un sinfín de emociones, incluso siento como mis piernas flaquean y poco y mi cabeza se nubla una vez más —. Saldremos de esto, Liv.

—Eso lo único que espero... siento como que toda mi vida se ha visto atacada por algo que no pedí —menciono sin apartarme de él.

—Es un mal rato, si, pero esto no será el fin de absolutamente nada. Esto terminará y podrás acabar con esta farsa.

—Casa y divorciada antes de los diecinueve... eso tiene que ser un récord.

—Según la ley, si, pero nada de esto es real. No estás casada con él, no realmente, así que no debes de sentirte mal, Liv —dice esto último acariciando mi mejilla dulcemente.

—Cuando era niña nunca me había puesto a pensar a profundidad en como sería mi boda perfecta, solo quería tener una relación como la de mis padres, y ahora que estoy metida en este embrollo lo único que quiero es que, si en algún momento llego a casarme de verdad, solo quiero que sea con la persona correcta.

Asher me observa de forma dulce, sigue acariciando mi rostro lentamente, acercándose cada vez más y más.

— ¿Y como seria la persona correcta? —susurra acariciando mi nariz con la suya.

—Alguien que me ame realmente —respondo también en un susurro y puedo ver su sonrisa formándose en sus labios —. Sin ninguna condición de por medio.

—Sabes, yo si he pensado en como será mi boda —menciona separándose un poco —. De niño quería que fuera con temática de Star Wars pero... luego te vi en el baile de primavera en segundo año, llevaste un vestido blanco que te hacia lucir increíblemente hermosa, y lo único que he querido desde entonces, ha sido verte así de nuevo, esa seria mi boda perfecta, contigo.

Liv, Schlesinger IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora