Capítulo Cuarenta y Cinco

225 27 3
                                    

No quiero sentirme mal, o culpable, pero no puedo dejar de pensar en la forma en la que Axel se despidió, como si su corazón se hubiese destrozado ahí frente a mí, y yo simplemente lo vi irse, roto.

—Esto tomará tiempo —suelta de pronto Asher, sacándome de mis pensamientos.

Me siento mal por él también. No quiero hacerle esto, meterlo en todo este circo, no lo merece.

— ¿Qué tomará tiempo? —pregunto disculpándome con la mirada —Lo siento... tengo la cabeza en otro lado.

—Lo noté, decía que olvidarte de Axel te tomará tiempo.

—Siento que me volveré loca —digo colocando mi cabeza en su pecho.

Estamos en la terraza de su suite, hoy el día está increíble, algo frio, pero increíble.

—No te volverás loca —menciona acariciando mi espalda —, ya lo estás —suelta riéndose. Lo observo de reojo y le doy un golpe leve en el estómago —. Lo siento, estoy bromeando.

—No gracioso, Ash.

—Liv, es normal que te sientas mal, créeme que te entiendo, se lo que es sentir culpa por haber herido a alguien. Lo que sucede aquí es que él es el que debería de sentirse culpable, no tu.

—Lo sé, pero no puedo evitarlo... si lo hubieras visto, la mirada que me dio al irse... —Asher me observa sin dejar de acariciar mi espalda y sin verlo venir solo me besa. Sus labios se mueven de forma lenta y en cuestión de segundos al menos logro sacar a Axel de mi cabeza.

—Se que será difícil, y aunque me cueste admitirlo se que él logró ganarse un espacio en tu corazón, así que acepta el proceso, y sabes que siempre estaré aquí para ayudarte y apoyarte en lo que necesites.

—Tu no mereces esto, Ash.

—Te dije una vez que siempre te amaría, sin importar que, y eso planeo hacer, aunque estés casada con él de manera falsa, y no podamos tener la libertad que queremos, no importa, porque sé que eso acabará, y entonces podremos estar bien, nosotros.

—Cambio mi comentario, no te merezco.

Él solo sonríe, besa mi frente y vuelve a acomodarse, mirando hacia la ciudad que tenemos a la vista.

— ¿Mañana tienes que ir al estudio? —pregunta, haciendo patrones con sus dedos sobre mi brazo.

—Si, mañana estarán los debutantes en el estudio.

— ¿Debutantes?

—Artistas nuevos en proceso de su primer álbum. Escuché dos demos y tuve que trabajar con ellos el primer día. Creo que Nora me puso a prueba para ver si podía estar en el proyecto o no, y me dijo que mañana estarán ahí.

—Eso suena genial, te están dando mas responsabilidades, significa que confían en ti.

— ¿Tu crees? —inquiero, levantándome para poder mirarlo a los ojos, pero de nuevo el mismo jalón que sentí el viernes con Axel vuelve a aparecer — ¡Maldición! —digo encogiéndome del dolor.

— ¿Estás bien? —Asher se levanta y da un salto hacia el otro lado del sofá de playa en el que estamos, quedando frente a mi. — Liv, ¿qué tienes?

—No es nada, me contracturé la espalda el viernes, me tome un calmante, pero parece que aun sigue ahí, auch.

— ¿Vamos al hospital? —sugiere con genuina preocupación en sus ojos.

—No, solo es una contractura. ¿Nunca te ha pasado? Es incómodo y doloroso, pero se me pasará.

— ¿Te traigo un calmante? —acepto su oferto y él se pierde dentro, para aparecer después con la pastilla y un vaso de agua.

Liv, Schlesinger IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora