Capítulo Cuarenta y Ocho

269 30 4
                                    

Todo a mi alrededor es completamente negro, no veo absolutamente nada, y eso comienza a acelerar mi pulso, siento que me asfixio y al mismo tiempo todo está dando vueltas.

—No... no... —intentando batallar contra algo que no tengo idea que es, la oscuridad completa, mi mayor temor... de pronto puedo divisar una figura luminosa al final de tanta oscuridad, una figura que al acercarse a mi se divide, y se vuelven dos personas ambas extendiéndome la mano... Asher por un lado, y Axel por el otro, ambos a la espera de mi respuesta —No... no lo sé... no lo sé... —grito, cerrando los ojos, colocando mis manos sobre mis oídos como si de la nada un sonido invisible me estuviese torturando.

Y luego de un pronto a otro, despierto.

— ¡Demonios, Liv, despierta! —escucho finalmente y aunque estoy algo desorientada reconozco la habitación de Asher, y su rostro a mi lado, preocupado e intranquilo me golpea de lleno.

— ¿Ash? —pregunto tontamente, porque se que es él, pero mi cabeza sigue desorientada.

—Respira hondo, tranquila —él me abraza y los latidos de su corazón comienzan a tranquilizarme de a pocos.

Comienzo a recobrar conciencia en el momento en que veo los ojos de Asher y mi alrededor. Todo está oscuro, no sé cuanto tiempo llevaba dormida, pero él está en la cama a mi lado usando su pijama por lo que creo han pasado varias horas.

— ¿Qué hora es? —pregunto buscando mi teléfono, pero no lo encuentro, y un dolor insoportable en mi espalda baja me azota de pronto — ¡Maldición! —grito llevando mis manos directo a mi espalda.

— ¿Qué ocurre? ¿La espalda de nuevo? —Asher pregunta, y yo asiento mientras él sale de la cama, dirigiéndose directamente al baño, regresando con una pastilla y agua —Toma —me las entrega y yo prácticamente se las arrebato como si me estuviese dando algún dulce.

—Gracias —suspiro tomando la pastilla, devolviéndole el vaso ahora vacío. Ash coloca el vaso sobre la mesa de noche y vuelve a entrar a la cama

— ¿No crees que deberías ir al medico a que te revise? No creo que sea solo una contractura, no es normal que te duela después de tanto tiempo.

—No te preocupes, no debe de ser nada más que estrés.

Ambos volvemos a acostarnos, esta vez él me abraza y coloco mi cabeza sobre su pecho.

— ¿Por qué te fuiste sin más? Ashley me dijo que te pusiste mal de un pronto a otro, ¿está todo bien?

No lo está, honestamente me siento fatal y siento que cada vez voy cayendo más y más en un abismo infinito.

—No era nada, solo me sentí un poco mal por ver a Gia y bueno, todo en general —él acaricia mi brazo suavemente. Siento su respiración tranquilizarme y sus labios dejan un beso en mi cabeza antes de que tome un fuerte respiro.

—No tengo idea del porqué se apareció esta noche, la verdad dudo mucho que mamá tuviese algo que ver, pero der ser así, tampoco está muy atenta a lo que pasa conmigo... supongo que asumió que aun éramos amigos, y pensó que seria agradable. Shawn dice que la invitación les llego por medio de la organización de eventos, así que imagino que dijo todo eso solo para meterse contigo.

» Te dije que entre ella y yo no hubo absolutamente nada. Sí, me sentía horrible y ella estaba ahí, dispuesta a todo, pero yo nunca logré ir más allá, no podía. Unos días después del baile, me dijo que tu no eras la indicada para mi, que ella siempre fue mejor, que no debería de estar sufriendo por alguien que no era suficiente para mi.

—Cuando los encontré... tenía muchas ganas de golpearlos a ambos —él ríe levemente y suspira.

—Me lo hubiese merecido. Esa tarde pensé en intentarlo con ella, pero no podía sacarte de mi cabeza, y creo que dije tu nombre mientras la besaba, no estoy seguro de si lo dije en mi cabeza o en voz alta, pero a ella parecía no importarle con tal de estar conmigo, me confeso que había estado enamorada de mi desde hacia años, y que tu siempre estuviste en el medio... planeaba detenerme unos segundos antes de que aparecieras por la puerta. Honestamente pensé que el karma me estaba golpeando directamente en la cara... pensé que te había perdido por completo... incluso quise ir detrás de ti, pero ella no me lo permitió, discutimos y luego solo me fui a casa.

Liv, Schlesinger IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora